The Charlatans en México: el legado de Manchester sigue intacto
CIUDAD DE MÉXICO (apro).— Noventa minutos, 18 canciones, mil 500 personas y una banda de culto convirtieron la noche de este miércoles en el Plaza Condesa en un oasis de la escena “Manchester”, con la visita de The Charlatans en la gira de promoción de su álbum “Different Days” y el EP más reciente “Totally Eclipsing”.
Tres años pasaron para que los ingleses volvieran a esta capital. Desde la visita en el Festival Corona Capital 2015, manifestaron un grato vínculo con el público mexicano, y en este regreso fue palpable, sin compartir audiencias con otras bandas, y sin mayores foros que hubieran opacado la intimidad del recital.
La banda integrada por Tim Brugess (voz), Mark Collins (guitarra), Martin Blunt (bajo), Tony Rogers (teclados) y Peter Salisbury (batería) arribó al escenario a las 21:10 horas para interpretar “Totally Eclipsing”, de su nuevo EP, seguida de “Emile” grabada en 2015.
Burgess y su legado noventero apenas interactuó con el público, que desde los primeros minutos solicitó a gritos algunos temas “¡Wierdo!” “¡A Man Needs to Be Told!” tratando de conseguir la complacencia en el setlist.
Cuando sonaron los acordes de un clásico noventero: “One to Another”, la banda sacó todo el volumen que el foro puede presumir.
Ahí empezó realmente el concierto, ahí se desató la nostalgia de los asistentes cuya edad sin duda supera el promedio de los 35 años. El robusto sonido de “Manchester” estaba de vuelta en la capital como hace tres décadas.
[caption id="attachment_551819" align="alignnone" width="2200"] Mark Collins. Foto: Carlos Enciso[/caption]
Durante “Blackened Blue Eyes” la comunión ya estaba consolidada. Blunt en el bajo, esbozaba sonrisas en el discreto lugar que tenía en el escenario, mientras Mark Collins (guitarra) lucía plena satisfacción en cada riff y la voz de Burgess se elevaba cantando “A Charlatan, I Noble and wild…”.
Más adelante, “Wierdo” terminó por volver a todos a 1992, donde todo comenzó. Y retomaron el rumbo del último disco con “Different Days”, “Future Tense” y “The Plastic Machinery”, la efusión bajó, pero la comodidad de la banda debajo de las luces era notable. “Just when you're thinkin things over” y su onda campirana sacaron sonrisas en el público.
[caption id="attachment_551822" align="alignnone" width="2200"] Peter Salisbury. Foto: Carlos Enciso[/caption]
La muy solicitada —a gritos— llegó, “North Country Boy”, un clásico de la era del britpop, provocó la salida de todos los celulares, y “Can’t Get Out of Bed”, un exitoso sencillo de 1998 cuya vibra en el video hacía sentir que estaban volviéndose los nuevos Stone Roses.
El primer bloque del show cerró con otro himno, “The Only One I Know”. El auditorio entero brincó, gritó, cantó y se dio por satisfecho.
[caption id="attachment_551823" align="alignnone" width="2200"] Martin Blunt. Foto: Carlos Enciso[/caption]
[caption id="attachment_551844" align="alignnone" width="2200"] Foto: Carlos Enciso[/caption]
[caption id="attachment_551818" align="alignnone" width="2200"] Foto: Carlos Enciso[/caption]
El encore llegó con “Telling Stories” y la guitarra acústica de Collins, ya advirtiendo el final del concierto. Burgess disfrutó tomando fotos con su teléfono, y agradeciendo con tímidos gestos. Una gran versión de “Sproston Green” puso final a la noche. Un grito masculino afónico suplicó por un último tema: My Beautiful Friend, pero las luces se encendieron y todo volvió a ser 2018.
El legado de Manchester sigue sólido.