Delincuencia organizada
Extorsiones del narco y aranceles de Trump, el nuevo orden de la construcción en México
Sin freno, el crimen organizado ha paralizado la industria de la construcción en el Estado de México mediante un sistema de extorsiones, control de materiales y quema de maquinaria, expandiéndose a 42 municipios en cuatro estados del país.En Valle de Bravo, donde los bosques se abrazan con las cabañas de lujo y el paisaje parece sacado de una postal, el bullicio de las obras dejó de ser sinónimo de desarrollo. Aunque en los últimos años este destino del Estado de México ha vivido un auge inmobiliario como nunca antes, con nuevas residencias, ampliaciones de departamentos y una oleada de trabajadores llegados desde municipios aledaños, hoy el ambiente se congela ante una presencia silenciosa y temida.
Bastan tres hombres bien vestidos para paralizar una construcción entera. No portan armas visibles, no levantan la voz, no lanzan amenazas. No hace falta. Su sola presencia es suficiente para que los albañiles dejen las palas, ingenieros guarden los planos y el rumor de las mezcladoras se apague. No vienen a supervisar, vienen a mandar.
Mientras estos hombres caminan entre castillos de varilla y montones de grava, en los televisores encendidos en las casetas de vigilancia o en las oficinas técnicas aparece la figura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Con tono marcial, anuncia un aumento de aranceles de 50% al acero y al aluminio.
La escena es simbólica y brutal: en México los cárteles extorsionan a la industria; desde el extranjero se amenaza con estrangular con aranceles.
Epicentro del cáncer
De acuerdo con información a la que tuvo acceso Proceso, el dominio del crimen organizado sobre la construcción en el Estado de México se consolidó desde 2020, cuando se identificaron tres esquemas bien definidos de dominio.
El primero, el más extendido, es el cobro de cuotas. Es una práctica sistemática de extorsión bajo el eufemismo de “derecho de piso” que se aplica no sólo a las constructoras, sino también a distribuidores de cemento, varilla y agregados. El segundo mecanismo es más brutal: el robo o la quema de unidades. Se trata de ataques directos a transportistas que mueven materiales desde tolvas, revolvedoras, camionetas con herramienta o incluso retroexcavadoras. Son interceptados, despojados de la carga y, en ocasiones, los vehículos son incinerados como castigo y advertencia.
El tercero es el más sofisticado, la centralización de materiales. En este modelo el crimen organizado ha logrado controlar la...
_____________________________________
Fragmento del reportaje publicado en la edición 0025 de la revista Proceso, correspondiente a julio de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.