Opinión
Primer Informe, tecnología y centralización
Estos cambios reflejan la intención de centralizar la rectoría del Estado en sectores estratégicos como las telecomunicaciones, pero generan interrogantes sobre los contrapesos democráticos y la independencia regulatoria en un mercado donde confluyen intereses públicos y privados.El Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum despliega sus políticas públicas en materia digital, tecnológica y de telecomunicaciones. Todas ellas son la materialización de la centralización política. Los ejes presentados son una declaración sobre el rumbo que la administración busca imprimir en el proceso de digitalización nacional. Ciencia, innovación, conectividad y soberanía tecnológica aparecen como conceptos rectores, aunque despiertan dudas la concentración institucional y la autonomía regulatoria.
Tres medidas destacan en particular: la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), la elevación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), y la reforma legal en materia de telecomunicaciones y radiodifusión que implica la extinción del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Estos cambios reflejan la intención de centralizar la rectoría del Estado en sectores estratégicos como las telecomunicaciones, pero generan interrogantes sobre los contrapesos democráticos y la independencia regulatoria en un mercado donde confluyen intereses públicos y privados.
La ATDT será la institución encargada de articular la digitalización del Estado. Sus tareas abarcan desde la simplificación de trámites hasta la creación de la identidad digital nacional. Esta última consiste en convertir la CURP en un documento de identidad física y digital obligatorio, asociado a registros biométricos. A junio de 2025 ya se habían integrado 29 millones de registros con fotografía y huellas dactilares, en tanto 76 millones de personas no tienen registro con biométricos. El proyecto Llave MX sumaba más de 8.8 millones de usuarios para acceder a programas sociales, becas y servicios en línea.
El objetivo es garantizar derechos y facilitar la interacción con la administración pública, pero no está exento de cuestionamientos: ¿qué tan sólida será la protección de datos biométricos en un país con vulnerabilidades cibernéticas e intervenciones indebidas de autoridades de seguridad pública?
El gobierno creará la Nube MX, infraestructura de cómputo y almacenamiento que busca disminuir la dependencia de proveedores extranjeros y avanzar en soberanía digital. La modernización de Centros de Datos en Aguascalientes y el arranque de uno nuevo en Hidalgo muestran una apuesta por la centralización tecnológica del Estado. La verdadera prueba será la interoperabilidad, la seguridad de la información y la capacidad de escalar servicios críticos a una población que demanda eficiencia y transparencia.
La SECIHTI, por su parte, representa un cambio en las políticas científicas y tecnológicas. Convertida en Secretaría de Estado, asume la conducción de la ciencia y la innovación con proyectos que van desde la formación de talento en inteligencia artificial y supercómputo, hasta el desarrollo de satélites de observación terrestre y sistemas no tripulados (drones) para tareas de seguridad, medio ambiente y protección civil. La visión es convertir a México en una potencia científica y tecnológica, articulando capacidades nacionales con proyectos estratégicos como Ixtli (satélites LEO), Apixqui (monitoreo oceánico y climático) y Quetzal (aeronaves no tripuladas).
En materia de telecomunicaciones, el informe subraya la continuidad de la Red Altán, que alcanzó una cobertura poblacional de 83.8%. Asimismo, el Programa Conectividad para el Bienestar activó más de 1.5 millones de líneas móviles con servicios de voz, datos y mensajes gratuitos para poblaciones vulnerables. Aquí emerge el debate sobre la sostenibilidad financiera de Altán y la necesidad de fomentar competencia e inversión privada para evitar un ecosistema dependiente de subsidios y esquemas de rescate gubernamental.
El componente espacial también ocupa un lugar en el informe. El Programa Espacial Mexicano, coordinado por la ATDT y la Agencia Espacial Mexicana, busca desarrollar un sistema satelital de telecomunicaciones y una red de satélites de observación de la Tierra. El esfuerzo responde a la doble necesidad de alcanzar soberanía tecnológica y mejorar la conectividad en zonas remotas, pero también de dotar al Estado de insumos estratégicos para agricultura, seguridad y gestión ambiental.
El informe también detalla acciones en ciberseguridad, como el monitoreo del dominio gob.mx, la baja de páginas apócrifas y la creación de un sistema de alertas tempranas. El informe dice que se avanza en la consolidación del marco normativo nacional en ciberseguridad mediante el diseño de una Política General de Ciberseguridad para la Administración Pública Federal.
Finalmente, vale mencionar la capacitación tecnológica. La Escuela Pública de Código de la ATDT capacitó a casi 3 mil jóvenes en desarrollo de software y ciberseguridad. La formación de talento digital ayuda para articular la política social con la transformación productiva, aunque aún se requieren políticas de largo plazo para integrar al sector privado y a las universidades en un verdadero ecosistema de innovación.
En el terreno de la radiodifusión pública oficialista, la ampliación de la cobertura del Sistema Público de Radiodifusión (SPR) alcanzó 76% de la población, con la construcción de 51 estaciones.
El primer informe de Sheinbaum dibuja un mapa de desarrollo tecnológico que incluye identidad digital nacional (CURP biométrica), soberanía tecnológica, conectividad inclusiva, infraestructura espacial y fortalecimiento de la ciencia. Sin embargo, la concentración institucional y la desaparición de órganos autónomos plantean dilemas democráticos. El reto de digitalizar al Estado es hacerlo con transparencia, respeto a los derechos y apertura al escrutinio público.
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