Opinión
El riesgo de legislar contra el mérito: reflexiones sobre la titulación
En este caso la propuesta no sólo es preocupante, sino profundamente ofensiva para quienes creemos en la educación como motor de desarrollo y justicia social.Lamentablemente en el Congreso existen legisladores y legisladoras que con tal de figurar o aparecer en los medios presentan iniciativas sin sustento, sin coherencia narrativa y sin un análisis de fondo.
Se trata de propuestas que parecen ocurrencias aisladas, pero que en el fondo revelan una preocupante falta de preparación y responsabilidad. Y cuidado, porque a veces una de esas ideas aisladas (como la de eliminar los mecanismos de titulación universitaria) puede terminar afectándonos a todos los mexicanos.
No se trata sólo de una diputada y su iniciativa, sino del riesgo real de que la ignorancia se convierta en ley.
En este caso la propuesta no sólo es preocupante, sino profundamente ofensiva para quienes creemos en la educación como motor de desarrollo y justicia social. Se trata de la iniciativa de una diputada que sugiere eliminar los mecanismos de titulación y otorgar títulos únicamente por el hecho de graduarse y tener un buen desempeño académico.
Pero no estamos hablando de un trámite burocrático más. La titulación (ya sea mediante tesis, tesina, proyecto o examen profesional) representa el cierre formal y académico de un proceso que implica años de esfuerzo, disciplina, pensamiento crítico e investigación. No es un adorno: es el reflejo de una formación universitaria completa.
Lo más grave es que esta iniciativa no surge de un análisis educativo serio ni de un consenso académico, sino, tristemente, de una clase política en la que existen legisladores, legisladoras e incluso altos funcionarios públicos que ni siquiera están titulados o no cursaron formalmente una carrera. Y lo peor: creen que eso está bien, que basta con “llegar” para tener razón.
Pero no basta con llegar. Hay que prepararse, estudiar y tener bases teóricas, financieras, jurídicas y económicas.
Son justamente las malas decisiones de quienes desconocen esos marcos (por ignorancia o por desprecio al conocimiento) las que provocan crisis presupuestales, retrocesos en salud, educación y justicia, y una polarización alimentada por la desinformación y el desprecio hacia la preparación académica.
Me pregunto: ¿qué opinará la presidenta de la República sobre esta iniciativa? Porque es una mujer formada, con posgrados y una sólida trayectoria académica. ¿De verdad respaldará una propuesta que degrada el valor del estudio, del conocimiento y del esfuerzo?
Eliminar la titulación no es inclusión. Es una trampa populista que baja la vara para que más pasen... pero salgan con menos herramientas.
La verdadera educación no regala títulos, los construye, los respalda con ideas, con argumentos y con investigación.
Y eso, por más ocurrencias, no se elimina con una iniciativa.