Elección Judicial 2025
Abstención: un peligro para la democracia y la justicia
La indiferencia democrática representa un peligro latente, pues erosiona los cimientos de la participación y abre la puerta a la manipulación y el estancamiento.Resulta inquietante, por decir lo menos, la persistencia de algunas figuras públicas que promueven la abstención en la próxima elección judicial del 1 de junio. En este momento trascendental para la democracia mexicana, propiciado por la reforma constitucional del 15 de septiembre de 2024, la inacción no es una opción viable, tal como lo saben incluso quienes hacen ese llamado.
Por el contrario, hoy más que nunca se exige una ciudadanía activa y responsable, dispuesta a afrontar los cambios con determinación para edificar un futuro más justo para México. La incertidumbre que pudiera suscitar este proceso inédito no debe ser motivo de repliegue, sino una motivación para ejercer con convicción el derecho –y el deber– de votar.
Es fundamental reconocer que el voto trasciende la mera facultad individual; constituye un deber ineludible con el entramado mismo de la sociedad, pues representa la herramienta más poderosa para incidir directamente en las decisiones que moldearán el devenir de la nación.
El voto es la llave maestra para impulsar transformaciones significativas: combatir las profundas desigualdades que aquejan al país, alcanzar una justicia social genuina y robustecer los derechos humanos que definen a la sociedad.
La participación de la ciudadanía no sólo legitima los procesos democráticos, sino que faculta para construir un sistema judicial que verdaderamente refleje los valores y aspiraciones del pueblo mexicano en su diversidad.
La indiferencia democrática representa un peligro latente, pues erosiona los cimientos de la participación y abre la puerta a la manipulación y el estancamiento.
La trascendental elección de quienes integrarán el Poder Judicial, piedra angular del sistema democrático, demanda una participación ciudadana consciente y profundamente comprometida. No se puede ceder ante la apatía, permitiendo que arrebate la oportunidad histórica de forjar el porvenir de la justicia.
La indiferencia no es un camino viable; es necesario alzar la voz con determinación. La fortaleza de la democracia mexicana se cimienta en la participación activa y comprometida de todos sus integrantes.
Por ello, el llamado debe ser apremiante y vehemente a todos los mexicanos: este próximo 1 de junio, acudan a las urnas con convicción. No permitamos que la incertidumbre nos paralice ni que la desidia dicte el destino de la justicia. No renunciemos al poder que reside en nuestras manos para construir un futuro mejor.

México necesita de nuestra participación para edificar un sistema de justicia más justo, equitativo y genuinamente representativo.
Si bien preocupa el eco débil del llamado a la abstención, el 1 de junio, la ciudadanía mexicana debe responder con fuerza y unidad ante el llamado de la democracia. Que el voto resuene con claridad y que no se permita que el silencio defina, sino que la participación sea el testimonio de una nación que elige su destino con responsabilidad y valentía.
*Magistrado electoral del TEPJF