Cine/Aún no
“Ahora le toca a Bambi”
El cada vez más famoso grupo británico de cine independiente, animado por Rhys Warrington, convierte a Bambi en un monstruo terrorífico.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La versión de la novela del literato austriaco Felix Salten que realizó Walt Disney en 1942, monopolizó la imagen de Bambi, por muchas décadas en las que se promovió una especie de educación sentimental para los niños.
El original, Bambi, una vida en el bosque (1923), es un relato pesimista acerca del aprendizaje de un venado en cada etapa de su crecimiento, y más que nada, desarrollar el instinto y cuidarse del peor enemigo para su especie: el cazador humano.
En 1928, el controvertido estalinista y posteriormente anticomunista Wittaker Chambers, tradujo la novela que atravesó los peores años del nazismo y la persecución judía con la cual se asoció el mensaje del libro.
Del amasijo político, del mensaje sobre la culpa inconsciente del cazador, la versión de Disney atenuó y purgó, en gran medida, la oscuridad del relato, y lo llevó a una experiencia pico de sentimentalismo, como la inolvidable escena de la madre a punto de ser asesinada por los cazadores, con el famoso “!Huye, Bambi¡” que nos traumó a más de un infante.
Pues bien, resulta que ahora Bambi, en la versión del TCU (Twisted Childhood Universe), Mundo Retorcido de la Infancia, el cada vez más famoso grupo británico de cine independiente, animado por Rhys Warrington y dedicado a convertir en pesadillas cuentos clásicos para niños, vuelve a Bambi en un monstruo terrorífico: Bambi, la venganza (Bambi: The Reckoning; Gran Bretaña, 2024), dirigida por Dan Allen, concibe a Bambi como engendro emanado de Jurassic Park cruzado con Alien; ciertas escenas calcan momentos estelares de este prodigio de largo hocico con escalofriantes hileras de dientes, babeando frene a un personaje que está por atacar, a manera de Alien con la teniente Ripley.
En la introducción, Bambi… evoca, con animación, el relato a la manera Disney, la muerte de la madre a manos de los cazadores, sigue tomar agua de un pozo contaminado -mensaje ecológico-, y Bambi es ahora un mutante. Poco después, una mujer, Xana (Roxanne McKee), con su hijo, el precoz Benji (Tom Mulheron) conduce en medio del bosque cuando irrumpe Bambi, una descomunal bestia que busca vengarse contra el género humano. A la volcadura del coche, sigue una forma de escape en medio de la oscuridad a casa de la familia convenientemente reunida. Bambi acecha.
Excepto este dúo madre-hijo en quien resuena la relación del Bambi de Disney con su mamá y con un papá inadecuado, los demás personajes son meras siluetas a la manera de un cuento, existen solamente para sufrir los embistes y padecer todo tipo de horror, ya sea rebanados en dos por la cornamenta de Bambi, aplastados, masticados, hechos picadillo. Dan Allen, no ajeno al cine de horror (El renacer de la momia, Vienen de abajo), admira el slash cinema, ese género del horror especializado en tasajear gente. Para los aficionados de este tipo de cine, Bambi condesa el gore con el slash, el sobresalto con el humor que resulta del absurdo de las situaciones y la desproporción de escenas que van más allá de cualquier atisbo de verosimilitud.
El diseño de Bambi encarna una pesadilla de rabia y venganza, condensa efectos especiales básicos, pero utilizados escuetamente para permitir técnicas de animación mecánica de la bestia, además del movimiento generado por computadora, escalofriante engendro porque no sólo mata por matar, sino porque lo anima la venganza. El manejo que logra Dan Allen en la ambientación, oscuridad, lodo y sangre, los planos sonoros de ruidos naturales de bosque, crujidos de ramas, viento y hojas secas, es notable.
Ya le tocó a Winnie Pooh, y a Peter Pan; el próximo turno, según anuncia TCU, es para Pinocchio.