Danza
Festival Internacional de Danzas Negras: Baile, reflexiones, identidad...
Un soporte académico que ofrecerán investigadores de Brasil, Colombia, Cuba y México, acompaña la extraordinaria muestra coreográfica en 13 foros de nuestro país los días 28 y 29 de este mes, para significar el reconocimiento cultural de 2 y medio millones de afrodescendientes en nuestro país.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Con más de 300 artistas y la participación de investigadores académicos de Brasil, Cuba, Colombia y México se lleva a cabo todo este mes de agosto la primera edición del Festival de Danzas Negras: Reflexiones Afroindígenas en 11 espacios de la capital mexicana y sedes en Oaxaca y Veracruz.
La finalidad es mostrar la riqueza de los ritmos, las tradiciones y las raíces afroindígenas. El coreógrafo y curador e investigador de danza Alonso Alarcón Múgica (Veracruz, 1980), quien además es el coordinador Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), argumenta que este festival surge “para justamente fortalecer este tema de la identidad desde lo afromexicano a través de las danzas”.
El doctor en Historia del arte por la Universidad Nacional Autónoma de México y en Danza por la Universidad Federal de Río de Janeiro, detalla:
“En México tenemos muchas danzas que históricamente han sido estudiadas o reflexionadas desde la perspectiva de lo indígena y lo mestizo, y como se sabe es muy reciente que incluso a nivel constitucional se haya reconocido en 2019 a las comunidades afroamericanas y la autodenominación de una raíz afro dentro de la identidad como mexicanos. Me parece muy relevante que podamos todo el mes estar danzando y en diálogo con países como Brasil, Colombia y Cuba para seguir visibilizando la matriz negra que nos constituye como mexicanos”.

En efecto, en 2019 México avanzó significativamente en el reconocimiento de esos derechos con la reforma en el artículo segundo, apartado C de la Constitucional Política de los Estados Unidos Mexicanos, otorgándoles un estatus legal y político. Así se busca garantizar su autonomía, sistemas normativos y protegerlos de la discriminación.
Y según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por primera vez, de acuerdo al censo del 2020, hay 2 millones 576 mil 213 personas afromexicanas o afrodescendientes, lo que representa el 2% de la población total del país.
Sobre las naciones invitadas al Festival de Danzas Negras, Alarcón Múgica, también bailarín formado en la facultad de Danza de la Universidad Veracruzana, especifica que Brasil, Cuba y Colombia “poseen una amplia trayectoria en temas de negritudes, y las danzas de la cultura popular han sido íntimamente analizadas a nivel académico y coreográfico dancístico”. Añade:
“Me parece que son países de los que podemos aprender mucho, y sobre todo han hecho producciones muy importantes hablando en el campo de la danza en torno a lo afro. Por ejemplo, de Cuba tenemos una compañía que dirigen Eva Despaigne y Obini Bata, las primeras mujeres en el mundo en tocar los tambores sagrados “Bata” que se usan en ceremonias religiosas para invocar a deidades.
“Igual, los temas de las negritudes nos llevan a otro tipo de reflexiones, como cuestiones de género y machismo, y estas naciones están poniendo un acento importante en estas temáticas. Igual de Cuba hay una propuesta que se llama ‘Bará’, se presentará el jueves 28 y viernes 29 en el Teatro de la Danza con el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, que dirige desde hace cuatro años Leivan García Valle, un coreógrafo negro muy joven, quien ha dialogado con toda esta tradición de danzas negras cubanas para colocar otras preguntas, digamos, sobre lo coreográfico, y trae esta pieza que aborda relatos sobre las deidades orichas, y desde una perspectiva contemporánea, renovada”.

Enfatiza:
“Es muy importante decir que la selección de estos países tuvo que ver con la amplia tradición que tienen en las negritudes, pero además poseen autoras, coreógrafas y coreógrafos que han estado produciendo piezas que nos hablan del pensamiento contemporáneo y del pensamiento actual cuando hablamos de los afrodescendientes en las danzas”.
Las posturas corporales
-¿Qué ve de nuevo en estas danzas? -se le pregunta.
-Vamos a tener sones y chilenas de Pinotepa Nacional, Oaxaca, vamos a tener sones de artesa y cuadrillas de danzas de Los Negritos de la Organización Tutunakú de la Costa Totonaca de Papantla, Veracruz. Viene Mauricio Soares de Brasil. Vamos a registrar en los ritmos, las posturas corporales que tienen que ver con flexiones de piernas, las curvaturas de las espaldas, con una activación muy fuerte del tema de la pelvis. Algo muy de las danzas de la matriz negra africana son las faldas que hacen toda una circularidad, los giros, y que efectúan una evocación a las presencias espirituales.
“Es importante distinguir que todas estas danzas poseen una versión religiosa o una versión vinculada al campo del misterio y lo espiritual en diferentes versiones. En México esa parte espiritual estuvo un poco más desdibujada y esto tiene que ver con toda la historia colonial y con borrar ese relato histórico que hemos tenido, pero que en las danzas se aparece. Y por otro lado se verán en el festival las propuestas de las negritudes en una versión contemporánea, como de la compañía Jóvenes Zapateadores de Veracruz, bajo la dirección de Ernesto Luna. Su obra se llama Construida en ébano, que habla justamente de los negros en Veracruz con una técnica de zapateado muy actual, muy contemporánea, que ha desarrollado esa compañía durante los últimos más de veinte años que tiene”.
Menciona la presencia del coreógrafo, bailarín y docente mexicano Serafín Aponte, quien va a presentar una pieza icónica del repertorio nacional de las danzas negras que existen en México, Yanga, en torno a un esclavo rebelde. Alarcón Múgica explica:
“Hace veinticinco años estrenó la obra Yanga, un personaje de las negritudes en Veracruz que además dio nombre también a un poblado en ese estado. Aponte es uno de los pioneros en trabajar desde las técnicas contemporáneas de la danza tópicos de negritudes, y vamos festejar en la clausura del 31 de agosto en el Teatro del Bosque Julio Castillo con una debelación de placa con motivo de las dos décadas y media”.
Está centrada en la vida de Yanga Gaspar, traído a las costas de Veracruz en Nueva España. Miembro de la familia real de Gabón, después de escapar, lidera en México una rebelión y negocia con el gobierno virreinal, logra fundar el llamado “primer pueblo libre de América” en 1609. La obra es una ficción inspirada en los desafíos que Yanga enfrentó durante 30 años de lucha que ilustra su hazaña histórica.
La pieza surge de la inquietud de Aponte por explorar su origen afromexicano y reconocer la existencia de la población afrodescendiente en México. Aponte busca informar al público sobre este hecho histórico y, al mismo tiempo, destacar la presencia de esta población en el país.
Yanga es una contribución significativa al repertorio del coreógrafo. En 2023 Aponte celebró, en el Palacio de Bellas Artes, los 40 años de carrera artística en la danza contemporánea mexicana con esta obra.

Subraya que académicos de la Universidad de La Habana, la Universidad Veracruzana, el Centro Chicano de Los Ángeles, California, y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) mexicano, entre otras instituciones, ofrecen conferencias magistrales sobre investigaciones que tocan la herencia africana en la danza en México.
Es creador de 65 coreografías, y algunas de sus piezas se han presentado en Europa, Asia y Latinoamérica. Finaliza:
“Esperamos que este primer festival, que tiene toda la intención y la fuerza de la Secretaría de Cultura y del INBAL, lleve al público a reconectarse y a reconocerse como este México negro que también somos”.
El programa completo se puede ver en la página del INBAL y de la Coordinación Nacional de Danza y en sus redes sociales (@danzainbal).