Cultura
El Museo Dolores Olmedo y su colección, “de interés nacional”: especialistas
Aunque desde 2020 se hablaba de una irregularidad por el cambio de fiduciaria del fideicomiso del Museo Dolores Olmedo, hoy se exige información para impedir que la voluntad de su donadora se trastoque y se aclare su traslado de Xochimilco a Chapultepec, con las obras de Diego y Frida.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Tanto para el diplomático cultural Edgardo Bermejo como para el experto en derecho cultural Luis Cacho, la polémica sobre el cierre o reapertura del Museo Dolores Olmedo -que alberga la colección más grande de caballete de Diego Rivera y Frida Kahlo-, es un asunto de interés nacional y no sólo del gremio cultural.
El acervo que se encuentra en el recinto, ubicado en la casona de La Noria, en Xochimilco, podría ser trasladado a un espacio específico en Chapultepec, disposición que contravendría la disposición original de quien fuera su dueña, la señora Dolores Olmedo Patiño, quien donó al pueblo de México las 148 obras de Diego Rivera y las 26 de Frida Kahlo.
El museo abrió sus puertas en 1994, y permaneció abierto al público por casi 30 años. Al fallecer en 2002, Olmedo Patiño dejó estipulado que su acervo -que también incluye 48 obras de Angelina Beloff, unas 30 de Pablo O’Higgins, 800 figuras de culturas mesoamericanas, obras del virreinato talladas en madera y tres mil de arte popular nacional- nunca saliera de su sede, y para ello estableció un fideicomiso que velara por ese cumplimiento.

Pero se cerró al público a raíz de la pandemia, cuando en octubre de 2021 Dolores Phillips Margáin, nieta de la señora Olmedo -e integrante del Comité Técnico del fideicomiso junto con sus hermanos Dolores, Guadalupe, Carlos y Fernando, así como su padre, Carlos Phillips Olmedo-, dijo públicamente que se planeaba un nuevo museo en el Parque Urbano Aztlán, en Chapultepec, con intención de que ahí se expusiera toda la colección de arte, mientras que el inmueble de Xochimilco se mantendría como centro cultural y sede del fideicomiso, más la colección de cultura popular.
A lo largo de estos años se han levantado voces en contra, y el 26 de junio último se expuso la anomalía del proyecto durante la mesa de análisis Revocar lo irrevocable. Fideicomiso Dolores Olmedo en Casa Lamm, con la participación de Bolfy Cottom, experto en legislación cultural; el notario Miguel Ángel Beltrán Lara, la periodista cultural Adriana Malvido además de Cacho y Bermejo Mora. (https://youtu.be/Z9Cp1ZkoCnM?si=oi7S8xvO0uudupmd)
Se denunció entonces una irregularidad más a la voluntad de la mecenas de Diego Rivera, al hacerse hincapié en la revocación de Nacional Financiera (Nafin) como fiduciaria de la administración del museo por CI Banco, respecto al destino de la colección.
El asunto creció el 4 de julio, al aparecer una “carta abierta” dirigida a Claudia Curiel de Icaza, titular de Cultura federal; Clara Brugada, Jefa de Gobierno capitalino; Alejandra de la Paz Nájera, directora del INBAL; Ana Francis López, secretaria de Cultura de la CDMX; y el Comité Técnico del Fideicomiso Dolores Olmedo, entre otros.
Firmada por casi un centenar de figuras de la escena cultural como Eduardo Matos Moctezuma, Gerardo Estrada, Felipe Leal, Luz Emilia Aguilar Zinser, Felipe Garrido, Paloma Torres, Carmen Gaitán Rojo, Carlos Lara G., se solicitó información sobre “la participación en la decisión del traslado de los bienes culturales que forman parte del acervo del museo referido (Dolores Olmedo) al Parque Urbano Aztlán”.
No sólo se mostró también la inconformidad con el cierre del recinto, sino su reapertura inmediata, y se pidió al INBAL y al INAH información del estado de los bienes de su competencia a preservar, haciendo énfasis en que “se siga cumpliendo con la voluntad de la señora Dolores Olmedo plasmado en el Contrato originario del referido Fideicomiso”.
Cierre temporal
El 8 de julio el fideicomiso dio respuesta con el título “En defensa de la gestión y honorabilidad”, en donde se afirmó que el cierre del recinto es temporal y “se prevé la reapertura de la sede en La Noria, Xochimilco, en el año 2026”; también se enfatizó la postura abierta a una posible extensión o colaboración con otros espacios culturales, así:
“En primer lugar es preciso aclarar que el fideicomiso propietario de la colección Dolores Olmedo es de naturaleza privada, titular de bienes protegidos por nuestro ordenamiento jurídico. No obstante, desde su constitución y hasta la fecha, ha cumplido cabalmente (y con creces) con los fines para los que fue creado, ejecutando con honor y transparencia la generosa voluntad de Dolores Olmedo, quien legó su patrimonio artístico y cultural para beneficio de nuestro México”.

Sobre el “cierre” del recinto en La Noria, se apuntó:
“Reiteramos que (el cierre) obedece a un proceso necesario de restauración y modernización de las instalaciones, así como a la actualización de los sistemas de conservación y seguridad, con el objetivo de asegurar la integridad del acervo y ofrecer una experiencia museográfica renovada y de excelencia a nuestros visitantes”.
Además de preveerse la reapertura del museo en el año 2026, rechazaron opacidad, aunque continuando con la idea de una expansión:
“Cualquier extensión o colaboración con otros espacios culturales es una grandísima oportunidad para continuar cumpliendo con los fines del fideicomiso en cuanto a ampliar la difusión del patrimonio, sin menoscabo de la integridad, titularidad ni resguardo de las colecciones”.
Chapultepec ¿sinónimo de centralismo?
Por ello Proceso buscó a Edgardo Bermejo y Luis Cacho. Entrevistados por separado, el primero expresó que el museo y sus obras son sinónimo de identidad del sur de la capital mexicana, y dio un ejemplo:
“Hay que recordar cuando en 1964, con motivo de la inauguración del Museo Nacional de Antropología, se decidió traer desde el pueblo de San Miguel Cuautlinchán, Estado de México, al monolito que se conoce como “Tláloc”, una figura que era parte del patrimonio comunitario de ese pueblo, que forma parte de su identidad y, digamos, de su universo religioso.
Y que de manera absoluta y arbitraria, a pesar de las de las protestas de esa comunidad -incluso intervino el ejército- se les despojó para llevarse el monolito a Chapultepec. Hoy está más que documentado que fue un acto arbitrario, innecesario, que despojó a una comunidad de algo valioso: su patrimonio comunitario. Eso ocurrió hace 60 años. De manera reciente hubo una protesta en Xochimilco por parte de la gente en defensa del museo, me parece que lo que estamos viendo ahora con el Dolores Olmedo se parece en un sentido a lo que ocurrió hace seis décadas.
Tras recordar que durante el sexenio pasado el proyecto central del gobierno fue “Chapultepec: Naturaleza y Cultura”, que absorbió gran parte del presupuesto en materia cultural -que continúa a la fecha en sus cuatro secciones-, dijo:
“Creo que se ha convertido en el espacio ideal para regimentar los centralismos culturales. Concentra los mayores museos, estructura y un buen presupuesto, cosa que hay que tener muy en cuenta; por otra parte, y vamos pasando a otros asuntos, la respuesta del fideicomiso del museo ha sido innecesariamente agresiva y defensiva.
“No han dado una sola explicación del porqué permanece cerrado cinco años. Si durante cinco años sólo se ha dedicado a su renovación y su remodelación, pues seguramente tendría que haber allá adentro un proceso de transformación impresionante, pero me parece no es el caso, creo que hay un museo cerrado por unas decisiones técnico-administrativas”.

Y aludió respecto a la “poca afluencia” a ese museo como una de las excusas para llevar el acervo pictórico a Chapultepec:
“Leía que hay cierto descontento en los directivos de la baja asistencia al museo, pero yo imagino que cualquier lugar que tenga 26 obras de Frida Kahlo tendría garantizada una asistencia, un acceso con un buen sistema gerencial de administración y promoción del museo. ¿Que tenía poca asistencia? Me parece que faltó ahí talento, imaginación e ingenio para recuperar la atención del público en un lugar que tiene Fridas, más de un centenar de Riveras, entre otras grandes obras”.
Acentuó que, a su juicio, el buscar sacar las obras de su sede responde más a “un convenio de orden comercial, por el cual recibirán un pago a cambio del préstamo a largo plazo de las obras, hay que revisar eso con lupa, las condiciones establecidas en el testamento y legado de Dolores Olmedo”.
Concluyó:
Insistiría, no se trata de elevar el tono y de generar una guerra en un país donde la violencia está en otros lados. Se trata simplemente de transparentar las decisiones, de asegurarnos que no se comete un despojo contra la comunidad de Xochimilco, como el que ocurrió en el año 1964. Me parece que el fideicomiso tiene la oportunidad de contar a la opinión pública, ¡a su público!, exactamente qué está pasando y qué va a pasar con esta situación.
En ese mismo tenor Luis Cacho coincidió en el tono “agresivo” del fideicomiso al gremio cultural:
“Más allá de continuar en un intercambio de descalificaciones, vale mucho la pena que el museo ponga claridad, y creo que tiene la oportunidad de hacerlo.
“Estamos hablando de un legado importante, y el más importante en materia de obras de Frida Kahlo y Rivera, que son patrimonio de la nación, es algo necesario”.
Recordó también el tema del cambio de Nacional Financiera (Nafin) como fiduciaria que por decisión del Comité Técnico en 2020 cambió a CI Banco, mencionándolo -al igual que en la mesa de análisis- como un manejo “irregular”:
“Años después del deceso de Dolores Olmedo hay diferencias que no quedan claras. El comité revocó a Nacional Financiera y se hizo una sustitución fiduciaria por CI Banco, lo que yo considero va en contra de lo establecido por Dolores Olmedo, quien donó al ‘pueblo de México’”.
Recordó las facultades del INBAL para intervenir como instancia protectora del patrimonio artístico de la nación, sobre todo después de cinco años de que el museo está cerrado:
“Está en su competencia, si así lo quisiera, de ingresar a La Noria a realizar una visita de inspección, tiene las facultades para revisar que las obras estén bien preservadas, pues pasaron varios años. No las tiene para impedir un traslado, pero sí para revisar su estado.
“No sé si vaya a haber otra mesa de análisis, no lo sé, pero sin duda es un asunto de interés de carácter nacional. Más allá de mi interés como profesional por mi formación, esto es un tema que debe interesar a todos los mexicanos”.