Premio Cervantes

“Mi premio es un guiño de España”: Gonzalo Celorio sobre el Cervantes 2025

Gonzalo Celorio es el séptimo escritor mexicano en ganar el Premio Cervantes, antes lo recibieron: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pital, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y Fernando del Paso.
martes, 4 de noviembre de 2025 · 16:23

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A un día de conocerse como Premio Cervantes 2025, el máximo galardón en español, el escritor Gonzalo Celorio rindió una conferencia de prensa donde recordó sus primeros acercamientos con la palabra, sus enseñanzas como académico, la identidad del español y otros de corte político, como la tensión entre México y España. A raíz de su historia afirmando que su galardón, es en parte, un guiño y esperanza para que la relación entre ambas naciones se renueve. 

En largo acto desde la Capilla Gótica, el ensayista, actual director de la Academia Mexicana de la Lengua y séptimo autor nacional en obtener el Cervantes de Literatura –tras figuras como Octavio Paz, Fernando del Paso, José Emilio Pacheco (columnista de Inventario y fundador en Proceso) y Elena Poniatowska–, se vio visiblemente feliz respecto al premio y se consideró un privilegiado al obtenerlo.  

Esto luego de que su nombre fuera tendencia en materia de Cultura como el merecedor del Cervantes por ser un autor, que “representa la figura del escritor integral: creador, maestro y lector apasionado”, según el Ministerio de Cultura de España. 

Con los libros de su más reciente publicación “Ese montón de espejos rotos” (Tusquets) al frente de la mesa y representantes de Grupo Planeta presentes, Celorio respondió ante cuestionamientos de la prensa tras una breve introducción de su editor Juan Cerezo Molina, quien vía video-conferencia lo definió como un “autor coherente” y “ejemplar respecto a la realidad de México”. 

Fue justamente este último tema el que resonó de inicio cuando se le cuestionó su pensamiento respecto a la relación entre México y España, luego de las distintas peticiones desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y de Claudia Sheinbaum de una disculpa ante la ‘conquista española’, sobre lo cual respondió: 

“Por lo menos desde el sexenio pasado hay una actitud del sistema político que piensa que España en la época de la conquista fue una atrocidad, yo no quiero decir que esa atrocidad no ocurrió, fue una conquista violenta, pero lo que es verdad es que España no era todavía España, ni México era todavía México.  

“Si nos ubicamos en el contexto ideológico, cultural, y político del siglo XVI vamos a advertir que esta violencia era más o menos pertinente en esa época, por eso un poeta español de apellido Quintana decía ‘crímenes fueron del tiempo y no de España’, lo que me parece significativo. Hay otros fenómenos que deberían tomarse en cuenta para complementar esta consideración, es que la conquista española a diferencia de la conquista inglesa tuvo una actitud de integración que resulta importante frente a la otredad…”. 

Celorio (Ciudad de México, 1948) aseveró que tanto el Premio Cervantes como otros reconocimientos recientes que se han otorgado a colegas son parte de una ‘esperanza’ de relaciones entre naciones, de manera reciente el Princesa de Asturias de las artes visuales a la fotógrafa Graciela Iturbide, o el Princesa de Asturias de la Concordia al Museo Nacional de Antropología e Historia; incluso mencionó una gran exposición sobre la figura de la Virgen de Guadalupe en el Museo de El Prado; y otras más en la Casa de México en España y el Instituto Cervantes: 

“Subyace la idea o el propósito que México está en España, no sólo a actidud de España de favorecer a la cultura mexicana, tengo la esperanza que esto vaya redundando en la recomposición de las relaciones entre México y España, son muy importantes, pienso en términos de academias de la lengua americana, que son 19, que surgieron hace siglo y medio”. 

En seguida recordó cómo su pensamiento sobre la parte histórica, críticas y fallas de movimientos y situaciones las ha plasmado en sus libros, mencionando “Las tres lindas cubanas” con referencia a la Revolución Cubana, pero también lo sucedido en España en “El metal y la escoria”, y de Nicaragua” en “Los Apostatas”: 

“Estas novelas no me pertenecen exclusivamente a mí, son parte de una colectividad, no se trata de que mis familiares sean presentados porque son familiares míos, sino porque son representativos de unidades más grandes, se habla de amasamientos de fortuna, filtraciones, trashumancias, crisis amorosas, vocaciones religiosas abandonadas…. 

“Escribo fundamentalmente para olvidar, mis novelas son memorísticas, pero lo hago para olvidar, lo que hace un escritor es traspasar lo que originó la novelas al lector, no sé por qué hay tantos lectores porque son un tanto masoquistas, compran conflictos ajenos, para ver las calamidades de los otros, lo hacemos porque somos lectores, porque esos conflictos también nos pertenecen en nuestra condición humana”. 

Celorio reconoció a la UNAM (donde fue profesor titular por 49 años) su ‘alma mater’ por haber hecho su candidatura para el Cervantes, y las enseñanzas de sus alumnos para renovar sus conocimientos constantemente, y por tanto su escritura, relatando sobre su oficio: 

“Escribo por necesidad, sin plan determinado, creo en aquella frase de Blanchard que decía que la escritura de una novela era como lanzarse al mar, sin cera en los oídos y estar dispuesto a oír el canto de las sirenas. sin tener remota idea de a dónde va a llegar, tampoco sabe si va a poder llegar a Ítaca, esa es la escritura de una novela, es lanzarse, me parece una definición extraordinaria de la novela”. 

Respecto a los bajos índices de lectura en México dijo que se trata de un problema serio y triste: 

“Hay un índice de lectura bajo en nuestro país, lo que es alarmante, no deja de ser triste que gran parte dela población se prive del maravilloso privilegio de leer, pregunto a mis alumnos si han leído tal o cual novela, cuando me dicen que no siento envidia, me parece maravilloso la oportunidad de leer a Cortázar o Borges y leer un libro de esta trascendencia, me declaro incompetente para saber cómo solucionar este problema, en lo personal comparto la lectura, la literatura y creo que he infundido un ánimo de lectura… 

“Es un problema de raíz, no hay cultura literaria y los hijos de esos analfabetas funcionales tampoco van a ser lectores, porque la lectura va con el ejemplo. El sistema educativo nacional tiene deficiencias en estos tiempos, trabajé en la elaboración del libro de texto gratuito en los setentas que es lo mejor que me ha pasado en términos editoriales porque ninguno de mis libros ha tenido millones de ejemplares como los de esos libros en donde escribí cuentos para niños”. 

También le llegó el cuestionamiento obligado sobre la relación entre México y Estados Unidos, y cómo al mismo tiempo que recibe el Cervantes, miles de mexicanos en el país del norte son denostados por hablar español, respondió tibiamente: 

“…Uno de cada cuatro hablantes de español es mexicano sin contar a los mexicanos que viven en Estados Unidos; tan identitaria es la lengua que cuando hay una actitud discriminatoria de proscribirla, es agresivo, doloroso, el país mismo se empobrece sin una lengua que es patrimonio de una buena parte de la población norteamericana, hay una academia norteamericana de la lengua española porque EU es un país tiene muchos hablantes de español y en poco tiempo, será el segundo país con más hablantes de español después de México”. 

Finalmente, en un puente momentáneo entre su libro “La familia”, a partir de sus recuerdos y vivencias familiares, y “Ese montón de espejos rotos”, su autobiografía, recordó que su hermano Miguel –el mayor de 12–, y él, siendo el undécimo, entablaron una relación a raíz de la palabra, él le hacía aprenderse frases y versos que a los cinco años no comprendía, pero le conllevaban aplausos entre su familia, y le daban una personalidad y ‘lugar’ entre 12 hermanos. 

“Ahí supe que lo que quería tendría que ser a partir de la palabra”. 

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