Cine/Aún no
Cine/Aún no: En el Tour del Cine Francés
La teatralidad sobresale en dos de las cintas del programa del Tour de Cine Francés de este año con dos cintas: El acusado (Le fil; Francia, 2024) y Rodrigo enamorado (Avignon; Francia, 2025).CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La teatralidad sobresale en dos de las cintas del programa del Tour de Cine Francés de este año: Una, El acusado (Le fil; Francia, 2024), dirigida y protagonizada por el veterano actor Daniel Auteuil -asociada al teatro sólo porque el género de juicio en la corte se desarrolla teatralmente, con monólogos, diálogos, sorpresas y giros inesperados, todo dentro de un escenario fijo que es la sala del jurado-. La otra, Rodrigo enamorado (Avignon; Francia, 2025), sí que teje su trama en relación al teatro, actividad central del famoso Festival de Avignon -a manera de teatro dentro del teatro donde los personajes son actores, y el teatro clásico se entrelaza con el experimental.

Además de haber trabajado con directores legendarios como Claude Sautet (Un corazón en invierno, 1991), Daniel Auteuil ha dirigido ya una media docena de filmes, sabe de dirección y actuación, pero no supo resistir la tentación de dirigirse a sí mismo, además de adaptar el guion -en colaboración con Steven Mitz- del libro del famoso abogado defensor Jean Ives Moyard (El libro del defensor Mo); un caso real, gancho irresistible para quienes gustan del género crimen y juicio.
La interpretación de Auteuil como el abogado Jean Monier, resulta un tanto solemne cuando se presenta como ese que dice verdades trascendentes dentro del campo del derecho. El acusado se defiende bien gracias al seguimiento inteligente del engranaje de la justicia francesa, del enigma de quién mato a quién, y a la ilustración de un principio muy propio a la cultura del derecho francés, intime conviction (literalmente “convicción íntima”), de parte del juez, concepto con muchos matices del que sólo los expertos en derecho podrán opinar.
Jean Monier se haya retirado, por años, de la práctica profesional desde que un criminal, que había logrado exonerar, reincidió al quedar en libertad. Cuando se entera de la situación de Nicolas Milik (Grégory Gadebois), amante padre de familia acusado de haber degollado a su mujer, decide defenderlo a toda costa, convencido de su inocencia. En vez de concentrarse en el supuesto delincuente, Daniel Auteuil se enfoca en el personaje del defensor; su motivación psicológica, reivindicarse como defensor, esta vez con un caso evidente, del error y de la culpa que habría experimentado en el caso anterior.
Difícil suponer que Auteuil no haya leído La caída (La Chute, 1956), la última novela de Albert Camus; Clamence, un gran defensor, se convierte en vagabundo (clochard) cuando toma conciencia de su propia mala fe en casos un tanto similares; pero El acusado desaprovecha el material y prefiere no entrar en un debate moral y metafísico, permanece en la línea de la mera intriga.
Más difícil de resumir por sus giros de comedia de situaciones, pero más inteligente y entretenida, resulta Rodrigo enamorado, cuya trama, basada en un quiproquo (malentendido) en la que Stephan (Baptiste Lecaplan), actor nada exitoso, llega a participar con una obra experimental en Avignon; ahí se topa con una excompañera de teatro de la que se había enamorado, y que ahora es una actriz famosa; ella piensa que él participa en la puesta de El Cid, la obra clásica de Corneille, y él no hace nada para desmentirla. El director Joahnn Dionnet juega con el heroísmo del personaje de Rodrigo -tan padecido por los estudiantes del liceo-, y con los equívocos de la comedia de vaudeville.
Esta disfrutable comedia parece inspirarse, de manera ligera y digerible, en lo que fue la estupenda Alceste à byciclette, de 2013) (“Molière en bicicleta”), en la que el director Phillipe le Guay pone en relieve la vocación trágica del protagonista de El misántropo de Molière.