Mascotas

Día Mundial del Perro: Qué dice la ciencia sobre dejar que tu mascota duerma contigo

Dormir con perros puede introducir en la cama alérgenos, bacterias como Enterobacteriaceae y parásitos como pulgas, según estudios científicos.
lunes, 21 de julio de 2025 · 06:00

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— En el marco del Día Mundial del Perro, celebrado cada 21 de julio, surge la interrogante sobre una de las prácticas más comunes y queridas por los dueños de mascotas: compartir la cama. A pesar del confort emocional que puede generar, diversas investigaciones y entidades de salud exponen las razones por las cuales esta costumbre podría no ser la más indicada.

¿Por qué se conmemora el Día Mundial del Perro?

La elección del 21 de julio para celebrar el Día Mundial del Perro, establecida desde 2004, no es una casualidad. La fecha busca generar conciencia sobre la problemática del abandono animal, que tiende a incrementarse durante el periodo vacacional del verano en el hemisferio norte. Muchas familias, al planificar sus viajes, optan por dejar a sus mascotas, lo que resulta en un aumento de perros en situación de calle o en refugios. Por ello, la jornada tiene como objetivo principal promover la tenencia responsable y la adopción, recordando la lealtad y el papel fundamental que los perros desempeñan en la sociedad.

Establecer rutinas y espacios definidos para el descanso de las mascotas puede contribuir a una convivencia más saludable.
Foto: Canva

Los riesgos que no se ven a simple vista

La principal advertencia de veterinarios y especialistas en comportamiento animal se centra en la higiene. Compartir la cama con un perro implica la transferencia de pelo, piel muerta, saliva y polvo a las sábanas. Estos elementos pueden atraer bacterias y ácaros del polvo, capaces de irritar la piel o agravar alergias preexistentes. Los alérgenos transportados por las mascotas pueden permanecer en el ambiente durante semanas o incluso meses.

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Un estudio publicado en la revista Pathogens en octubre de 2022, examinó la presencia de patógenos zoonóticos en mascotas que duermen con sus dueños. La investigación encontró que el 86% de los perros y el 32% de los gatos analizados dieron positivo a Enterobacteriaceae en su pelaje o almohadillas. Estas bacterias, de origen fecal, pueden transmitirse a los humanos por contacto directo.

El ciclo de sueño de los perros difiere del de los humanos, lo que puede ocasionar interrupciones nocturnas y afectar la calidad del descanso de sus dueños.
Foto: Canva

Además, las mascotas pueden ser portadoras de parásitos como pulgas y garrapatas, que tienen el potencial de causar una infestación en el colchón. El mismo estudio detectó pulgas en el lugar de descanso del 7% de los perros y el 23% de los gatos participantes. Estos insectos pueden transmitir enfermedades como la bartonelosis, conocida como la enfermedad por arañazo de gato.

El riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, aquellas que pasan de animales a humanos, es una consideración importante. Aunque el riesgo de contraer una enfermedad grave por dormir con una mascota es bajo en Estados Unidos, según Healthline, es posible la transmisión de bacterias, parásitos y hongos. Las vías de contagio incluyen el contacto con heces, lamidas en el rostro o heridas abiertas, arañazos y mordeduras. Entre las infecciones más comunes se encuentran las causadas por ácaros, la tiña y las transmitidas por pulgas y garrapatas.

¿Cómo afecta a la calidad del sueño?

La calidad del descanso también puede verse comprometida. Los perros, por naturaleza, son animales en estado de alerta constante, lo que los convierte en durmientes ligeros. Un estudio de 2020, aunque realizado en una muestra pequeña de mujeres, mostró que tener un perro en la cama aumenta el movimiento humano durante la noche, lo que puede perturbar el sueño. Los ronquidos, el babeo o el calor corporal del animal son otros factores que pueden impedir un descanso reparador.

La decisión de permitir que un perro duerma en la cama involucra un balance entre el vínculo emocional y las consideraciones de salud. 
Foto: Canva

La Sleep Foundation señala que, si bien muchas personas afirman que dormir con su mascota mejora su sueño, las interrupciones son una desventaja real. Sugieren que una solución intermedia podría ser colocar una cama para el perro dentro de la misma habitación, pero no sobre la cama del dueño, para minimizar las perturbaciones.

Consideraciones sobre el comportamiento y la seguridad

Contrario a la creencia popular, no existe evidencia científica que respalde la teoría de que permitir a un perro dormir en la cama le otorga un sentimiento de dominancia. Sin embargo, algunos perros pueden mostrar un comportamiento territorial y gruñir o ladrar cuando una persona se acerca a la cama. Este comportamiento, según los expertos, puede corregirse con un entrenamiento constante.

La seguridad es un factor crucial, especialmente en hogares con niños. Los menores son más susceptibles a los gérmenes que los adultos, y el riesgo de mordeduras o arañazos puede ser mayor. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos no recomiendan que los bebés duerman con mascotas.

Recomendaciones para una convivencia segura

Los CDC también ofrecen directrices específicas en situaciones de enfermedad. Si una persona está enferma, por ejemplo con COVID-19, se recomienda evitar todo contacto cercano con las mascotas, lo que incluye caricias, besos, compartir comida y dormir en la misma cama.

Para aquellos que deciden continuar compartiendo el lecho con sus perros, los especialistas recomiendan una serie de medidas para minimizar los riesgos:

  • Salud veterinaria al día: Asegurar que el perro cuente con todas sus vacunas, desparasitaciones y tratamientos preventivos contra pulgas y garrapatas.
  • Higiene rigurosa del lecho: Lavar sábanas, cobijas y fundas de almohada al menos una vez por semana para eliminar la acumulación de pelo, alérgenos y posibles gérmenes.
  • Aseo regular de la mascota: Bañar al perro y cepillar su pelaje con frecuencia para reducir la cantidad de suciedad y pelo suelto que puede llevar a la cama.
  • Establecer límites claros: Entrenar al perro para que espere una invitación antes de subir a la cama y que no duerma sobre las almohadas ni debajo de las cobijas para reducir el contacto directo.

La decisión de dormir o no con una mascota es, en última instancia, personal. No obstante, es importante estar informado sobre los posibles riesgos para la salud y la calidad del sueño que esta práctica conlleva, según la información proporcionada por la ciencia y las organizaciones de salud.

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