Bacteria

La bacteria "come carne" se encuentra en estos lugares: lo que debes saber para protegerte

La fascitis necrosante es una infección bacteriana rara que destruye rápidamente el tejido blando. Conocida como "come carne", es causada por bacterias como Streptococcus del grupo A y Vibrio vulnificus.
lunes, 11 de agosto de 2025 · 09:00

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— El término "bacteria come carne" describe de forma popular una infección rara pero grave conocida como fascitis necrosante. Esta condición no es causada por un solo tipo de bacteria, sino por varios microorganismos capaces de provocar una destrucción rápida del tejido blando del cuerpo, incluyendo la piel, la grasa y el tejido que recubre los músculos.

Entre las bacterias que pueden causar esta infección se encuentran los estreptococos del grupo A (Streptococcus pyogenes) y la Vibrio vulnificus. Los estreptococos del grupo A son bacterias que comúnmente se hallan en la garganta y sobre la piel, y aunque la mayoría de las veces causan afecciones leves como la faringitis estreptocócica, en raras ocasiones pueden volverse invasivas y peligrosas.

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Por su parte, la Vibrio vulnificus habita de forma natural en aguas marinas cálidas y salobres, que es una mezcla de agua dulce y salada, como la que se encuentra en estuarios y desembocaduras de ríos. La presencia de esta bacteria aumenta en los meses más cálidos, generalmente entre mayo y octubre, cuando la temperatura del agua supera los 13 °C. Fenómenos como huracanes e inundaciones costeras pueden asociarse con un aumento de las infecciones por Vibrio vulnificus al dispersar estas aguas hacia el interior.

¿Cómo ingresan las bacterias al cuerpo y qué daño provocan?

La principal vía de entrada de estas bacterias al organismo es a través de una herida en la piel. Esto puede incluir cortes, raspaduras, quemaduras, picaduras de insecto o heridas quirúrgicas. En el caso de la Vibrio vulnificus, la exposición de una herida abierta al agua de mar o a productos marinos contaminados es una forma común de infección. Otra vía de contagio de Vibrio vulnificus es la ingesta de mariscos crudos o poco cocidos, especialmente ostras, que pueden acumular la bacteria.

Una vez que la bacteria ingresa al cuerpo, puede comenzar a liberar toxinas que destruyen el tejido. La infección afecta la fascia, que es el tejido conectivo que envuelve músculos, nervios y vasos sanguíneos. Este daño interrumpe el suministro de sangre a los tejidos, lo que provoca su muerte o necrosis, de ahí el nombre de fascitis necrosante. La infección puede propagarse con rapidez, en cuestión de horas o días.

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Aunque la fascitis necrosante es una condición rara, cualquier persona puede contraerla. Sin embargo, el riesgo es mayor para personas con un sistema inmunitario debilitado, o con condiciones crónicas de salud como diabetes, cáncer o enfermedades hepáticas.

¿Cuáles son los síntomas y el tratamiento requerido?

Los síntomas iniciales de la fascitis necrosante pueden aparecer de forma súbita y pueden incluir enrojecimiento, hinchazón y calor en un área de la piel que se extiende rápidamente, junto con un dolor que a menudo se describe como desproporcionado en relación con la apariencia de la lesión. También es común la aparición de fiebre.

A medida que la infección avanza, pueden desarrollarse úlceras, ampollas o manchas negras en la piel, y pueden presentarse síntomas sistémicos como mareos, fatiga, náuseas y diarrea. Si la infección se extiende al torrente sanguíneo, puede provocar sepsis y un fallo multiorgánico, condiciones que ponen en riesgo la vida del paciente.

El tratamiento para la fascitis necrosante debe ser inmediato y se realiza en un entorno hospitalario. Se basa en la administración de antibióticos por vía intravenosa para combatir la infección bacteriana. Junto con los antibióticos, la cirugía es una parte fundamental del tratamiento. Se realiza un procedimiento llamado desbridamiento quirúrgico para remover todo el tejido muerto o infectado, lo que es crucial para detener la propagación de la bacteria. En casos avanzados, pueden ser necesarias múltiples intervenciones quirúrgicas o incluso la amputación de la extremidad afectada para salvar la vida del paciente.

El diagnóstico temprano y un tratamiento agresivo son determinantes para el pronóstico del paciente. Por ello, ante la aparición de síntomas como un dolor intenso y creciente después de una herida en la piel, es fundamental buscar atención médica de forma inmediata.

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