Isabel Díaz Ayuso

La radicalización del discurso: Díaz Ayuso, el reflejo español de Trump

El domingo 28 de mayo se realizaron elecciones locales en España, una contienda en la cual Isabel Díaz Ayuso, lideresa del ala ultra del Partido Popular, destaca por su estridente discurso y polarizadora posición en busca de reelegirse por segunda ocasión para la Comunidad de Madrid.
viernes, 2 de junio de 2023 · 15:21

Elecciones locales en España, una contienda en la cual Isabel Díaz Ayuso, lideresa del ala ultra del Partido Popular, destaca por su estridente discurso y polarizadora posición (entre derecha –ella– y la izquierda) en busca de reelegirse por segunda ocasión para la Comunidad de Madrid aspirando a hacerlo con mayoría absoluta para prescindir del respaldo de cualquier fuerza política. “La Trump española”, como es conocida en medios de comunicación europeos, es vista como el reflejo de una tendencia hacia la derecha que puede tener impacto en las elecciones generales.

MADRID (Proceso).– Su llegada en 2019 a la primera línea de la política causó sorpresa incluso en el Partido Popular (PP) porque era una desconocida; pasó de ser la secretaria de Comunicación del partido a la candidata del PP para la Comunidad de Madrid, y con sorna se le atribuía como mérito haber sido community manager del Twitter del “Pecas”, el perro de la lideresa conservadora Esperanza Aguirre. Isabel Díaz Ayuso busca reelegirse por segunda ocasión, y aspira a hacerlo con mayoría absoluta para prescindir del respaldo de Vox, el partido de ultraderecha española.

Esta elección se realizó en ocho mil 131 ayuntamientos y en 12 de las 17 comunidades autónomas –equivalentes a los estados mexicanos– en toda España, comicios que se juegan en clave nacional. El resultado en las urnas del domingo 28 será la antesala para las elecciones generales a fin de año, y es la lideresa del ala ultra del PP la que más ha insuflado el tono de contienda nacional; como acérrima opositora del presidente del gobierno Pedro Sánchez, ha llevado a los españoles a la disyuntiva: “O Sánchez o España”.

Pablo Simón, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, destaca que, efectivamente, el tono nacional de la contienda es porque se trata de una justa “de bloques, de marcas”, izquierda y derecha. “Siempre hay pelea por la agenda en cualquier campaña electoral”, en este caso “la izquierda intenta que los temas sociales ocupen el debate y la derecha busca temas que movilice a los propios y dividan a su rival: como los socios de Sánchez, el terrorismo o el nacionalismo español”, que hacen “el debate se nacionalice, que es lo que el PP quiere, que esto vaya de un sí o no a Pedro Sánchez”.

En entrevista, advierte que, a reserva de los resultados, el hecho de que estas elecciones se celebren meses antes de las generales “pueden tener un efecto que luego se transmita a las elecciones estatales”.

“No hay una causa-efecto” entre el que gana las elecciones municipales y después vaya a ganar las elecciones generales, “pero hasta cierto punto marca una tendencia”, apunta.

Considera que la expectativa es que la derecha mejore sus resultados, pero es muy probable que Vox sea fundamental para que el PP pueda ganar gobiernos autonómicos. La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana y Baleaes son cuatro autonomías de las nueve que gobierna la izquierda en las que el resultado es más imprevisible.

El caso de Comunidad Valenciana centra la atención por la posibilidad que haya alternancia y el PP vuelva después de un gobierno de izquierda. “Es condición necesaria pero no suficiente para que la izquierda pueda optar a repetir en las generales el que aguante en Valencia”, dice.

El presidente Sánchez se ha volcado a la campaña apoyando a los candidatos del PSOE, haciendo anuncios de apoyos para jóvenes, para vivienda y ayudas fiscales. Sin embargo, las encuestas no reflejan mejor intención de voto para el PSOE pese a la razonable buena situación económica del país, con un crecimiento de 1.9%, según Bruselas; pese a la caída del paro, con la subida de 47% del salario mínimo, y ni con los beneficios de la reforma laboral para la creación de empleo estable.

La irrupción de Sumar de la vicepresidenta Yolanda Díaz ha abierto la puerta a disputas en la izquierda, con Podemos, lo que podría complicar futuros pactos para un nuevo gobierno Sánchez.

El terrorismo de ETA / Europa Press

Fake news a la madrileña

Isabel Díaz Ayuso es en política lo más cercano al exmandatario estadunidense Donald Trump: asidua a la llamada “post-verdad”, a las realidades alternas, los ataques y argumentos extravagantes y la intoxicación en redes sociales. Ello explica que el Periódico de Cataluña, el expresidente Felipe González y la revista alemana Stern la bautizaran como la “Trump española”.

Al radicalizar el tono de sus proclamas, la candidata busca recuperar el voto de su partido que migró a Vox en anteriores elecciones, para alcanzar esa anhelada mayoría absoluta, y así “poder defender lo que comparten todos los españoles de bien”, dijo en un desayuno informativo del medio El Debate.

Aseguró que esta elección “va de los que respetamos el Estado de derecho y de los que se creen con derecho a poner el Estado a su servicio”.

En ese foro, como en todos sus mítines, ha repetido que el “deterioro” se inició con los gobiernos socialistas de Felipe González; luego, la catástrofe “tomó velocidad de crucero” con el de José Luis Rodríguez Zapatero y decidió “desenterrar el guerracivilismo y pactar con terroristas, independentistas y la ultraizquierda bolivariana”.

Pero sobre el gobierno del presidente Sánchez, su coalición con Podemos y los acuerdos políticos con separatistas catalanes y vascos, Ayuso ha subido el listón: Es “el (gobierno) más violento, el que revienta cajeros, quema las calles, asalta capillas, agrede a los policías y guardias civiles, tiene un escaño directo en cuanto le plazca. Ejerciendo de antisistema se ganan sus galones en el sistema que luego van royendo, minando. Pero esto se acabó”.

Reviviendo a ETA

De manera continua el Partido Popular ha mantenido vivo el tema de ETA cada que gobierna el Partido Socialista Obrero Español. Pero con Pedro Sánchez las acusaciones también han subido de tono.

La organización terrorista anunció el “cese definitivo de su actividad armada” el 20 de octubre de 2011, durante el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. El 3 de mayo de 2018 tuvo lugar su disolución unilateral, durante el mandato de Mariano Rajoy.

El partido EH Bildu se convirtió en el canal mediante el cual las distintas corrientes de la izquierda abertzale –incluidos antiguos etarras reintegrados a la vida pública– volvieran a la actividad política democrática. Aun así, los delitos que cometió ETA siguen siendo un asunto muy sensible y polémico en España.

La dirigencia nacional del PP acusa a Sánchez de pactar políticamente con Bildu, los “herederos políticos de ETA”, aunque oculta los acuerdos que el PP y Bildu han alcanzado en el País Vasco. Mikel Lezama, candidato del PP de Gipuzkoa, declaró: “Si Bildu presenta medidas positivas, ¿por qué no las íbamos a apoyar?”.

El martes 16, en plena campaña electoral durante un debate en el Senado, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, recriminó a Sánchez ser “más cruel con mi partido que con Bildu, es usted más generoso con los verdugos que con las víctimas”, abrogándose la representación de las víctimas, y desconociendo que en los años de hierro ETA asesinó igualmente a políticos del PP que del PSOE, así como de otras formaciones políticas y empresarios.

Pedro Sánchez le reviró: “Cuando en España ETA no es nada, para ustedes ETA es todo, es lo único que tienen, pero 12 años después de su extinción los españoles quieren un futuro que resuelva sus problemas”.

Ese debate se dio porque Bildu incluyó en sus listas electorales a siete antiguos miembros de ETA con delitos de sangre, que cumplieron sus condenas y recuperaron sus derechos civiles. Esto intoxicó aún más el debate electoral, al grado que los siete exterroristas dieron un paso atrás al anunciar que, de ganar en las elecciones, no asumirían como concejales.

Sin embargo, el tema fue gasolina para el discurso de Díaz Ayuso, para seguir atacando a Pedro Sánchez y a Bildu.

“ETA está viva, está en el poder, vive de nuestro dinero, mina nuestras instituciones, quiere destruir España, privar a millones de españoles de sus derechos constitucionales y provocar una confrontación”, dijo la lideresa en uno de sus actos.

Este uso de las víctimas del terrorismo en el debate electoral propició que Pablo Romero, hijo del teniente coronel Juan Romero Álvarez, asesinado por ETA, le enviara un rotundo mensaje en Twitter: “Estimada Isabel Díaz Ayuso, deje ya de decir barbaridades. Ahórreme el dolor de ver que ETA sigue viva en su boca”.

La voz que susurra a Ayuso

Pablo Casado llegó a la presidencia del PP en julio de 2018, tratando de hacer un cortafuegos con los múltiples casos de corrupción del partido. Sin bazas para la candidatura a la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2019, Casado se decantó por su amiga y secretaria de Comunicación, Díaz Ayuso, entonces una desconocida.

Lo hizo después de que el PP perdiera unos meses antes a quien estaba destinada a reelegirse, la presidencia de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que renunció obligada al descubrirse la falsificación de un máster que nunca cursó y tras la difusión de un video donde, años atrás, se le ve robando unas cremas de una tienda.

Ayuso tuvo una mala votación en esas elecciones de mayo de 2019, pero tras una negociación con Ciudadanos y con Vox, logró ocupar la presidencia de la Comunidad de Madrid.

La nueva política llamó como asesor de campaña a Miguel Ángel Rodríguez, un periodista y asesor en comunicación que creció al lado del expresidente José María Aznar, de quien fue su responsable de Comunicación en La Moncloa y portavoz del gobierno. Actualmente Rodríguez es el jefe de Gabinete de Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

La gestión de Díaz Ayuso ha sido fuertemente cuestionada porque durante la crisis de la pandemia de covid-19 murieron siete mil 291 ancianos en las residencias geriátricas de la Comunidad de Madrid, por la orden de su administración para que no se canalizaran a los adultos mayores a la atención primaria de los hospitales.

En su lugar, la lideresa desembolsó un millón de euros en una campaña institucional para hablar de las bondades de su gestión en la crisis sanitaria. A su vez la justicia madrileña deslindó su gestión de toda responsabilidad.

También mantiene un permanente choque con los trabajadores del sector de la salud pública madrileña, por la precariedad salarial y laboral y por los recortes en los presupuestos en el sector. Cada vez se documenta más su impulso a la privatización de sectores clave de la sanidad pública.

En plena pandemia, Ayuso otorgó un contrato para adquirir mascarillas en China a la empresa de un amigo, con la que está relacionado su hermano Tomás Díaz Ayuso, quien recibió una “comisión comercial” de 234 mil euros. Una vez más, fue absuelta porque las autoridades determinaron que el millón y medio que pagó no representó un sobreprecio.

Reportaje publicado en el número 2430 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 28 de mayo de 2023. 

Comentarios