Delincuencia organizada

Transportistas de carga, azotados por el crimen

Entre los 12 estados del centro del país donde se concentra el robo de transporte de carga, la Ciudad de México y Puebla forman un corredor en el que coincide la existencia de los tianguis más grandes y concurridos de la zona, donde se suele vender la mercancía robada.
viernes, 12 de mayo de 2023 · 15:13

El transporte de carga está siendo fuertemente afectado por la imparable ola de robos de mercancía, dinero y maquinaria, el hurto de camiones y hasta la extorsión o “cobro de piso”, delitos que están provocando que los empresarios gasten más en seguridad y eso repercute en el aumento de precios de las mercancías. Los agraviados señalan que un gran volumen de los productos robados tiene como destino los grandes tianguis, como los de Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y San Martín Texmelucan.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Entre los 12 estados del centro del país donde se concentra el robo de transporte de carga, la Ciudad de México y Puebla forman un corredor en el que coincide la existencia de los tianguis más grandes y concurridos de la zona, donde se suele vender la mercancía robada, por ejemplo, los de Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero e Iztapalapa y el de San Martín Texmelucan, respectivamente.

De acuerdo con el informe de Robos de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV) del primer bimestre de 2023, de esas 12 entidades el primer lugar lo ocupa el Estado de México con 31% de los casos, le siguen Jalisco con 16%, Puebla con 14%, Michoacán, Guanajuato y Veracruz con 5%, Ciudad de México con 4%, Querétaro e Hidalgo con 3%, Tlaxcala con 2% y Nuevo León y San Luis Potosí con 1%; mientras que el resto de las entidades suman 10%.

“Sí es un problema muy serio, el robo de transporte de carga está afectando fuertemente a la industria… Estamos mal porque esto está haciendo que los empresarios gasten más en seguridad”, afirma Gerardo Macías Pérez, presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Ciudad de México, que congrega a unos mil socios.

En entrevista, asegura que, de acuerdo con una encuesta realizada entre integrantes del organismo patronal, en el último año, a escala nacional 50.1% fue víctima de algún delito, mientras que en la capital gobernada por Claudia Sheinbaum el porcentaje fue de 57%, es decir, 7% más.

Los tres principales delitos padecidos fueron robo de mercancía, dinero, maquinaria o equipo en tránsito, con 24% de casos; robo total o parcial del vehículo, con 18%, y extorsión o “cobro de piso”, con 14% de los casos registrados.

En su Evaluación de Incidencia Delictiva de enero a abril de 2023 –presentada el pasado 24 de abril-, el gobierno de la CDMX informó que el delito de robo a transportista es uno de los 16 de mayor incidencia en la capital. En el periodo señalado se registraron 13 eventos, mientras que en el mismo lapso del año anterior fueron 12. Sin embargo, al comparar esa cifra con los 37 casos del mismo periodo de 2019, la baja es de 64.9%.

Origen y destino

Macías Pérez explica que la entrada norte de la CDMX, en particular la zona de Vallejo, en la alcaldía Azcapotzalco, y en la calzada Ignacio Zaragoza, en Iztapalapa, la salida oriente hacia el municipio mexiquense de Chalco, son los “focos de calor” en los que se tiene identificada la mayor incidencia del robo de transporte de carga en la capital.

Los robos se cometen por la mañana, entre las cuatro y las siete horas, pues en ese horario es cuando ese tipo de transporte puede circular sin restricciones. Y la delincuencia lo sabe.

El especialista explica que existen dos tipos de ladrones de transporte de carga. Uno es el delincuente “de oportunidad”, dice, “aquel que va caminando y ve que estás distraído y te roba. Ve al chofer dormido y se roba el camión; roban y después buscan a quién vender”.

El segundo es el ladrón “estratégico”, pues sabe qué producto va a robar, tiene información de cuándo llega y por dónde circula, arma una estrategia de ejecución y tiene centros de distribución garantizados. “Este es el de mayor impacto, pero es el de menor frecuencia”.

Cauto al hablar de la posible colusión entre personal de Aduanas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y delincuentes, asegura: “Esas dudas existen siempre, siempre, y hay que investigarlo”.

Y se pregunta: “A ver, ¿cómo sabían que me iba a tocar rojo y me detuvieron?, ¿cómo sabían que traía yo esta mercancía?, ¿por qué cuando me detuvieron dijeron ‘¿dónde están estas cajas tales?’ o ‘¿dónde está x?’, ¿cómo sabían que traía farmacéuticos?, ¿cómo sabían que tenía celulares, si venía revuelto con otras mercancías?, ¿cómo sabían que traía un testigo de carga escondido? Por supuesto que hubo fuga de información. Ahí tenemos que trabajar en la inteligencia, en cómo establecemos las estrategias de seguridad”.

Respecto a la mercancía más robada, el estudioso explica que son los bienes de consumo, “que se mueven muy rápido, por ejemplo, todo lo que es healthcare, que son cremas, shampoos; algunos alimentos, vinos y licores, algunos electrónicos muy especializados y de bajo volumen y muy fáciles de movilizar, como teléfonos celulares, audífonos. Todo eso se mueve muy rápido en el mercado informal”.

Asaltos constantes.

Y, como su nombre lo indica, el principal destino de esa mercancía son los múltiples tianguis que hay en la CDMX, o bien en las entidades cercanas. “La gente está acostumbrada a ir a los tianguis a comprar sin factura, sin documentos”, justifica, pero aclara que no toda la mercancía que se vende en esos espacios es ilícita, pues una buena parte es comprada legalmente con precios por mayoreo. “Lo malo son aquellos productos que, hay que identificar, que vienen de robo al transporte”, subraya.

–¿El tianguis de San Martín Texmelucan es un punto de destino de la mercancía robada?

–Sí, reitero, son muchos los mercados. Ese es uno de los más grandes y concurridos, por su volumen y, obviamente, pues tiene más distribución.

De hecho, destaca que el robo a transporte de carga en Puebla es muy peligroso: “Puebla es una zona en este momento complicada porque hay mucho robo al transporte. Hay ciertos horarios en los que ya no puedes circular… es como si circularas en la noche, como si entraras al Triángulo de las Bermudas; entras, pero seguramente por ahí te desapareces…. Circular por ahí en la noche es sumamente peligroso, o sea, das por hecho que te van a robar tu mercancía”.

Dudosa procedencia. Foto: Benjamín Flores

Impunidad, al 99%

Gerardo Macías, presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Coparmex-CDMX –que integra a alrededor de mil agremiados–, calcula que el robo a transporte de carga representa alrededor de 3% de pérdidas económicas a los empresarios.

Por si fuera poco, los obliga a invertir cada vez más en mecanismos de seguridad adicionales: vigilancia satelital, custodia externa y a bordo, monitoreo, etcétera. “Tienen que hacer todo una estrategia en la cadena de suministro para proteger ese transporte y, si les costaba un peso, ahora les cuesta uno 50, y eso repercute en el precio y, al final, afecta al consumidor”, analiza.

Pese a este panorama, reconoce que a los asociados les falta interés para seguir el curso de las denuncias penales, pues solo 5% acude al Ministerio Público para tener un acta que pueda entregar a la aseguradora para que cubra las pérdidas, pero no le da seguimiento. El resultado: solo 1% de los robos tiene una repercusión legal. El 99% restante queda impune.

“Lo más importante es que la empresa presione al Ministerio Público para que le dé seguimiento y concluya la investigación, pero regularmente las empresas lo que hacen es levantar la denuncia y ya”, lamenta.

Macías reconoce que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tiene un sistema de emergencia llamado “Código Águila”. Y explica: “es precisamente para empresarios, para empresas. Cuando tú tienes una emergencia, aplicas ese código y te apoyan, ¡pero nadie lo quiere usar! Desconocemos por qué nadie lo usa; yo lo estoy promoviendo constantemente”. 

Reportaje publicado en el número 2427 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 7 de mayo de 2023. 

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