Este 27 de febrero se cumplen tres años de que se notificó oficialmente el primer caso de covid en México, y en abril de 2021 el presidente de la República anunció que, además de las vacunas importadas, México dispondría a finales de ese mismo año de su propio biológico, al que denominó “Patria”. Al preguntarle a especialistas las razones de la demora, coinciden: la producción está tomando el tiempo normal para la capacidad tecnológica del país. En cuanto a la promesa del mandatario, dice uno de ellos: “No se debe mezclar la política con la ciencia”.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– En abril de 2021 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la “vacuna mexicana” contra el covid 19, que bautizó como “Patria”, ya estaría disponible para finales de ese año.

Sin embargo, a dos años de esa declaración, cuando la mayoría de la población ya está vacunada y los contagios disminuyeron considerablemente, aún no se sabe para cuándo estará disponible ese biológico.

Ante las constantes mutaciones del virus, miembros de la comunidad científica y del gremio médico externan sus dudas sobre la efectividad que pueda tener la vacuna Patria, cuyo tiempo de desarrollo lo consideran acorde con el atraso tecnológico que tiene el país, de manera que López Obrador –dicen– únicamente con “fines políticos” adelantó una falsa fecha de salida de esa vacuna, que ni siquiera es completamente mexicana, pues la están elaborando la empresa nacional Avimex y la Universidad Monte Sinaí, de Estados Unidos.

Xavier Tello, especialista en políticas de salud y farmacología clínica, comenta: “Fue totalmente fantasioso decir que para finales de 2021 ya se iba a contar con una vacuna mexicana. Esa promesa presidencial ensalzaba a la vacuna como si fuera la gran aportación de México para salvar al mundo y a los mexicanos de los estragos de la pandemia.

“Y además el mismo presidente la bautizó con un nombre muy cursi; le puso Patria. De manera que se envolvió en la bandera mexicana haciendo alarde de patrioterismo, cuando lo que se necesitaba era resolver el grave problema científico y tecnológico al que nos enfrentaba la propagación del virus.”

–¿Entonces no hay ningún retraso en la elaboración de Patria?

–No, de ninguna manera, ninguno. Su elaboración se está llevando los tiempos normales, de acuerdo a nuestra capacidad de desarrollo tecnológico. Otros países sacaron sus vacunas porque tienen una avanzada tecnología que estuvieron construyendo durante décadas. Y esto es algo que no tenemos en México, cuyos gobiernos no se caracterizan en invertirle a la investigación y al desarrollo.

“De ahí que, para desarrollar la vacuna, el actual gobierno haya tenido que recurrir a la empresa Avimex, que ha estado fabricando vacunas de buena calidad para usarlas en el sector agropecuario, concretamente en aves. No veo ningún problema en esto; lo único debatible es el discurso político utilizado en torno a la vacuna Patria. En estos casos no debe mezclarse la ciencia con la política.”

–También se le critica mucho a López Obrador por presentarla como una vacuna “mexicana”, cuando en realidad parte de su desarrollo se realiza en Estados Unidos.

–Sí, así es. La tecnología, los aparatos y el desarrollo primario se hacen en Nueva York. A estas alturas del siglo XXI es un disparate prometer que una vacuna será 100% mexicana. Es parte de ese discurso nacionalista y ridículo que nos promete autosuficiencia en vacunas para no depender del neoliberalismo.

“No, la realidad no es así. No vivimos en una economía aislada. ¿Son acaso mexicanas las jeringas con que se administran los biológicos? ¿También los microscopios que utilizamos?... Pongo otro ejemplo: alguna vez se pensó desarrollar una vacuna 100% mexicana contra la influenza, pero se requería tecnología francesa… Ni modo, así funciona esto, es normal.”

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2417 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.