Cártel del Golfo
El pacto de "El Coss"
En 2012 Proceso publicó que el capo era buscado por la justicia de Estados Unidos, apodado "El Judas" por sus rivales, es uno de esos sigilosos capos que sabían escabullirse a toda clase de fuerzas de seguridad... bajo el presunto cobijo de la Marina y el Ejército.Por ser de relevancia en el actual contexto político, Proceso comparte con sus lectores el reportaje completo publicado en la edición 1840, para su análisis y discusión.
Fracturado a partir de la caída de Ezequiel Cárdenas Guillén el 5 de noviembre de 2010 y las subsecuentes ejecuciones de sus seguidores, el cártel del Golfo se dividió en dos fracciones: la de Los Rojos, fieles a la familia Cárdenas, y la de Los Metros, controlados por José Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, quien hoy se erige como el principal jefe de esa organización criminal. Buscado por la justicia de Estados Unidos, apodado El Judas por sus rivales, es uno de esos sigilosos capos que saben escabullirse a toda clase de fuerzas de seguridad... bajo el presunto cobijo de la Marina y el Ejército.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-Sigiloso, Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, ha logrado mantenerse lejos de la “guerra al narcotráfico” de Felipe Calderón y, asentado en Tamaulipas, en la frontera con Estados Unidos, ve cómo se derrumba el clan de los Cárdenas Guillén.
Traiciones y batallas internas acendradas durante el año pasado en el cártel del Golfo (CDG) le han dejado poco a poco el control del grupo que ahora mantiene una alianza con Joaquín El Chapo Guzmán, del cártel de Sinaloa.
Informes de inteligencia de México aportados a este semanario por una fuente a la que se le otorga el beneficio del anonimato por razones de seguridad, y el reporte de la firma estadunidense Stratfor publicado apenas el martes 24 de enero, dan cuenta del fortalecimiento de Costilla Sánchez en su papel de líder del CDG como resultado de la embestida del gobierno de Calderón contra los Cárdenas Guillén. Pero advierten que la disputa no ha terminado.
Sus antiguos aliados acusan a El Coss de traición y de haber entregado a la Marina y al Ejército a los principales miembros y colaboradores de la familia que convirtió al cártel del Golfo en una de las principales organizaciones delictivas del país; logro en el que tuvo un papel crucial la incorporación como brazo armado de desertores de élite del Ejército que dieron vida a Los Zetas.
“Ha comprado la protección del gobierno federal y ha puesto a los Cárdenas Guillén y sus más cercanos colaboradores con la Marina”, asegura la fuente.
En varios encuentros con el reportero, explicó que con la caída de Osiel Cárdenas Guillén –detenido en 2003 y extraditado cuatro años más tarde–, el liderazgo del CDG recayó en su hermano Antonio Ezequiel, Tony Tormenta, apoyado por Samuel Flores Borrego, El Metro 3, como segundo en la estructura delictiva y quien se quedó como “jefe de plaza” en Reynosa. En ese esquema, aunque era hombre de confianza de los Cárdenas quedó tercero en el escalafón.
“El Coss traicionó a los Cárdenas Guillén y al Metro 3 con el fin de adueñarse del CDG. Pactó con mandos de la Marina y el Ejército a cambio de que no lo toquen y dejarles, como recompensa, casas con mucha lana”, dice. Y advierte que “viene una guerra” por el control de los territorios del CDG.
Costilla Sánchez, quien desde 2008 enfrenta dos procesos penales por narcotráfico en Estados Unidos bajo los alias del Coss, Doble X o Doble Equis, es ahora identificado por sus antiguos aliados como El Judas.
De acuerdo con la versión del testigo, el conflicto comenzó en 2010, cuando Costilla Sánchez buscó un arreglo con Nazario El Chayo González, entonces jefe de La Familia Michoacana. El Coss mandó a su cuñado, Ezequiel Campos Ramos, El Chacho, y a su sobrino, El Pato Campos, a realizar la negociación.
El pacto consistió en que El Chayo –quien fue ejecutado por la Marina en diciembre de ese año en Apatzingán– mandara sicarios a Reynosa a combatir a Los Zetas a cambio de permitirle a La Familia Michoacana el paso de droga por la carretera conocida como la Ribereña. Tony Tormenta y El Metro 3 estuvieron en desacuerdo.
La Ribereña es fundamental en el trasiego de drogas en el noreste de México. Conecta a Reynosa con Nuevo Laredo, a la entrada de Texas, y facilita la movilidad hacia el sur y centro de México. Las comunidades que rodean a municipios como Díaz Ordaz, Miguel Alemán y Camargo, en el trazo de la Ribereña, se han convertido en enclaves de la delincuencia organizada; en particular la zona conocida como Brecha de Lucio, cerca de Díaz Ordaz, camino a Monterrey.
“Metros” y “Rojos”
El desencuentro entre Tony Tormenta y El Coss devino confrontación. Las principales bajas han sido del lado de los Cárdenas Guillén y su entorno. La información entregada al gobierno de Calderón detalla la manera en que Costilla Sánchez se ha fortalecido dentro de la organización delictiva: cuenta con más de mil sicarios y halcones –conocidos como Deltas y Oriones–, jefes operativos que se identifican como R1, R2, R3, etcétera, y jefes de plaza que se nombran Los Metros.
Ha traído hombres de Petén, Alta Verapaz y Cobán, Guatemala, que le sirven de sicarios y cocineros para desaparecer contrarios. Pero sobre todo, indica, cuenta con la colaboración de las Fuerzas Armadas, en especial la Marina, para deshacerse de los Cárdenas Guillén.
En uno de los encuentros, el testigo refirió que en agosto pasado El Coss habría entregado 30 millones de pesos, el equivalente a un mes de pago a su estructura criminal, para que la Marina y el Ejército hicieran recorridos simulados y sus tropas evitaran pasar por los sitios donde se cruza la droga al otro lado del Río Bravo.
Según esta versión, el supuesto pago fue también para que se informara al Coss sobre los operativos de soldados y marinos para evitar que sus hombres se toparan con ellos. Cuando se hizo ese pago, añade el testigo, por los aparatos de radiotelecomunicación que provee la propia organización se escuchaba la inconformidad de los sicarios porque ese mes no recibieron su pago. Como consecuencia, se incrementaron los asaltos y levantones en la región.
Pagos de ese tipo permiten al capo moverse por Matamoros sin que nadie le haga nada, según la información aportada por el testigo. En esa ciudad, El Coss fue policía ministerial (Proceso 1768).
La misma versión indica que Costilla Sánchez “fue quien puso” a Tony Tormenta con las fuerzas especiales de la Infantería de Marina, en noviembre de 2010. En Tamaulipas, esa fuerza opera como personal civil bajo el mando de un capitán al que la información identifica como Talamantes o Sierra. En un operativo, estos elementos son los primeros en entrar, seguidos de los marinos uniformados.
Según esa versión, la Marina no actuó sola en la operación en la que murió Tony Tormenta. Junto con sicarios del Coss, los infantes de Marina atacaron la casa del entonces líder en Matamoros. El enfrentamiento duró varias horas. Precisa que uno de los escoltas de Ezequiel Cárdenas, Antonio Fuentes, El Tyson, fue detenido vivo y apareció asfixiado y con cuatro tiros, como si hubiera caído en el enfrentamiento.
“Después vino el botín por parte de la Marina y los sicarios de Costilla Sánchez”. Detalla que un sobrino de Chacho Campos, el expolicía León Campos, presumió que ese día se quedó con dos escorpiones de diamantes que habían sido de Tony Tormenta. Tres días antes de la ejecución de Tony Tormenta, cayó en manos de Talamantes o Sierra otro colaborador de Ezequiel identificado como El 5.
Casi un año después, el 3 de septiembre de 2011, fue asesinado El Metro 3, el segundo al mando después de Tony Tormenta y “jefe de plaza” del CDG en Reynosa. El Ejército y la PGR informaron que “se encontraron” el cuerpo de Samuel Flores Borrego en el kilómetro 21 de la carretera Reynosa-Monterrey. Junto con el jefe delictivo estaba el cadáver de Eloy Lerma García, agente de la Policía Ministerial de Tamaulipas.
La siguiente baja del clan Cárdenas fue la de Ezequiel Cárdenas Rivera, El Junior, hijo de Tony Tormenta, así como de antiguos responsables en las operaciones del CDG. Ocurrió el 25 de noviembre pasado, durante una fiesta en una casa de la calle Álvaro Obregón, de Matamoros. La Marina informó que la detención de Cárdenas Rivera, de 23 años, fue gracias a “una denuncia ciudadana”.
Junto con El Junior fueron detenidos José de Jesús García Hernández, El Chuy, supuesto “jefe de plaza” en Matamoros; René Alberto Munguía Elizondo, El Amable; Javier Enrique Farías García, El Contador, supuesto responsable financiero del CDG, y Erasmo García Galván, El Checo, probable responsable del tráfico de drogas a Estados Unidos.
Además, dice esa información, El Coss ha logrado quedarse con el control de Reynosa, apoyado en un jefe al que la información identifica como Águila y el Comandante Lino. El primero fue asignado a ese municipio luego de que El Metro 3, que lideraba una gran fuerza que se desplazaba en más de 100 camionetas, sacó del municipio al entonces responsable de Los Zetas en la zona, Carlos Alberto Oliva Castillo, La Rana, luego de la ruptura de éstos con el CDG, a principios de 2010.
En octubre pasado, Oliva fue detenido por el Ejército en Saltillo Coahuila, acusado de ser uno de los principales liderazgos regionales de Los Zetas y uno de los responsables del incendio del casino Royale, en Monterrey, en agosto de 2011, y en el que murieron 52 personas.
El informe Stratfor
De acuerdo con la firma de inteligencia estadunidense Stratfor, que desde la década pasada ha dado seguimiento a la operación del narcotráfico en México, las divisiones al interior del CDG han dado lugar a enfrentamientos en Reynosa y Matamoros. El resultado han sido numerosas detenciones en México y Estados Unidos.
En un reporte fechado apenas el 24 de enero, confirma que la facción conocida como Los Metros, controlada por Costilla Sánchez, se ha colocado por encima de Los Rojos, afectos a la familia Cárdenas, con lo que El Coss tendría el control de las operaciones del cártel.
Ahora esa organización no sólo se enfrenta a sus antiguos socios de Los Zetas, sino que sus propias divisiones incrementarán la violencia en la región, advierte.
Coincide en que la fractura en el seno del CDG comenzó en noviembre de 2010 cuando la Armada asesinó a Tony Tormenta. Costilla Sánchez asumió el control total de la organización, pasando por encima de Rafael Cárdenas Vela, el siguiente en la línea de la familia Cárdenas, lo que dio origen a las dos facciones, Los Metros y Los Rojos.
En la misma línea de la información en poder del gobierno de Calderón, Stratfor señala que las tensiones se exacerbaron a finales de 2011 a raíz de varios hechos violentos. El primero, cuando fue “encontrado” en Reynosa el cadáver del Metro 3.
Luego, en octubre, fue asesinado también en Reynosa César Dávila García, El Gama, encargado de las finanzas de la organización. Había sido el contador de Cárdenas Guillén. Poco después, el día 20, agentes de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) detuvieron al desplazado Rafael Cárdenas Vela en una calle de Puerto Isabel, Texas. Según Stratfor, Los Metros pudieron haber sido quienes informaron al ICE sobre la ubicación del integrante de la familia Cárdenas.
Una semana después fue detenido en Santa María, Texas, José Luis Zúñiga Hernández, a quien la firma estadunidense señala como segundo de Cárdenas Vela y jefe de operaciones en Matamoros. Las detenciones siguieron y el 25 de noviembre, en Matamoros, fue el turno de Ezequiel Cárdenas Rivera, El Junior, hijo de Tony Tormenta.
Según Stratfor, El Coss se ha recluido en ranchos solitarios. “Que no sea mencionado en los reportes de prensa no significa que haya sido removido de su posición”. Debido a que el otro hermano de los Cárdenas Guillén, Mario, se ha resistido a involucrarse en el negocio del narcotráfico, “parece improbable que Costilla Sánchez pudiera ser remplazado”.
En sus escenarios, advierte: “Como aparentemente Los Metros le han ganado a Los Rojos, anticipamos que más adelante van a expandir su dominio al principio de 2012”. Sin embargo, las divisiones han debilitado a la organización y la han dejado vulnerable a ataques externos, sobre todo de sus antiguos aliados, Los Zetas, que tratarán de asumir el control del territorio del CDG.
Pero El Coss parece tener de su lado a la Marina. De acuerdo con el testigo, “no sólo tiene un entendimiento con algunos de los mandos de la Marina en Tamaulipas, que han permitido los golpes a los Cárdenas Guillén, sino que ha aprovechado muy bien los agravios que tiene la Marina contra Los Zetas, por el secuestro y desaparición de varios de sus elementos en Veracruz”.
Stratfor dice que si Los Zetas derrotan a Los Metros o ambos acuerdan una tregua, el cártel creado por exmiembros del Ejército puede desplegar a sus elementos en otras ciudades, particularmente en Veracruz y Guadalajara. Los refuerzos en Veracruz le permitirían enfrentar al cártel Jalisco Nueva Generación, que se hace llamar Los Matazetas.
Desde 2008, Jorge Eduardo Costilla Sánchez es requerido por la justicia de Estados Unidos, acusado de tráfico de cocaína y mariguana y lavado de dinero. Su nombre figura en la causa criminal 57-CKK que se instruye en la Corte Federal del Distrito de Columbia, donde se le persigue por su participación en la organización que se conoció como La Compañía, que operó desde mediados de 2006 en Tamaulipas y Veracruz para traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos. La organización estaba integrada por el CDG y Los Zetas (Proceso 1736).
Junto con El Coss, en esa acusación fueron incluidos Tony Tormenta, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca; Miguel Ángel Treviño, El Z-40; Jaime González Durán, El Hummer, Samuel Flores Borrego, El Metro 3; Mario Ramírez Treviño, Mario Pelón o X-20; Alfredo Rangel Buendía, El Chicles; alguien identificado como Lino; Gilberto Barragán, Tocayo, y Juan Reyes Mejía González, R1 o Kike. Varios de ellos ya están detenidos y otros asesinados.
En otra causa criminal, la 08-507, abierta por tráfico de cocaína y mariguana entre Estados Unidos, México, Colombia, Guatemala y Panamá, también como parte de La Compañía, Costilla Sánchez aparece además con Omar Treviño Morales, El 42; Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Mamito o Caballero; Alfonso Lam Liu, Gordo Lam; Eleazar Medina Rojas, El Chelelo; Aurelio Cano Flores, Yankee o Yeyo; Carlos Cerda González Puma o Carlitos; Hugo López Valdés, Jorge Hernández Martínez, Chiri o Chiricuas; Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón, Chito o Chitón Canico, y Daniel Pérez Rojas, El Cachetes. También en este caso varios han sido asesinados o detenidos.
En esa causa, el Departamento de Justicia aseguró que La Compañía estaba al mando de Ezequiel Cárdenas Guillén, Heriberto Lazcano y Jorge Eduardo Costilla Sánchez. El triunvirato, como los caracteriza, tenía el control de cientos de kilómetros en el territorio mexicano y en la frontera con Texas.
Según la acusación, Tony Tormenta, El Coss y El Lazca dirigieron el transporte de cocaína y mariguana por mar, aire y tierra desde Colombia y Venezuela a Guatemala y varias ciudades de México, conocidas como “plazas”, además de transportar la droga por vehículos en Texas para su distribución en Estados Unidos.
Para ello se valían de radios de telecomunicación, sofisticados registros computarizados, incluidas bases de datos con los embarques de cocaína, las identidades de los “jefes de plaza”, las nóminas y los pagos a las autoridades, así como el dinero que se le debía a la organización.
Sobre los roles de cada uno, indica que Tony Tormenta y El Coss estuvieron activamente involucrados en la administración de La Compañía en México, incluida la coordinación de los embarques de cocaína y mariguana a Estados Unidos, así como en la recepción de grandes embarques de dinero de Estados Unidos a México. El Lazca participó en las mismas actividades, pero, además, como jefe de Los Zetas era el jefe de seguridad del CDG.
En ambas causas, el Departamento de Justicia ofrece a la Corte comunicaciones intervenidas a los integrantes de La Compañía. En una de ellas, en marzo de 2007, Costilla Sánchez le informaba al Metro 3 que desde 1996 había trabajado en Chiapas, en la frontera con Guatemala.
En otra, fechada el 8 de mayo de 2007, El Metro 3 hacía referencia a la decisión de Costilla Sánchez de aprobar la entrega de 2 millones de dólares a distintas autoridades en México para facilitar la operación de La Compañía.