Infraestructura
Tren Maya: en marcha lenta, destructiva y onerosa
Para cumplir con las promesas de AMLO de inaugurar la obra en diciembre de 2023, la Sedena tiene que construir 622 kilómetros de vías y 10 estaciones en un año y tres meses, un plazo que ni las proyecciones más optimistas del Fonatur consideran realistas.A pesar de ser declarada obra de “seguridad nacional”, el Tren Maya no estará listo para operar en diciembre de 2023, como lo prometió el presidente López Obrador. De las Manifestaciones de Impacto Ambiental para sus siete tramos –dos de ellos sin arrancar todavía– se colige que la obra estelar de la 4T será concluida en su totalidad hasta después de las elecciones de junio de 2024. Eso sí, los costos financieros y al medio ambiente serán brutales: su presupuesto rebasará más de dos veces el originalmente proyectado y habrá destruido más de 3 mil 400 hectáreas de vegetación.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Para cumplir con las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador de inaugurar el Tren Maya en diciembre de 2023, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene que construir 622 kilómetros de vías y 10 estaciones en un año y tres meses, un plazo que ni las proyecciones más optimistas del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) consideran realistas, pues plantean que la construcción se extenderá durante por lo menos dos años a partir del arranque de las obras de los tramos 5, 6 y 7.
En el caso del Tramo 6, el gobierno incluso contempla un plazo mayor: “Se estima que los trabajos de preparación del sitio y construcción del Proyecto TM-T6 sean ejecutados en 2 años, pero se consideran 5 años en total por la envergadura del proyecto”, indicó en la Manifestación de Impacto Ambiental en modalidad regional (MIA-R) de este tramo.
Tras el caótico proceso de adjudicación de los contratos del Tramo 5 y de los numerosos cambios en su diseño, López Obrador encargó a la Sedena la construcción de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya, los cuales recorrerán la ruta del aeropuerto de Cancún hasta Chetumal, desde donde cruzará la selva hasta Escárcega, en Campeche.
Hasta el momento, la institución castrense apenas ha iniciado las obras en el Tramo 5 Sur –sin contar con los permisos ambientales–, y está en espera de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) analice las -MIA-R que entregó el mes pasado para los tramos 6 y 7.
La MIA-R del Tramo 5 Sur plantea que la construcción se extenderá por lo menos hasta mayo de 2024; la del Tramo 5 Norte establece un tiempo mínimo de 19 meses para acabar la construcción –es decir, hasta abril de 2024 en el mejor de los casos–, y las de los Tramo 6 y 7, que no se han iniciado, contemplan 24 meses como mínimo.
Ninguno de estos plazos prevé que las obras estarán terminadas en diciembre de 2023, lo que llevaría a López Obrador a encabezar la inauguración del Tren Maya con un megaproyecto construido a medias, como lo hizo con la Refinería de Dos Bocas en julio pasado. Es más: según los planes que aparecen en las MIA-R, la obra en sus siete tramos concluiría después de las elecciones presidenciales de 2024.
Y ello, a pesar de que este año el mandatario declaró el Tren Maya como una obra de seguridad nacional e instruyó un incremento brutal de su presupuesto, que sólo en los primeros dos trimestres del año se disparó 25.9%: de 64 mil 529 millones de pesos autorizados en septiembre del año pasado por la Cámara de Diputados, subió a 81 mil 231 millones de pesos.
En caso de permanecer así, y sumándolo a los 46 mil 823 millones de pesos ya erogados para el megaproyecto en 2019 y 2020, el año 2022 cerrará con un gasto total de más de 128 mil millones de pesos para el Tren Maya, una suma superior a la que anunció el mandatario antes del arranque del proyecto.
El propio López Obrador reconoció que el precio final de su obra estelar rebasará más de dos veces las proyecciones iniciales: el pasado 26 de julio, evaluó su costo entre 15 y 20 mil millones de dólares, es decir entre 300 y 400 mil millones de pesos, provenientes en su totalidad del presupuesto federal.