Alejandro González Iñárritu
Un viaje “hacia adentro” González Iñárritu, por el León de Oro
Luego de dos décadas de radicar en Estados Unidos, el galardonado Alejandro G. Iñárritu regresó a México para rodar Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, su película “más personal”, que compite por el León de Oro en la magna fiesta cinematográfica italiana.Luego de dos décadas de radicar en Estados Unidos, el galardonado Alejandro G. Iñárritu regresó a México para rodar Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, su película “más personal”, que compite por el León de Oro en la magna fiesta cinematográfica italiana. Además, sobre sus participaciones en la sección Horizontes, hablan para Proceso Fernando Guzzoni, chileno afincado en nuestro país, y el potosino Carlos Eichelmann Kaiser, directores de Blanquita y Zapatos rojos, respectivamente.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–La fiesta fílmica en la ciudad de los canales italianos más famosos del mundo se halla en pleno auge. Se trata de la 79 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, que inició el 30 de agosto y finalizará el 10 de septiembre.
Ahí se encuentra el mexicano Alejandro G. Iñárritu, ganador de cuatro premios Oscar, con su película “más personal”: Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (México, 2022), con la que pelea por el León de Oro con 22 cintas de otras naciones.
Este proyecto, al cual dedicó cinco años, marcó su retorno para filmar en México desde Amores perros (2001). El 1 de septiembre, en La Mostra, estrenó Bardo…, de casi tres horas de duración, donde ha deslumbrado por “su brillante puesta en escena” a críticos y público, quienes consideran que Daniel Giménez Cacho, el protagonista de la historia, es un fuerte candidato a la Copa Volpi a Mejor Actor.
En la conferencia de prensa en Venecia, G. Iñárritu recordó que ese mismo día cumplía años de haberse mudado a Estados Unidos con su familia:
“El 1 de septiembre de 2001 dejamos México y nos fuimos a vivir a Los Ángeles. Con gran ilusión íbamos para un año y ya han pasado 21, pues sucedieron muchas cosas... México, más que un país, es un estado mental: uno es más mexicano cuando sale de la República mexicana. La presencia de las ausencias es constante. La reflexión, las memorias y la imaginación empiezan a converger.”
Expresó que se adentró precisamente “no a buscar la verdad ni los hechos actuales”, sino a la memoria, “la cual carece de verdad, pero posee una convicción de emoción”. Siguió:
“Intenté plasmar experiencias, anécdotas, sentimientos, pensamientos y miedos que han estado presentes en mi vida en estos últimos 20 años. También es un viaje distinto a todas las películas que he hecho. Este filme para mí es un viaje hacia adentro. A esta edad se da uno cuenta que los años que quedan adelante son mucho más cortos de lo que ya uno vivió. Y hay de dos: o vas para atrás y queda esa amargura del ayer, de que todo tiempo pasado fue mejor, o vas hacia adentro y esto último es el viaje que quise recuperar con cosas que me daban ilusión.”
Aclaró que esta película, a diferencia de las otras, “no la hice con la cabeza, la hice con todo mi corazón”.
Los especialistas cinematográficos presentes en el certamen han referido que Bardo… –donde además de Giménez Cacho actúan Griselda Siciliani, Ximena Lamadrid, Íker Sánchez Solano, Andrés Almeida y Francisco Rubio– les impresionó por sus planos secuencias, pisos inundados o llenos de arena, una pila enorme de cadáveres en el Zócalo de la Ciudad de México, migrantes, gente que se arrastra o se desploma… en fin. Algunos críticos, empero, la calificaron de “pretenciosa”.
Coescrito por G. Iñárritu con Nicolás Giacobone (Argentina, 1975), el largometraje fue adquirido por Netflix para estrenarlo en su plataforma el 16 de diciembre; pero desde el 27 de octubre la cinta tendrá una corrida comercial en las salas de cine.
Bardo... narra la historia de un reconocido periodista y documentalista mexicano, Silverio, quien al regresar a su país se enfrenta a su propia identidad, sus memorias y a la nueva realidad que envuelve a México.
El realizador de la cinta 21 gramos –la cual estuvo en la competencia principal de la 60 edición de Venecia, obteniendo Sean Penn el reconocimiento a Mejor Actor– se refirió al guionista Giacobone, quien logró el Oscar a Guion Original por Birdman en 2015, así:
“Hay una persona importante aquí, que desde Biutiful viene trabajando conmigo. Este es nuestro tercer trabajo juntos, y desde el guion hay una gran precisión para poder entrar en esa precisión.”
El mexicano Eugenio Caballero, ganador del Oscar por Laberinto del Fauno de Guillermo del Toro, es el diseñador de producción de Bardo… Y cabe destacar que el crítico de The New York Times Carlos Aguilar destaca que Bardo… es “una obra maestra”:
“Como alguien que salió de México hace casi 20 años y que siempre lucha con la identidad nacional y la pertenencia, adoré Bardo.”
Proceso buscó al director mexicano con Netflix antes de que empezara La Mostra, pero no pudo responder pues el cineasta se encontraba terminando la película en Estados Unidos y luego debía trasladarse a Venecia.
Pedofilia: “el caso Spiniak”
En la sección de Horizontes participa la película Blanquita (Chile/México/ Luxemburgo/Francia/Polonia, 2022), del cineasta chileno radicado en México Fernando Guzzoni, quien resume a este semanario la trama, basada en el sonado “caso Spiniak”, red de prostitución infantil y pedofilia liderada por un poderoso empresario chileno de origen judío, Claudio Spiniak.
Guzzoni (Santiago de Chile, 1983) esclarece que ese proceso se dio en 2003, pero aún está vigente:
“No se ha solucionado el conflicto. Para mí siempre fue una suerte como de acuerdo cupular entre ciertos estamentos del poder que generaron esa lógica impunidad, y me parece que es importante volver al caso con la ficción, con cierta distancia.”
Según él, en el largometraje de 99 minutos y filmado en 2021, se encuentran las preguntas y las reflexiones “sobre el hoyo negro de la impunidad en la sociedad latinoamericana, como Chile, donde las instituciones establecen ciudadanos de primera y segunda categoría, y eso me parece que es muy violento”.
Detalla que ese abuso de poder en su país se está denunciando desde hace algunos años, “pero todavía siguen esas instituciones en esa misma lógica sólida, por eso me parece importante discutir el problema.”
Preocupado, acentúa:
“Existen grupos de poder o de élite que históricamente han construido estas escenas ilícitas de abuso de menores, y con el internet ha empeorado.”
La sinopsis sintetiza que Blanca, de 18 años de edad, es una residente de una casa hogar y testigo clave en un escándalo que involucra a niños, políticos y hombres ricos que participan en fiestas sexuales. Sin embargo, cuantas más preguntas se hacen, menos claro se vuelve exactamente cuál es el papel de Blanca en aquel escándalo.
El elenco lo componen Laura López (como Blanca), Alejandro Goic, Amparo Noguera, Marcelo Alonso, Daniela Ramírez y Ariel Grandón. Guzzoni escribió el guion:
“En el texto fílmico no deseaba victimizar ni adquirir una posición morbosa o sensacionalista, pero tampoco esquivar el hecho. Entonces, debía haber un equilibrio. La película se articula desde la palabra, más que demostrar implícitamente el horror.”
Dice sobre la cinta que competirá en Horizontes:
“Todo el equipo de la película está muy contento porque el Festival de Venecia es claramente una fiesta del cine muy prestigiosa. Es un honor poder empezar a socializar la película en ese contexto. Es el lugar más idóneo para transmitir un mensaje que queremos empiece a dar vuelta.”
Feminicidio y culpa
Por otra parte, el largometraje Zapatos rojos (México e Italia, 2022), de Carlos Eichelmann Kaiser (San Luis Potosí, 1980), interviene en Horizontes Extra.
Aquí se toca el feminicidio. Narra el realizador a este semanario que se halla el punto de vista de un padre, quien sufre la ausencia de su hija y su propia culpa, sus propios arrepentimientos.
El largometraje de 82 minutos se ubica en un lugar remoto de las montañas de México donde vive Artemio, un agricultor que ve cómo el terreno desolado en el que trabaja y la vida misma se le escapan de las manos. Cuando recibe noticias impactantes, decide partir hacia la ciudad en busca de liberación, pero se ve obligado a lidiar con un mundo brutal.
El reparto principal recae en el veterano pastor de ovejas Eustacio Ascacio Tacho (en el papel de Artemio), Natalia Solian y Rosa Irine Herrera. La idea de la historia es de Eichelmann Kaiser, y luego complementaron el guion José Francisco González García y Adriana González Del Valle:
“Siempre digo que es un misterio por qué uno quiere hablar de algunos temas y no de otros. Mi inquietud era muy concreta: el linaje. Me acerqué al guionista José Francisco para darle un poco de estructura al relato y a Adriana González, quien es poeta y ha publicado un par de libros de poesía. Posee una sensibilidad mucho más femenina y más creativa, menos estructurada, y ella le acabó dando un poco este tono.”
Eichelmann Kaiser menciona que el eje central de Zapatos rojos son dos temas:
“Uno es la culpa, el remordimiento, y dos, la violencia contra la mujer. El feminicidio se deja abierto porque no acabas de entender muy bien qué pasó con esa muerte, aunque todos los indicios apuntan a un feminicidio. Se habla claramente que es un hecho de violencia machista que desata toda la historia. Me interesaba abordar lo que venimos arrastrando del linaje.”
El elenco lo completa con no-actores:
“Se les llama actores naturales. Sólo es actriz estudiada Natalia Solian. Siempre tuve claro que la película se divide en dos partes: Una, en el desierto, es más rural, más árida, con un ritmo más lento; y dos, en la ciudad, que tiene una dinámica más arrebatada, con un ritmo más vertiginoso. Y en la parte del desierto siempre tuve claro que la quería hacer con no-actores porque es imposible llegar a esa realidad. La gente del desierto es muy particular, como el desierto, muy seca, parca. Fue muy entrañable trabajar con la gente real.”
–¿Qué opina de todo lo que padecen los padres ante la búsqueda de justicia por la desaparición de sus hijos o hijas, o el asesinato de sus hijos o hijas?
–El tema está muy a flor de piel. Es muy preocupante. No quería hacer una película política, coyuntural, ventajista en ese sentido, sino deseaba señalar la herida porque está ahí para que se discuta.
A Eichelmann le parece un sueño que Zapatos rojos esté en Horizontes Extra, porque “es una parte del festival dedicada a jóvenes cineastas que están empezando su carrera, sin embargo forma parte de la selección oficial. Es un sueño que una ópera prima esté ahí, nunca me lo imaginé”.
Zapatos rojos competirá en Largometraje Mexicano en la 20 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia a efectuarse a finales de octubre.
Además, en Venecia –y fuera de competencia– se exhibe el cortometraje Camarera de piso (Argentina/México, 2022), de la salteña Lucrecia Martel.