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Festival Internacional de Cine de Guanajuato: 25 años, contra viento y marea

En estos últimos 25 años, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), a decir de su directora y fundadora Sarah Hoch, “ha sido un granito de arena” para que la industria fílmica nacional sea celebrada en el mundo y que ahora “se encuentra en mejor situación que en 1998”.
sábado, 23 de julio de 2022 · 16:10

De esta manera califica su directora Sarah Hoch el transcurrir del festival  hasta alcanzar el cuarto de siglo y desplegar sus múltiples actividades en las sedes de León, San Miguel de Allende e Irapuato desde este jueves 21. Con Croacia como país invitado de honor, el estreno mundial de 30 cintas, así como la proyección de 28 de América y 68 mexicanas, el GIFF presentará 181 películas de 47 naciones y 128 en competencia. Además, rendirá homenaje a tres mujeres: las actrices Adriana Barraza y Blanca Guerra, y la productora Mónica Lozano, estas dos últimas entrevistadas aquí.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-  En estos últimos 25 años, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), a decir de su directora y fundadora Sarah Hoch, “ha sido un granito de arena” para que la industria fílmica nacional sea celebrada en el mundo y que ahora “se encuentra en mejor situación que en 1998”.

Le emociona –declara en entrevista por teléfono– que actualmente “exista más trabajo para todos en filmes y series”.

Hoch (Kansas City, Estados Unidos) reside en San Miguel Allende, Guanajuato, desde 1972. En 1988 fundó la Comisión de Filmaciones del Estado de Guanajuato. Y en 1998, junto con Ernesto Herrera, el Festival Internacional de Cortometraje Expresión en Corto, que diera paso al GIFF (Guanajuato International Film Festival).

Cabe recordar que de 1994 al 2000, cuando Ernesto Zedillo Ponce de León gobernó México y la brutal devaluación del peso empujó al cine nacional a un colapso industrial, las salas de cine apenas proyectaban películas nacionales. Fue entonces que se creó el festival con el propósito de “proveer un espacio alternativo y dinámico para la expresión audiovisual, así como para premiar el largometraje y el cortometraje”.

Hoch, quien ostenta con orgullo el cuarto siglo del GIFF, destaca que el fallecimiento de Herrera –su esposo– en febrero de 2021, por complicaciones del covid-19, “ha sido el momento más difícil”. Anexa:

“Éramos codirectores del festival y fuimos una mancuerna muy bonita.”

En el GIFF ha habido momentos bellos –enfatiza–, y por eso se realizó el libro GIFF 25 aniversario: recuento de los primeros 25 años del festival, recopilación de fotografías y anécdotas del evento.

“Durante dos años fuimos recopilando toda la información, de USB, DVD y demás formatos. A lo largo de 25 años hubo computadoras que tronaron y memorias que se perdieron, pero pudimos recuperar todo, y cuando me mostraron el libro con un orden cronológico, antes de ir a la imprenta, aunque ya había visto todo, me conmovió muchísimo.”

La 25 edición se efectuará en tres sedes: León (21 al 24 de julio), San Miguel de Allende (25 al 28) e Irapuato (28 al 31).

Además se organizó, en León y en San Miguel, la exhibición fotográfica Un paseo a la fama, conformada con imágenes de los homenajeados y de los invitados más importantes que han pasado por el festival. 

También se proyectarán cortometrajes con lo mejor del entonces Festival Expresión en Corto, que incluye directores que hoy son punta de lanza de la cinematografía mexicana, como Sergio Arau, Guillermo Arriaga, René Castillo, Ernesto Contreras, Carlos Cuarón, Amat Escalante, Gilberto Esparza, Valentina Leduc, Édgar Sanjuan, Jorge Villalobos y Víctor Zavala. Y se mostrará Bajo California: el límite del tiempo, de Carlos Bolado, largometraje de ficción estrenado en 1998 al mismo tiempo que nacía el festival.

181 cintas, 47 naciones

Para esta edición se inscribieron 3 mil 200 filmes de 136 países, de los cuales quedaron 181 de 47 naciones, con 128 producciones en competencia. Explica:

“Es importante que la convocatoria trascienda fronteras y fronteras, regiones y regiones. Contamos con varios jurados para seleccionar que, gracias a la digitalización, pueden estar en todo el mundo apoyándonos para la sección oficial. Abrimos la convocatoria en enero.”

Igualmente, informa, invitan a proyectos:

“Viajamos a muchos festivales, vemos mucho material. Desde 2004 poseemos el International Pitching Market en Latinoa­mérica, una plataforma para la coproducción entre México, Europa, Asia y el resto de América. Tenemos cineastas en residencia y el concurso de guion más grande de México, creado desde el inicio del festival con Víctor Hugo Rascón Banda, quien era presidente de la Sociedad General de Escritores de México. Entonces sabemos de las películas que están en desarrollo o que están por terminarse, como para decir ‘ya debe estar lista tal o cual’. Ahora presentaremos 30 estrenos mundiales, 28 premieres americanas y 68 estrenos mexicanos”.

Croacia es el país invitado; Hoch detalla al respecto:

“Ellos nos buscaron, nos empujaron mucho. Traen una gama de películas muy interesantes. A Croacia lo conocemos muy bien por su animación.”

Se ofrecerá la conferencia Reflectores sobre la animación croata, con el director Marko Djeska y el productor Drasko Ivezic de la casa productora Adriatic Animation. Se mostrará una retrospectiva de la Escuela de Zagreb, una de las corrientes más destacadas y trascendentes de la animación mundial. Finalmente, para cerrar con broche de oro la intervención de Croacia, se proyectará en una gala la película Murina, de Antoneta Alamat Kusijanovic, ganadora del premio a Mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes de 2021.

La formación de nuevos talentos es otra de las áreas del GIFF. Durante seis meses se capacitaron 100 jóvenes universitarios en diversas áreas de la cinematografía, quienes participarán en el Rally Universitario y en el Concurso de Documental Identidad y Pertenencia. Durante medio año se realizaron 28 talleres especializados impartidos por profesionales de la industria del cine.

La capital del estado, Guanajuato, no es sede del GIFF desde 2021, cuando siempre lo había sido. El presidente municipal Alejandro Navarro creó otro encuentro fílmico en esa ciudad. Hoch señala:

“Estamos encantados con León, San Miguel de Allende e Irapuato. Nosotros siempre traemos apertura, pero qué te puedo decir, cada quién sabe lo que quiere para su gente.”

Y remata apuntando que todos los festivales de cine han padecido recortes presupuestales:

“Es un duro golpe, y es complicado el patrocinio comercial tras los dos años de covid-19, apenas los negocios se están recuperando. Pero nosotros nos hemos sentido cobijados con el estado de Guanajuato, y siempre remamos contra viento y marea.”

Guerra. Teatro, cine, tv, todo. Foto: Columba Vértiz

Adriana Barraza y Blanca Guerra

El GIFF rendirá homenaje a la actriz Adriana Barraza, nacida en Toluca hace 66 años, quien celebra 50 de trayectoria. Recibirá la Cruz de Plata del festival y la Medalla de Plata de la Filmoteca de la UNAM, y ofrecerá en la ciudad de León una conferencia magistral abierta al público.

Barraza se excusó con Proceso debido a que se encuentra en la filmación de Blue Beetle, basada en los personajes de DC Comics. Nominada al Óscar por su actuación en Babel, de Alejandro González Iñárritu, ha sido igualmente reconocida por sus interpretaciones en Amores perros, del mismo cineasta; Guten tag, Ramón, de Jorge Ramírez Suárez; Cake, de Daniel Barnz; Drag me to hell, de Sam Raimi, y We can be héroes, de Robert Rodríguez. 

Hacia 2005, Hoch lanzó la convocatoria para crear la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, primera en Latinoamérica, y cada año se rinde tributo a dos destacadas de la industria, una cuyo trabajo se realiza frente a las cámaras y otra detrás de ellas. Esta vez distinguen con la Cruz de Plata y el galardón Musa a la primera actriz Blanca Guerra (Ciudad de México, 1953) y a la productora de más de 60 filmes Mónica Lozano. Ambas impartirán una conferencia magistral conjunta en San Miguel de Allende, abierta a todo el público.

Guerra cuenta con una amplia trayectoria en el cine nacional: El imperio de la fortuna y Principio y fin, de Arturo Ripstein; Santa sangre, de Alejandro Jodorowsky; Un embrujo, de Carlos Carrera; Danzón, de María Novaro; Salón México, de José Luis García Agraz, y Su alteza serenísima, de Felipe Cazals, entre otras. Además labora en televisión y teatro.

Guerra, egresada del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, platica en entrevista que “siempre me ha interesado comunicar a partir de textos con los que me identifico, por la complejidad que contienen al analizar y hacer toda una disección del ser humano, y obviamente también todo tiene que ver con una realidad que me circunda”.

Y ante lo que socialmente le parece injusto, se manifiesta –dice– a través de los canales correspondientes:

“Mi quehacer me ha permitido entrar a organizaciones o movimientos.”

De 2013 a 2015 fue presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). El cine, la televisión y el teatro –asegura– la han nutrido de diferentes maneras:

“Me formé en la UNAM y mi enfoque estaba sobre el teatro, pero finalmente el cine me arropó desde que salí de la escuela. Es una manifestación artística que aprecio y agradezco mucho haber caído en ella. 

“Hubo un tiempo muy largo, de muchos años, en los que yo sólo hacia cine, y de pronto en los descansitos realizaba una obra de teatro. Después la televisión vino y me dio otras cosas. Son circunstancias de trabajo que te exigen una habilidad y una agilidad para manejar tus emociones y exponerlas a través de las palabras de los que escriben los guiones. Y siempre todo quieres potenciarlo.

“He sido una mujer privilegiada. He trabajado todos los años incansablemente, me contratan o yo propongo, pero siempre he podido llevar a cabo proyectos. Estoy feliz por el homenaje.”

Lozano. El reino de la producción. Foto: Columba Vértiz

Mónica Lozano

A su vez Mónica Lozano, impulsora de las obras Sexo, pudor y lágrimas, Amores perros, En la mente del asesino: Aro Tolbukhin, Voces inocentes, El violín, Arráncame la vida y Colosio: El asesinato, confiesa que la emociona y enorgullece que la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión la honre por su trayectoria:

“Como mujer es muy difícil llegar a puestos de dirección, o te lleva muchísimo tiempo, y parte de la lucha de esta asociación es por que se abran los espacios para todas las disciplinas que conforman el conglomerado del cine y del audiovisual.”

De ahí que defina con altura el papel de su profesión:

“Un productor es creativo de la misma manera que el director y el fotógrafo, no es únicamente el que consigue el financiamiento, pues procura las condiciones para que el proyecto se lleve a cabo. En muchos casos es quien genera la idea de producción y la lleva a sus últimas consecuencias, tratando de que tenga el mayor impacto posible con su público, ya sea porque el impacto es cultural, artístico, social o económico.”

Y refuerza:

“Merecer un reconocimiento no es un asunto de género, es un asunto de trabajo, dedicación, compromiso y actualización. Un premio no es nada más para el ego, sino para seguir comprometiéndose con lo que se hace.”

Recuerda por video-llamada sus comienzos como productora, hace 22 años:

“Fui afortunada. Desde la Secretaría de Desarrollo Social y Cultural del Gobierno de la Ciudad de México (donde trabajó de 1989 a 1994) tuvimos vinculación con cineastas y se creó la Comisión de Filmaciones de la Ciudad de México. Además, nació el primer Concurso de Proyectos Cinematográficos para México e Iberoamérica, y se crearon mecanismos de financiamiento y fomento a la cinematografía de la Ciudad de México.

“Tuve una jefa bellísima, hoy queridísima amiga, Alejandra Moreno Toscano, quien me pidió que entendiera cómo se fomentaba el cine en el mundo, qué regulación existía, cuáles eran los tiempos de recuperación de las inversiones, cuál era el espacio del cine mexicano en las salas cinematográficas y en las televisiones públicas y privadas, su impacto en la economía, la generación de empleos, y demás.”

Así entendió todo lo que pasaba:

“A nuestros contenidos o producciones cinematográficas les costaba mucho llegar al mercado. Además, por ahí de entre 1995 y 1997 México había tenido la menor producción de la historia reciente, creo que sólo se habían realizado siete películas. Se creó el Foprocine por decreto presidencial, se empezaban a discutir la Ley de Cine y el Reglamento, estaba el movimiento Los que no somos Hollywood. Se fundó la Asociación Mexicana de Productores Independientes, de la cual Jorge Sánchez fue el primer presidente, en fin. Esos años fueron los que me abrieron un mundo que es fascinante.

“Fui entendiendo que cada interpretación de una historia podía tener un impacto, porque provocaba una transformación o porque cambiaba la manera de pensar en algunas personas, porque generaba emociones y reflexiones o entretenía, pues finalmente el cine y el audiovisual son cultura y son entretenimiento”.

También expresidenta de la AMACC, completa:

“Debemos seguir trabajando y luchando para abrir espacios porque hoy existe una demanda de contenidos, de producciones audiovisuales y cinematográficas como nunca lo imaginamos. Hay un cambio de paradigma con el consumo por las plataformas… entonces hay que mantener la excelencia, porque los equipos técnicos y artísticos en México compiten con cualquiera de los profesionales que existen en el mundo.”  

Reportaje publicado en el número 2385 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 17 de julio de 2022.

 

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