Conquista de México

Al margen de efemérides, el estudio de la Conquista

Dos libros sobre la historia del enfrentamiento y el mestizaje cuya publicación rebasó la emblemática fecha conmemorativa de los 500 años, son obra de investigadores de tiempo completo Luis Barjau y Guillermo Turner.
sábado, 2 de julio de 2022 · 10:14

Dos libros sobre la historia del enfrentamiento y el mestizaje cuya publicación rebasó la emblemática fecha conmemorativa de los 500 años, son obra de investigadores de tiempo completo Luis Barjau y Guillermo Turner. Y es que el tema, inacabable, para el cual se crearon el año pasado las colecciones de la UNAM “México 500” y “1521. Un atado de vidas”, no puede detenerse, a decir de su coordinador, el doctor en historia Gibrán Bautista, pues la investigación histórica continúa más allá de “momentos coyunturales”.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Las conmemoraciones del quinto centenario de la llegada de Hernán Cortés a Veracruz (1519), de su encuentro con Moctezuma Xocoyotzin (1520) y de la caída de Tenochtitlán (1521) legaron a la historiografía una diversidad de libros que ampliaron las temáticas, perspectivas y conocimiento sobre ese periodo en la historia de México.

Dos ejemplos son Hernán Cortés y Moctezuma Xocoyotzin. Encuentro y conquista, de Luis Barjau (1943), y Los Silencios de una Historia. El pasado Castellano de Bernal Díaz “del Castillo” y el Encubrimiento de su Entorno Familiar, de Guillermo Turner, ambos escritos en 2021 pero recién coeditados por la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y El Tucán de Virginia.

En el primero, de 146 páginas, Barjau analiza la unión cultural, aunque violenta, entre Occidente y Mesoamérica, representada simbólicamente por el primer encuentro entre el conquistador y el tlatoani mexica, el 8 de noviembre de 1519 “en un punto de la calzada Iztapalapa”.

A decir del escritor y antropólogo, las culturas de uno y otro lado del mundo florecieron casi a la par: Hay registros de La Venta, Tabasco, o Tres Zapotes, Veracruz, con una antigüedad que data de 1200 a C, la misma que la cultura griega, cuna de Occidente. Y asume que tarde o temprano se daría el encuentro que –aunque la cultura europea en una pretendida superioridad considere como “salvación”– se tradujo en la explotación, marginación, decadencia y extinción progresiva de las culturas mesoamericanas que dieron como resultado el “mestizaje”.

De formato pequeño y fácilmente transportable, el volumen se divide en dos partes; la primera con los capítulos: “Antecedentes de la Conquista”, “Vida de Cortés en las islas. Peripecias biográficas. El retrato de Bernal Díaz del Castillo”, “Gestiones de Cortés: ruptura con Velázquez, hundimiento de las naves, liberalidad con su hueste”, “La ruta de Cortés en Mesoamérica”, “Su versión de los hechos (Cartas de relación)” que incluye Carta del cabildo y Segunda carta, “Significado de su figura historia” y “Epidemias en la población indígena”. La siguiente parte contiene los textos “Moctezuma y la Conquista” y “Palabras finales”.

El relato de Barjau se remite a los momentos en que los Reyes Católicos, Isabel de Castilla fundamentalmente, apuestan por el viaje de Cristóbal Colón “y 15 años más tarde! prosiguió el descubrimiento de Mesoamérica”, hasta llegar a la unión de “dos bloques civilizatorios” cuyo resultado es el nacimiento del mercantilismo en América: “una nueva estadía del individuo y de sus pueblos sobre la faz de la Tierra”.

Desmonta la investigación algunas de las ideas repetidas incluso por la historia oficial sobre la Conquista, como la superstición de Moctezuma Xocoyotzin y la cesión del trono a Cortés, descrita por el propio conquistador en la Segunda carta de relación a Carlos V de 1520. Asimismo, abona que habría sido imposible que el discurso que Cortés asegura dio para ello, pudiera ser traducido por Malinche o Jerónimo de Aguilar, pues apenas hablaban un náhuatl elemental, cuando –tratándose de un tlatoani– Moctezuma debió expresarse en un “alto y muy refinado lenguaje”.

 Enfatiza el especialista, autor entre otros libros de Texcatlipoca (UNAM, 1991) y La conquista de la Malinche (Planeta, 2009), que el imperio de los mexicas fue vencido por muchos pueblos subyugados, aliados de Cortés, que desde el primer encuentro hicieron prisionero al tlatoani.

Los silencios de Bernal

La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, es referente indispensable para contar los antecedentes de la nación mexicana, pero ¿qué se sabe de la vida de su autor, de dónde vino, por qué, cómo se incorporó a las huestes de Hernán Cortés y llegó a ser regidor de Guatemala?

El historiador Guillermo Turner responde a esas preguntas en el libro Los Silencios de una Historia, que lleva como subtítulo “El pasado castellano de Bernal Díaz ‘del Castillo’ y el encubrimiento de su entorno familiar”, que –sin mencionarlo– refuerza las argumentaciones en contra de la idea del historiador francés Christian Duverger acerca de que no fue Bernal, sino Cortés quien escribió la Historia verdadera…

En 2013, Duverger aseguró en su libro Crónica de la eternidad que Bernal no pudo escribir esa monumental obra, debido a su vejez y por considerar imposible que un soldado raso tuviera tal erudición y cultura. El debate renació en medio de las conmemoraciones por los 500 años.

Si bien ya en sus libros Los soldados de la Conquista: herencias culturales (2013) y La biblioteca del soldado Bernal Díaz del Castillo (2016) Turner, maestro en Historia por la UNAM e investigador del INAH, mostró una posición contraria.

A decir suyo, la postura del historiador francés es “especulativa y fantasiosa”, además de prejuiciosa por considerar a un soldado incapaz de escribir el reconocido libro por no haber estado en la universidad como Cortés. Cuando en su opinión, además, la escritura de la Historia… no tiene comparación con las Cartas de Relación que el conquistador enviaba a España. Y menciona al propio Miguel de Cervantes Saavedra, soldado que estuvo en una guerra en la cual no fue capitán ni nadie famoso, y escribió El Quijote.

Turner remonta al lector a los antecedentes familiares de Díaz del Castillo (ca. 1496-1584) en la villa de Medina del Campo, donde nació; su abuelo Sancho Bernal y su padre Francisco Bernal fueron regidores, dice al respecto en entrevista con Proceso:

“Sabíamos muy poco y debía buscar más, dónde había nacido, qué había hecho antes de participar en la Conquista, a qué se dedicaba, qué había estudiado; evidentemente, sabía leer y escribir, y aunque no sabíamos mucho de su familia, lo imaginábamos viviendo de una manera más o menos cómoda, pues su padre fue regidor de Medina del Campo, entonces me di a la tarea de ir a archivos donde se hablara de los regidores de Medina del Campo.”

Describe en el libro que esa villa fue estratégica en la época de los Reyes Católicos Isabel y Fernando, porque se ubica en un cruce de caminos. Y va reconstruyendo la biografía con información publicada por Bernal tanto en Historia verdadera… como los manuscritos Guatemala y Alegría, donde consigna el nombre de su madre, María Díez Rejón.

Él mismo narra también su viaje a Cuba, y cómo ahí un grupo de soldados lo invitó a proclamar a Cortés capitán en contra de Diego Velázquez. Así, se recordará, es como Cortés toma el mando y logra llegar a tierras mesoamericanas.

El historiador le sigue la pista a un personaje de nombre Garci Rodríguez de Montalvo, autor de la novela caballeresca Amadís de Gaula y exregidor también de Medina del Campo, pues fue él quien inspiró a Bernal a luchar por la edición de su Historia verdadera… en busca de fama. Para ello escondió algunos aspectos negativos de su historia: su abuelo Sancho fue acusado de asesinar a una persona y de cohecho, y su padre fue espía del rey.

La firma del autor de la Historia verdadera… aparece en muchos documentos como Bernal Díaz y alcanza la posteridad como Bernal Díaz del Castillo. Y Turner cuenta en su libro cómo y porqué.

Ciclo abierto

A través de dos colecciones hermanas, la UNAM se sumó al enriquecimiento de los saberes sobre la Conquista y el periodo colonial: “México 500” y “1521. Un atado de vidas”, editadas por varias dependencias: Cultura UNAM, Libros UNAM, Publicaciones y Fomento Editorial, institutos de investigaciones Históricas (y su Unidad Oaxaca), Estéticas, Bibliográficas y de Estudios sobre la Universidad, entre otras.

Ambas son coordinadas por el doctor en historia Gibrán Bautista, secretario académico del IIH e investigador especialista en los siglos XVI y XVII, quien explica a Proceso que el propósito fue conocer historias concretas de protagonistas de aquel periodo histórico, así como de las circunstancias sociales y económicas que detonaron el proceso de impacto mundial.

Se trata también de ofrecer a un público amplio, pues no está dedicada sólo a especialistas, actualizaciones sobre los temas, sustentadas en investigaciones recientes, con un lenguaje muy accesible. En el caso de la colección 1521, agrega, es tal el abanico de autores, que se pueden encontrar ensayos, obras literarias, etcétera.

“Nuestro interés es que puedan leerlos especialistas y sean aceptados por la comunidad académica por la calidad de sus resultados, pero también y, fundamentalmente, que puedan leerse en el Metro, el barrio, la colonia, la casa”

Y es que les tocó planear algunos cuando la emergencia sanitaria mantenía a muchos estudiantes en casa y fue una manera de acercarles la historia. Entre los títulos de la colección “México 500” pueden mencionarse La Conquista y el mar: una historia global, de Iván Valdés-Bub­nov; La invención de la Nueva España, de Francisco Quijano Velasco; 1521 en el arte barroco, de Elsa Arroyo Lemus; Libros e imprenta en México en el siglo XVI, de Marina Garone Gravier; y Malintzin, o la Conquista como traducción, de Federico Navarrete.

En la otra serie se publicaron, entre otros títulos, Fray Pedro de Gante. Espiritualidad y sabiduría en tiempos de misión, Juana Zúñiga o la primera nobleza castellana de América, de María Vicens Hualde; Hernán Cortés, ambicioso, aventurero, valiente y mujeriego, de Úrsula Camba Ludlow; Bernal Díaz del Castillo. Narrar la Conquista entre volcanes, de Víctor Castillo Aguilar; y Tres veces tres. En clave Malintzin: Nueve aproximaciones a su figura, de Yásnaya Elena A. Gil.

Bautista pone énfasis en que no obstante las colecciones nacieron en el marco de la conmemoración del V Centenario y ya están cerradas, para el IIH y las otras dependencias la investigación histórica es parte de su quehacer y continúa, al margen de efemérides y de momentos coyunturales.

En su caso, por ejemplo, la historia de la Conquista y del periodo colonial es su especialidad y mantiene sus investigaciones porque son temas que conciernen a todos como sociedad.

Lo expone el doctor Barjau también al señalar que la Conquista es un fenómeno complejo y único en la historia del mundo y enfrentó dos tradiciones culturales:

“Las formidables diferencias antropológicas, entrambos bandos sembraron un enigma que ha creado una biblioteca inmensa que no termina de saciar la inquietud de muchos estudiosos y observadores del fenómeno.” 

 

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