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Entrevista con Santiago Baños: "Exagerado, lo que se le exige al América"

El presidente del club América, Santiago Baños Reynaud, asegura que ya quedaron atrás las noches de insomnio. Ahora se muestra satisfecho con Fernando Ortiz, El Tano, quien, como el entrenador, intentará llevar al equipo a calificar a semifinales por primera vez desde el Apertura 2019.
domingo, 8 de mayo de 2022 · 10:57

El presidente del club América, Santiago Baños Reynaud, asegura que ya quedaron atrás las noches de insomnio. Ahora se muestra satisfecho con Fernando Ortiz, El Tano, quien, como el entrenador, intentará llevar al equipo a calificar a semifinales por primera vez desde el Apertura 2019 y por el título 14 de su historia. Incluso acepta el papel de villano, aunque aclara que no es él el único que decide las contrataciones ni las salidas de jugadores o entrenadores.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La salida del entrenador Santiago Solari definió el destino del América en el Torneo Clausura 2022. El equipo se levantó de entre los muertos: pasó de estar en el sótano de la tabla general en la jornada 8 a clasificar de manera directa a la Liguilla, que arrancará esta semana, donde el equipo peleará por calificar a semifinales por primera vez desde el Apertura 2019 y por el título 14 de su historia.

El nombre de quien redimió al América es Fernando Ortiz, El Tano, un exzaguero argentino que como jugador vivió tiempos aciagos con el club en 2010. Apenas en enero último llegó para dirigir al equipo Sub-20 de las Águilas y en dos meses ya estaba en el banquillo de uno de los equipos más importantes del futbol mexicano.

El presidente del club, Santiago Baños, no le prometió nada a Ortiz cuando lo nombró director técnico interino. Le puso en las manos las riendas y le pidió ir partido a partido, sumar puntos cada jornada. Tras el debut del Tano con una derrota 2-1 ante Monterrey, el equipo después empató sin goles ante las Chivas, luego vino el renacer del América con seis triunfos al hilo y un empate con el Cruz Azul en la última fecha del torneo que le alcanzó para ser cuarto de la tabla general con 26 puntos.

En entrevista con Proceso, Santiago Baños, quien en 2017 se convirtió en presidente del América, habla de lo difícil que fue despedir al argentino Santiago Solari, su gran apuesta para un proyecto de largo plazo que comenzó con el pie derecho, pero luego se desmoronó; de las noches de insomnio por los resultados decepcionantes a pesar de la gran inversión económica para reforzar al América y también aclara que él no decide unilateralmente sobre la contratación de los jugadores.

Baños asume sin rezongar el papel “del villano” en el América, el club con la afición y la cobertura de prensa más exigente que considera como un fracaso todo aquello que no sea un título.

–América fue campeón de la Liga MX en 2018; luego campeón de campeones en 2019 ante Tigres y de la Copa MX contra Juárez; en 2021 perdió la final de la Concachampions con Monterrey y es un invitado recurrente a la Liguilla; sin embargo la exigencia para este equipo es: título o fracaso. ¿Es una posición exagerada?

–Tenemos una afición muy exigente, los medios siguen mucho al club y hablan mucho tiempo del América; entonces de repente se vuelve exagerado lo que se le exige a este club. Lo entendemos y sabemos que es así. Estamos acostumbrados y sabemos que tenemos que rendir cuentas.

–En el futbol mexicano suele suceder que el equipo que se enracha es el más peligroso en la Liguilla, ¿qué cambió el rostro del América para hilar estas victorias?

–Cambió el ánimo de los jugadores. Teníamos que encontrar una racha de partidos ganados que, afortunadamente, se consiguió y ahí fue donde se crecieron. La parte negativa al principio del torneo se hizo como una bola de nieve que fue creciendo por los malos resultados. Hacia la segunda parte del torneo pasó lo mismo, pero en sentido positivo. Los jugadores se enracharon, empezaron a creer en sí mismos otra vez, a jugar mejor y les dio una inyección de ánimo el ganar una seguidilla de partidos que eso a la postre dio para tener los buenos resultados y poder clasificar directamente.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2375 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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