CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Diego Fonseca identifica al presidente Andrés Manuel López Obrador dentro del fenómeno del populismo en América Latina que, con tintes de caudillismo y mesianismo, sobrevive en este siglo con mucha fuerza, a pesar de que existen formas de participación democrática directa para que la ciudadanía incida en las decisiones de gobierno.

Autor de Amado líder (HarperCollins, 2021) –libro en el que hace un repaso del populismo latinoamericano enarbolado por partidos de todo el espectro político, movimientos y liderazgos relacionados con el “socialismo del siglo XXI”–, Fonseca dice que el caso de López Obrador es singular y tiene su propia marca, que lo coloca en un lugar diferente de casos como los de Daniel Ortega, Hugo Chávez, Jair Bolsonaro y Evo Morales. AMLO, señala, es un “insider”, pues proviene del poder hegemónico del PRI que gobernó México más de siete décadas y ahora pretende sustituirlo por su propio esquema de poder centrado en él.

Entrevistado por Proceso en vísperas de la consulta de revocación de mandato que el propio López Obrador propuso e impulsó, el periodista y escritor argentino, autor de 14 libros sobre temas políticos, sociales económicos y de ficción, colaborador de diarios como The New York Times y El País, señala que las causas o las circunstancias por las que surge el populismo de Andrés Manuel López Obrador son comunes a otros procesos latinoamericanos.

Entre estas causas señala la de una sociedad desencantada con las promesas incumplidas de la clase política que durante décadas ha sido incapaz de leer las demandas sociales, pues ha estado demasiado ocupada por la competencia electoral y la disputa por el poder.

También subraya la situación de enorme desigualdad económica y una democracia que da resultados lentos y subóptimos, así como la frustración y la búsqueda de una voz con la que sectores sociales amplios se sientan identificados.

“Todas estas causas están en México: hastío del PRI, fracaso del PAN, inviabilidad del PRD, pobreza, una desigualdad brutal y una democracia formal donde todos tienen derechos, pero donde hay millones que no tienen cómo hacer uso de esos derechos. Y aparece un líder mesiánico que recorre el país durante 12 años, diciéndole a los abandonados por el sistema que él sí es como ellos.”

No obstante, Fonseca resalta la propia marca del populismo de López Obrador ante los otros casos de presidentes de América Latina.

“Una de las centrales es que es un populista de escuela, no un outsider, y un hegemonista por formación. AMLO viene de la facción nacionalista poscardenista del PRI, no se formó en un mundo ajeno a la política, sino en el riñón de un partido-Estado”, indica el periodista.

Fragmento de la entrevista publicada en la edición 2371 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.