Cine
Sergio Olhovich filma cómo Cárdenas nacionalizó el petróleo
Hace 20 años el director de cine Sergio Olhovich y el escritor Carlos Montemayor, quien falleció en 2010, escribieron el guion 1938, el año que el petróleo fue nuestro, que narra las vicisitudes del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), para expropiar la industria petrolera.El sueño concebido hace dos décadas con el escritor Carlos Montemayor entra a la realidad: está sólo a dos semanas de concluir la filmación (probablemente en mayo), pero este miércoles 16, a las 17:00 horas, el cineasta hablará de ella en una mesa de reflexión de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, en el marco del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM). Olhovich adelanta esa conversación a Proceso en entrevista telefónica, al igual que Ianis Guerrero, quien protagoniza al presidente.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Hace 20 años el director de cine Sergio Olhovich y el escritor Carlos Montemayor, quien falleció en 2010, escribieron el guion 1938, el año que el petróleo fue nuestro, que narra las vicisitudes del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), para expropiar la industria petrolera.
Ahora, por fin, el también guionista y productor rueda el largometraje de ficción desde finales del año pasado, sólo le faltan dos semanas de filmación, tal vez en mayo próximo. Olhovich, nacido en Sumatra, Indonesia, en 1941, de madre tabasqueña y padre ruso, está nacionalizado mexicano. Resalta para Proceso:
“Es una película fundamental y me siento muy orgulloso de realizarla porque va más allá de una cinta cinematográfica bien hecha de tema histórico. Es un filme totalmente político que habla de lo que es el petróleo para la soberanía de un país.”
Detalla por teléfono que el largometraje, cuyo costo ronda los 35 millones de pesos, aborda sólo el año de 1938:
“Trata de cómo vivió el entonces presidente Lázaro Cárdenas los días antes, en el momento y el después de nacionalizar ese hidrocarburo. De cómo finalmente se decide, con el general Francisco Múgica, entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, a expropiar, porque las empresas extranjeras, estadunidenses e inglesas, se oponían a cooperar con el gobierno y con el sindicato del petróleo. Abordamos todos los momentos de titubeos del general Cárdenas de si era lo correcto o no expropiar.
“Finalmente lo hace y enfrenta un boicot por parte de esas compañías extranjeras. Incluso hubo un periodo inminente en que Inglaterra quería invadir al país militarmente. No se logró, entre otras cosas, porque ya estaba a la vuelta de la esquina la Segunda Guerra Mundial, y el estadunidense Franklin D. Roosevelt decidió que era más importante tener el petróleo mexicano que la guerra con su vecino del sur.”
El rodaje de 1938, el año que el petróleo fue nuestro comenzó los últimos días de septiembre pasado en distintas locaciones, y si bien paró uno días, continuó en diciembre en Palacio Nacional. Y en mes y medio continuará la etapa final en otros lugares de la capital mexicana. En total se alcanzarán siete u ocho semanas de grabación.
Los actores son Ianis Guerrero (Lázaro Cárdenas), Baltimore Beltrán (general Múgica), Roberto Beck (Raúl Castellanos), Karen Martí (Amalia Solórzano), Ofelia Medina (Amalia Solórzano adulta), August Armstrong (Jon Roberts), Julian Sedgwick (embajador Daniels), Viridiana Robles (Alicia), Sergio Bonilla (Alberto Miranda), María Penella (Rosaura), Esteban Soberanes (ingeniero Rojas), Raúl Briones (Vicente Lombardo Toledano) y Salvador Sánchez (campesino). Es una producción de Katarsis Cooperativa de Comunicación y Media y Corazón Films.
Cabe destacar que Olhovich participará en la mesa de reflexión The tyger burns: El puma arde, de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, en el marco del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM). Charlará de su obra y de esta película con el historiador y crítico de cine alemán Olaf Möller el miércoles 16 de este mes, a las 17:00 horas, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo del Centro Cultural Universitario.
Los obstáculos
Olhovich se formó como cineasta en la Unión Soviética, en el Instituto Estatal de Cinematografía de Moscú, la escuela de cine más antigua del mundo. Ha sido profesor en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas) de la UNAM y en la Universidad Iberoamericana. Creó el Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación. Su ópera prima es Muñeca reina (1971), una adaptación del cuento homónimo de Carlos Fuentes, protagonizada por Enrique Rocha y Ofelia Medina, a quien vuelve a recurrir.
También realizó El encuentro de un hombre solo (1973), La casa del sur (1974), Coronación (1975), Llovizna (1977), El infierno de todos tan temido (1979), Esperanza (1987) –con la cual ganó el Ariel de oro a mejor película–, Bartolomé de las Casas (1993) y En un claroscuro de la luna (1998), entre otras.
Uno de los obstáculos para realizar 1938, el año que el petróleo fue nuestro, resultó el del financiamiento. El cineasta recuerda:
“Desde el 2017 tenía aprobado el proyecto en el entonces Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine). Me mandaron una carta de que todo estaba aprobado, y cuando llegó el momento de que me dieran el dinero, me informaron que ya no podían dármelo porque se había acabado, lo cual se me hizo raro porque Fidecine calculaba el dinero que poseía y a qué proyectos se los darían, y a la única película que le dijeron que ya no había dinero fue a la mía… pero que no me preocupara, que el año entrante iba a estar en primer lugar para darme el financiamiento necesario.”
Pasó el año, y volvió a pedir el apoyo a Fidecine con la promesa de que ya estaba aprobado:
“Me volvieron a mandar una carta de que iba a estar todo perfecto, y de nuevo cuando llegó el momento de que recibiera yo el dinero, no encontraba a los ejecutivos de Fidecine, y nadie me decía nada, y así terminó el sexenio de Enrique Peña Nieto con una imprecisión que no entendíamos por qué.”
El colmo fue que en diciembre de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ya estaba en el poder pero no se habían nombrado aún a las nuevas autoridades del cine, le volvieron a comunicar “con toda tranquilidad”, que no había dinero otra vez.
Después Olhovich habló con María Novaro, titular del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine):
“El productor ejecutivo Roberto Fiesco y yo le explicamos lo que había sucedido. Igual hablé con la subsecretaria de Cultura Marina Núñez. Nos dijeron que iban a averiguar y nunca me precisaron nada. Después surgió el asunto de la desaparición de los fideicomisos en el 2020, y quitaron Fidecine, entonces me quedé sin nada. Por suerte habíamos pedido dinero al estímulo fiscal Eficine y me otorgó 10 millones de pesos, con lo cual empecé a preparar la película. Luego se unieron los coproductores Corazón Films y aportaron una lana y con eso estamos trabajando, además de otras aportaciones que están llegando.”
Enfatiza en la asistencia del gobierno actual:
“Rodamos dos semanas en Palacio Nacional y no nos cobraron. La película costará más de 30 millones, pero ahí nos ahorramos una cantidad. He hablado con Jesús Ramírez, el vocero del presidente López Obrador, y me ha apoyado en todo.”
De sangre petrolera
El cineasta rememora que Carlos Montemayor hizo toda la investigación para desarrollar el guion:
“Escribimos el argumento desde el 2002, por desgracia Carlos falleció. Lo trabajamos varios años. Luego yo tuve operaciones de mi columna y rodillas. Con el confinamiento por la pandemia me dediqué a mejorarlo, y creó que me quedó un guion bastante bueno.”
Desde joven deseaba filmar una historia sobre la expropiación del oro negro:
“Mi papá era ingeniero petrolero. Buscó en los años treinta y encontró petróleo en Tabasco fundamentalmente, ahí es donde conoció a mi mamá, ella era tabasqueña. Yo acompañaba a mi padre a campamentos de petróleo en diferentes partes de México, e igual trabajó mucho buscando petróleo en Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. Luego fuimos a París porque fue contratado por el Instituto Francés del Petróleo. Entonces conozco toda la epopeya de México con el petróleo y siempre quise realizar una película al respecto.”
El filme –señala– va muy bien con lo de la Cuarta Transformación por la idea de que el petróleo es fundamental para el desarrollo de un país:
“Es muy importante el destino del país ligado con el petróleo que poseemos, y tenemos mucho. Eso es una gran suerte para México. El petróleo debe ser para el pueblo mexicano, no para la iniciativa privada que se lleva toda la lana y no nos deja nada.
“A Carlos Montemayor se le ocurrió hacer esta película antes de que llegara el gobierno actual, que está logrando estatizar de nuevo el petróleo, y esta película se vuelve muy importante para mostrarle al pueblo mexicano lo que sucedió en el año 1938 con la expropiación. Hay generaciones nuevas que desconocen totalmente ese asunto.”
Se entusiasma:
“Mi papá siempre me enfatizó lugares donde habían descubierto yacimientos que hasta la fecha todavía no dan a conocer. Hay mucho petróleo en todo el Golfo de México, en Chiapas, en el norte de la nación que todavía no se explota, como Baja California. El petróleo se ocupa no sólo para los coches y aviones, también para el plástico, hasta para las medicinas. Vamos a necesitarlo unos 50 años más, mientras se desarrollan nuevas alternativas energéticas.”
El 18 de marzo de 1938 fue el día en que Cárdenas decretó la expropiación de bienes de las empresas petroleras estadunidenses y anglo-holandesas que operaban en México; según diarios de esa época, controlaban 95% de las propiedades de la industria. Llevaban a cabo, dice, una “explotación irracional” de los yacimientos, y eran la Royal Dutch Shell, de Holanda, que en México se hizo llamar Compañía Mexicana El Águila; Standard Oil Company de New Jersey, llamada Huasteca Petroleum; Cities Service; Continental Oil Company, y Consolidated Oil Company, entre otras.
Poseían gente armada para proteger los terrenos donde se ubicaban los yacimientos. Además, Standard Oil y Royal Dutch Shell intentaron un boicot contra el petróleo mexicano: Trataron de impedir que se vendiera en Europa y otras naciones y presionaron a proveedores para no surtir a México de los materiales necesarios para su extracción.
Cárdenas pidió el respaldo moral y material para llevar a cabo la expropiación, porque representaba un sacrificio económico. La Secretaría de Hacienda debía pagar la indemnización en un plazo no mayor a 10 años.
El 23 de marzo de 1938 se reunieron 100 mil personas de todas las clases sociales para respaldar a Cárdenas. Y el 19 de abril del mismo año en el Palacio de Bellas Artes, mujeres y varones de todas las clases sociales acudieron a dejar objetos de valor; gente adinerada regaló sus joyas, y la más humilde dejaba hasta gallinas.
El pasado jueves 10, el presidente López Obrador detalló en su conferencia matutina que los precios de los combustibles en México no subirán pese a la situación que se vive en Ucrania:
“Producimos petróleo, no todos los países en el mundo producen petróleo… Desde que llegamos nos dedicamos a rescatar a Pemex. Tuvimos la suerte de encontrar nuevos yacimientos, tenemos reservas suficientes y estamos perforando, ya no se está cayendo la producción, al contrario, estamos recuperando, ya tenemos más petróleo crudo.
“Al mismo tiempo, se inició la rehabilitación de las refinerías, hemos invertido más de 30 mil millones de pesos en rehabilitar las refinerías, nos ha permitido aumentar la capacidad de refinación y, como se compró Deer Park a Shell, ya tenemos producción suficiente. Una vez que tengamos Dos Bocas y la coquizadora de Tula, ya vamos a alcanzar la autosuficiencia.”
En tanto, Olhovich finaliza que con 1938, el año que el petróleo fue nuestro “las nuevas generaciones comprenderán porqué este gobierno estatiza el petróleo”.
El actor principal
El actor de cine, teatro y televisión Ianis Guerrero, mexicano pero nacido en París, Francia, en 1980, interpreta al presidente Cárdenas en el largometraje. También por teléfono subraya:
“En definitiva se trata de uno de los retos más grandes de mi carrera y es una enorme alegría por el privilegio de trabajar con Sergio Olhovich, quien hace 20 años que no filmaba, y lleva mucho tiempo trabajando este proyecto, el cual le llega al corazón porque su padre era petrolero.”
Conocido por su participación en Nosotros los nobles (2013), de Gary Alazraki, coincide con Olhovich:
“Las nuevas generaciones deben conocer cómo nos construimos como nación, como mexicanos. Nunca ha sido fácil, ni nos han regalado algo, y no nos hemos dado por vencidos. En 1938 les ganamos a las grandes potencias unidas Inglaterra y Estados Unidos, en fin, y México puso su nombre muy en alto diciendo: esto es nuestro y lo vamos a defender y vamos a pagar hasta el último centavo de lo que corresponda con justicia, no le estamos robando a nadie.”
El también interprete de las cintas Casa caracol (2017) y Corazón de Mezquite (2019), y de las series Club de Cuervos y Señorita 89, menciona que cuando lo invitan a leer el proyecto le entró el sentimiento de una enorme responsabilidad, no sólo para él, sino para todos los mexicanos:
“Empecé un trabajo de preparación muy fuerte de cuatro meses en los cuales leí lo que pude de libros, vi videos y fotos, escuché grabaciones de radio y música, en fin, y tuvimos la suerte de que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y su hijo Cuauhtémoc nos recibiera en su casa, a Karen, Sergio y a mí, y nos contarán anécdotas de don Lázaro, quien para ellos es el ser humano, y eso es justamente lo que muchas veces no hemos podido ver: su forma de ser, hablar, cómo era como padre, en fin.”
Guerrero tuvo que subir de peso para el personaje. Y redondea antes de despedirse:
“Anhelamos quitarle a Lázaro Cárdenas el bronce y hacerlo muy humano. Retratarlo con toda la grandeza, pero también con toda la humildad y la sencillez que tenía.”
Reportaje publicado el 13 de marzo en la edición 2367 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace. https://publicacionesdigitales.proceso.com.mx/library/