Jalisco
Para la foto, la ayuda del gobierno de Jalisco
Pese al inusitado interés del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, por ayudar a los aficionados del Atlas que fueron agredidos en el estadio de Querétaro, los seguidores rojinegros denuncian que se sienten abandonados por ambos gobiernos, por la Federación Mexicana de Futbol y por la LigaMX.Pese al inusitado interés del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, por ayudar a los aficionados del Atlas que fueron agredidos en el estadio de Querétaro, los seguidores rojinegros denuncian que se sienten abandonados por ambos gobiernos, por la Federación Mexicana de Futbol y por la LigaMX. El apoyo que reciben familiares de los heridos que aún están hospitalizados, afirman, viene de la propia afición.
GUADALAJARA, Jal. (Proceso).– El “apoyo total”, que desde la noche del sábado 5 ofreció el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, a las familias de los aficionados del Atlas lesionados en el estadio La Corregidora, no llegó a la de Esteban El Razor Hernández, intubado en el Hospital General de Querétaro.
Aficionados rojinegros, familiares o amigos de las víctimas de la gresca que se suscitó durante el partido contra Gallos, se sienten abandonados por las autoridades estatales, por las directivas de los equipos y por la Liga MX, y así lo denunciaron a Proceso.
José, primo de Esteban, se quejó de que nadie se acercó para ofrecerles apoyo. “Simplemente mi tía se encuentra en Querétaro con mi primo” y el dinero que ha recibido proviene de los aficionados.
Hugo –pidió omitir su verdadero nombre–, integrante de la porra sur del Atlas, mencionó que el grupo de animación del Guadalajara, llamado “La Irreverente”, pidió cooperación económica, la cual se envió a la mamá del Razor para hacer frente a los gastos médicos en el Hospital General de Querétaro.
En tanto, un integrante de La Murga del Atlas, que estuvo presente en el estadio La Corregidora, narró que tres de sus amigos resultaron lesionados, uno de ellos con fractura de pómulo y otro con golpes en la espalda.
“Un paramédico les lavó las heridas y nos regresamos a Guadalajara, no tuvimos ninguna ayuda de la autoridad de Querétaro. Tampoco les tocó dinero de las donaciones, pero con el apoyo de sus familias están logrando cubrir sus gastos”, comentó.
También relató que cuando se inició el enfrentamiento pensó que la autoridad local iba a controlar la situación, pero no fue así. “Fue terrible, entonces comenzamos a correr por nuestras vidas, no se le podía hacer frente (a los contrincantes), y sálvese quien pueda. Fue muy traumático y frustrante”.
Pese a que se decidió prohibir el ingreso de las porras al estadio y se ofreció seguridad, la mayoría de los seguidores de Los Zorros descartan regresar a presenciar un partido de los rojinegros en el estadio para no correr riesgo de quedar lesionados o muertos.
Hugo dice que en redes sociales los integrantes de otras porras anunciaron que, “donde vean a los del Querétaro, nos van apoyar a nosotros, y los van a golpear”. Sin embargo, se llegó a un acuerdo entre los aficionados de los diversos equipos para que haya paz. “No nos vamos a pelear, precisamente porque nos están apoyando”.
Ayuda de particulares
A los lesionados que quedaron hospitalizados en Querétaro se les han enviado apoyos en sobres con cantidades que van desde 8 mil a los 10 mil pesos, dinero que proviene de los atlistas y de otros aficionados, refiere Emanuel, también seguidor del Atlas.
En redes sociales, Eddy Reynoso, aficionado del Atlas y entrenador del boxeador Saúl Álvarez, anunció el lunes 7 que realizó un donativo para los atlistas que fueron agredidos, y prometió dar más apoyo en la semana.
Seguidores de los rojinegros coinciden en exigir justicia para sus compañeros agredidos y se muestran incrédulos por la información oficial de que sólo hubo 26 heridos.
Jesús, otro aficionado, duda que se vaya a impartir justicia, pues uno de los hombres identificados en las fotografías que compartió la Fiscalía de Querétaro, señalados como los presuntos responsables de haber participado en los hechos violentos, en realidad es un integrante de la porra del Atlas, quien, según asegura, “sólo estaba ayudando a otros. Las imágenes se pueden manipular”.
Para muchos aficionados rojinegros no queda duda de que la agresión fue planeada, sobre todo después de ver los videos que circularon en redes sociales sobre la actuación de los policías locales durante el partido, en especial sobre el elemento de seguridad que abrió una reja del estadio para que ingresara el grupo violento de los Gallos para golpear a los rojinegros.
Cuestionan sanciones
Miembros organizados de la porra del Atlas consideran que la decisión de la Federación Mexicana de Futbol y de la Liga MX de vetar, multar e inhabilitar a Gallos de Querétaro se “quedó corta”. Advierten que “se corre el riesgo de que vuelva a repetirse la historia”.
El miércoles 9 los aficionados de Los Zorros marcharon para exigir justicia para sus compañeros. “Te juré fidelidad toda la vida, sin importar que perdiera la mía”, se leía en una de las mantas.
En dos cartulinas se escribió la misma misiva: “Hoy Atlas es rojo por la sangre derramada y negro por el luto de nuestra gente”. En otra más, se expresó un reclamo: “Directivos y autoridades no se hagan pendejos. ¡Justicia!”.
Durante el recorrido de la glorieta La Minerva al estadio Jalisco, que duró tres horas y media, los manifestantes corearon una consigna: “Madre mía, madre mía, yo te quiero confesar que me voy a ver al Atlas, de visita y de local, si por cosas del destino no nos volvemos a ver, que en mi tumba quede escrito que morí por la camisa”.
Oportunismo
Alfaro mostró un interés inusitado tras la tragedia que ocurrió en La Corregidora, una reacción que contrasta con el mutis que suele ejercer ante manifestaciones por desapariciones, feminicidios o detenidos arbitrariamente, situaciones que se niega a abordar públicamente.
Minutos antes de las 21:00 horas del sábado 5, el mandatario ya estaba publicando en redes sociales: “Estamos atendiendo esta terrible situación”. Incluso dio a conocer que se había comunicado con su par de Querétaro, Mauricio Kuri, para ofrecer apoyo para la atención de los atlistas.
Ese mismo día, por la tarde, colectivos de Madres Buscadoras de Jalisco le solicitaron al gobierno del estado, vía redes sociales y medios de comunicación, ayuda para recibir en donación guantes, picos y palas, así como bebidas hidratantes, debido a que la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco no tiene presupuesto para ello… Ningún funcionario les ofreció ayuda y no hubo mensaje alguno de Alfaro.
A las 22:30 horas del sábado 5, Alfaro reportó que todas las áreas de seguridad de Jalisco estaban en comunicación con sus pares de Querétaro para “apoyar en todo lo que se requiera”. Además puso a disposición los helicópteros del estado para trasladar a los heridos o “lo que necesiten”, y refirió que policías estatales recibirían a los camiones de los atlistas en los límites con Guanajuato.
Integrantes del colectivo Jóvenes Buscadores le habían hecho un reclamo al gobernador por la falta de protección el 21 de febrero último, puesto que la fiscalía estatal sólo les proporcionó tres elementos para cuidarlos en su búsqueda en Tlajomulco. “Tememos por la vida de los compañeros”, publicaron en Twitter.
En respuesta, el mandatario dijo que las buscadoras de desaparecidos “pueden tener otros intereses”. Eso le desató una lluvia de críticas que lo obligó a reunirse con el colectivo para ofrecer disculpas.
También llamó la atención que el mandatario emecista se presentó antes de la medianoche del sábado 5 afuera del estadio Jalisco, donde aficionados se congregaron para prender veladoras frente al escudo del Atlas.
Allí recalcó: “Vengo a decirles lo que sé, porque es mi responsabilidad (…) nunca me he escondido, vengo a ponerme a sus órdenes por si se necesita algo para moverlos allá”.
El gobierno de Jalisco puso a disposición cuatro números telefónicos para reportar a personas desaparecidas en el evento violento.
Esta respuesta de Alfaro fue diametralmente opuesta a lo que ocurre cuando se originan protestas para pedirle audiencia o reclamar justicia afuera de Casa Jalisco o Palacio de Gobierno, pues los inmuebles son resguardados con vallas metálicas y policías. El mandatario ni se asoma.
Ejemplo de ello ocurrió en junio de 2020, cuando hubo una manifestación para pedir justicia por Giovanni, quien murió tras ser golpeado por policías municipales por no traer cubrebocas.
En noviembre de ese mismo año se realizaron tres marchas por las restricciones en movilidad y en actividades económicas. En ninguna de las ocasiones el mandatario salió de Casa Jalisco, inmueble que se convirtió en un búnker.