La Escuela es Nuestra
Escuelas de tiempo completo: Una extinción ampliamente repudiada
El Programa Escuelas de Tiempo Completo, inaugurado en 2007, fue una ayuda para familias de escasos recursos: no sólo los alumnos mejoraban su aprendizaje sino que la escuela los alimentaba. Ahora la 4T sustituye ese programa por La Escuela Es Nuestra y genera dudas sobre el uso real del dinero.El Programa Escuelas de Tiempo Completo, inaugurado en 2007, fue una ayuda invaluable para familias de escasos recursos: no sólo los alumnos mejoraban su aprendizaje sino que la escuela los alimentaba. Ahora la Cuarta Transformación sustituye ese programa por La Escuela Es Nuestra y genera, entre organizaciones de derechos humanos y de padres de familia, dudas en torno al uso real del dinero que se le ha destinado…
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La supresión del Programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC), que atendía a unos 3 millones 600 mil alumnos en más de 25 mil planteles en zonas marginadas del país, provocará mayor “deserción escolar” y “rezago educativo” entre niños, niñas y adolescentes que por su situación de pobreza incluso recibían alimentación en esas escuelas, aseguran organizaciones de derechos humanos y de padres de familia.
Alertan también del posible “uso electoral” de los recursos que antes se destinaban al PETC y que ahora se canalizan a La Escuela Es Nuestra (LEEN), el programa creado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para realizar obras de remozamiento escolar, pero al que, sin embargo, ya se le comprobó por lo pronto un desvío de 573 millones de pesos.
Estas sospechas aumentan por el hecho de que la actual titular de la SEP, la maestra Delfina Gómez, según demostraron las autoridades, tiene experiencia en desviar recursos para fines electorales, como sucedió cuando fue alcaldesa de Morena en Texcoco.
Luis Arturo Solís Bravo, presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, exclama molesto: “¡Es increíble! Ahora resulta que el gobierno de López Obrador, cuyo lema es ‘Primero los pobres’, esté haciendo justamente lo contrario: afectar a los niños más pobres al quitarles las escuelas de tiempo completo, un programa que durante alrededor de 15 años apoyó a la niñez y a los padres de familia más vulnerables del país. Operó en muchos municipios de alta marginación que ahora se verán afectados.
“Resulta muy lamentable la medida, porque atenta contra el derecho de los niños a la educación y a la alimentación, ya que en esas escuelas también se les daba alimento a los alumnos porque sus familias simplemente no tienen la capacidad económica para hacerlo.
“Fue un programa educativo muy exitoso, pues empezó en 2007 con solo 400 escuelas, luego fue creciendo exponencialmente al grado de que con el tiempo se convirtió incluso en un programa modelo para otros países, así lo señalaron el Banco Mundial, la Unicef y otros organismos internacionales.”
–Con la desaparición del programa, ¿hay el riesgo de que aumente la deserción escolar en las zonas marginales donde estaba operando?
–Sí, desafortunadamente existe ese riesgo. Y le pongo un solo ejemplo que resulta muy ilustrativo: ahorita me reportan del estado de Chihuahua que ya se ven afectadas muchas madres que dejaban a sus hijos en la escuela de las ocho de la mañana a las cuatro de la tarde, mientras ellas trabajan en las fábricas de maquila.
“Estas escuelas, como su nombre lo dice, operaban con horarios de tiempo completo, de unas ocho horas, precisamente para coincidir con las jornadas laborales de las madres de familia. La finalidad era que sus hijos estudiaran mientras ellas trabajaban. ¿Qué puede hacer ahora una madre que labora en la maquila? ¿dónde va a meter a sus hijos? ¿los dejará en casa? ¿se buscará un empleo de menos horas para ponerlos en otra escuela?… en definitiva se generará más deserción en los planteles… si de por sí ya traemos una deserción de 2.5 millones de estudiantes de 2017 a la fecha.”
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2367 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.