Narcotráfico

Juan Manuel Galán propone regular las drogas para acabar con el narcotráfico

El precandidato presidencial colombiano Juan Manuel Galán –hijo de Luis Carlos Galán, el histórico dirigente liberal– propone una cumbre impulsada por Colombia y México en la que se den pasos hacia la despenalización de las drogas y el desmantelamiento del negocio del narcotráfico.
domingo, 27 de febrero de 2022 · 11:03

El precandidato presidencial colombiano Juan Manuel Galán –hijo de Luis Carlos Galán, el histórico dirigente liberal– propone una cumbre impulsada por Colombia y México en la que se den pasos hacia la despenalización de las drogas y el desmantelamiento del negocio del narcotráfico. El prohibicionismo, sostiene en entrevista, es la fuente principal del problema.

BOGOTÁ. (Proceso).– Juan Manuel Galán –era un adolescente en 1989 cuando el Cártel de Medellín asesinó a su padre, el dirigente liberal Luis Carlos Galán–, es hoy precandidato presidencial en campaña y tiene la mira puesta en los principales problemas que, a su juicio, enfrenta Colombia: las mafias del narcotráfico y la corrupción política.

Como su padre hace 32 años, Galán recorre el país denunciando a las mafias de esta época, que tienen su origen en los grupos criminales que sucedieron a los cárteles de Medellín y Cali.

“Hay una bonanza de la cocaína”, dice Galán en entrevista, y sostiene que hay suficiente evidencia del fracaso de la estrategia antidrogas basada en la represión y el prohibicionismo, y que, por lo mismo, Colombia y México deben impulsar juntos un giro en la política global contra los ­estupefacientes.

“Cuando alguien pública los discursos de mi padre de hace 40 años –dice– parece que se refiere a lo que ocurre hoy con el narcotráfico, con las mafias que lo manejan.”

De hecho, el aumento de los sembradíos de hoja de coca y su mayor productividad por hectárea han llevado a las mafias colombianas a triplicar en los últimos años los ingresos que reciben por exportaciones de cocaína, los cuales llegaron el año pasado a 10 mil 732 millones de dólares, equivalentes a 2% del PIB, según un estudio del economista Santiago Montenegro.

Esas enormes rentas criminales, dice Galán, se traducen en muchas regiones del país en asesinatos, masacres, un generalizado aumento de la violencia y en una intromisión cada vez mayor de las mafias en los organismos de seguridad y en la política a través de la corrupción.

El año pasado en Colombia aumentaron 13% los homicidios respecto a 2020 y llegaron a 13 mil 993, la mayor cifra desde 2015. Además, según la ONG Indepaz, hubo 96 masacres que dejaron 338 víctimas. Este año ya van 19, con 82 víctimas.

De acuerdo con Galán, quien es candidato presidencial de Nuevo Liberalismo, partido político que fundó su padre en 1979 y que el año pasado recobró su registro, las mafias buscan, a través de la violencia y la corrupción, “perturbar el proceso democrático y capturar el poder político”, un diagnóstico que también es aplicable a México.

El narcotráfico, indica, “es el problema, como lo era hace 32 años, porque además se interrelaciona con las mafias de la corrupción política, como ocurría cuando el Cártel de Medellín asesinó a mi padre en complicidad con organismos de seguridad del Estado y políticos corruptos”.

Los cárteles de Medellín y Cali fueron desarticulados, pero los sucedieron organizaciones como el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC, el guerrillero Ejército de Liberación Nacional y cantidad de grupos criminales atomizados que se benefician de la nueva bonanza de la cocaína.

Este panorama ratifica una certeza que tiene Galán desde sus años como senador (2006-2018): que la estrategia que ha seguido el mundo bajo la batuta de Washington durante medio siglo ha sido “un fracaso” y, por lo tanto, hay que replantearla. Por eso, hoy la propuesta número uno del precandidato y su promesa, si llega a la presidencia, es poner fin a la guerra contra las drogas basada en la represión y el prohibicionismo.

Pero sabe que no lo podrá hacer solo y por ello propone un diálogo latinoamericano y hemisférico que tendría como principales promotores a Colombia y México, dos países “con autoridad moral para hablar del fracaso de la guerra contra las drogas”.

“Nuestros países –señala– han sufrido la afectación de violencia, criminalidad y corrupción por parte de las mafias del narcotráfico, y tenemos que buscar juntos un nuevo enfoque y ese nuevo enfoque tiene que apuntar a acabar con el ­prohibicionismo.”

Cumbre con AMLO

Galán considera que si Colombia y México siguen en el camino de la prohibición y la criminalización de los consumidores, las mafias del narcotráfico se fortalecerán más “y seguirán cooptando a las instituciones”.

Para avanzar hacia una nueva estrategia contra las drogas, propone una cumbre hemisférica en la que Colombia y México impulsen un nuevo enfoque, basado en la evidencia, para enfrentar el fenómeno.

“Colombia y México tendríamos que ir juntos para plantear al resto de la región y a Estados Unidos un acuerdo fundamental en el que todos podamos decir definitivamente que el balance de esta política antidrogas es un fracaso y que no podemos seguir haciendo lo que venimos haciendo de la misma manera.”

Según el exsenador, el paso siguiente sería “formular una nueva política antidrogas y ponernos de acuerdo en el hemisferio en los puntos sobre los cuales se puede formular esa nueva política de manera progresiva y acabar con el prohibicionismo”.

Dice que sin México y sin el presidente Andrés Manuel López Obrador sería “muy difícil” hacer una cumbre antidrogas exitosa, que siente las bases de una reformulación de la actual estrategia. Y agrega que también hay que incluir a los países centroamericanos, tanto en el cambio de enfoque, como en un plan de cooperación que lleve más inversión social a esas naciones en las que el narcotráfico ha llegado a los más altos niveles de Estado, como lo comprueba la captura del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, el pasado martes 15 en Tegucigalpa, por cargos de tráfico de drogas.

El peso de los cárteles mexicanos

Galán participará el próximo 13 de marzo en una consulta interna de la Coalición Centro Esperanza, de la cual surgirá el candidato presidencial de la centroizquierda colombiana.

Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín, encabeza los sondeos sobre esas elecciones primarias seguido de Galán –el político colombiano que más alta imagen favorable tiene, después del izquierdista Gustavo Petro– y de Alejandro Gaviria, exrector de la Universidad de los Andes.

Las elecciones presidenciales se realizarán en mayo próximo y Petro encabeza todas las encuestas. Galán lo acusa hacer pactos con las maquinarias políticas tradicionales con tal de llegar al poder, lo que lo ha “desfigurado” como líder progresista. Y él, en cambio, asegura, tiene una verdadera agenda social en la que una de sus prioridades es acabar con el hambre que padecen “uno de cada dos colombianos”.

La campaña de Galán se desarrolla principalmente en lo que él llama “la periferia” de Colombia, que son los sitios más golpeados por el narcotráfico.

En la suroccidental Cali, donde la tasa de homicidios es de 53 por cada 100 mil habitantes, la más alta de Colombia, el candidato de Nuevo Liberalismo y precandidato de la Coalición Centro Esperanza dijo el mes pasado que esa ciudad es “la sucursal de los cárteles mexicanos”.

“Lo que he visto en las zonas más violentas de Colombia es que hay presencia de los cárteles mexicanos, y no sólo es una presencia financiera, de negocios, sino que es una presencia también en términos de investigación, con sus propios agrónomos, para aumentar la productividad por hectárea de los cultivos de hoja de coca”, señala Galán.

Para Galán, la cooperación judicial entre México y Colombia debe darse en forma paralela al diálogo entre los dos países para incidir en la formulación de una nueva política global antidrogas que privilegie la salud pública, los derechos humanos y el desarrollo de las zonas rurales de ambas naciones afectadas por el fenómeno del narcotráfico.

Considera que la nueva estrategia debe incluir “la regulación de todas las drogas”, no sólo de la mariguana, por parte del Estado.

Como senador, Galán fue el autor de una ley que regula el uso medicinal de la mariguana, la cual fue aprobada en el Congreso en 2016 y sentó las bases de una actividad legal que hoy genera 2 mil empleos en Colombia y que proyecta exportaciones por mil 730 millones de dólares al año al final de esta década.

Galán sostiene que lo mismo puede hacerse con la hoja de coca, que en Colombia es el sustento de más de 100 mil familias que podrían orientar su producción al mercado legal por las propiedades medicinales y nutricionales de esa planta.

La regulación, señala, es el camino “para quitarle la materia prima a los narcotraficantes y para desarticular el negocio”.

Reportaje publicado el 20 de febrero en la edición 2364 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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