China

“Profunda ceguera” de México frente al gigante asiático

China es la superpotencia global emergente, con influencia política y económica en todos los continentes, lo que la hace entrar en colisión con Estados Unidos, nación que cada vez pierde más hegemonía
viernes, 30 de diciembre de 2022 · 06:49

China es la superpotencia global emergente, con influencia política y económica en todos los continentes, lo que la hace entrar en colisión con Estados Unidos, nación que cada vez pierde más hegemonía. México, socio histórico de Washington, ha mostrado una “profunda ceguera” –según el analista Enrique Dussel– ante el coloso asiático e ignora las oportunidades que ofrecería una buena relación –en todos los ámbitos– con Beijing.

BOGOTÁ (Proceso).— El posicionamiento de China como una nueva potencia global que disputa la supremacía geopolítica y económica a Estados Unidos es un tema ausente de la política exterior de México e ignorado por las élites políticas y empresariales del país, que han mostrado “una profunda ceguera” frente al ascenso chino y a las oportunidades que ofrece la relación con ese país.

“No hay ninguna estrategia de corto, mediano y largo plazo con China, lo que es inexplicable porque esa potencia en pocos años será la principal economía del mundo y desde hace dos décadas es el segundo socio comercial de México”, dice el coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la UNAM, Enrique Dussel Peters.

En entrevista, el doctor en economía dice que “el total desinterés” que muestra México por China se hace más patente en la medida en que el país más poblado del mundo cobra mayor relevancia y en que su proyecto estratégico global entra en colisión con el de Estados Unidos, un socio fundamental para la economía mexicana.

Pero el hecho, explica el académico, es que Estados Unidos es una potencia que ha perdido su hegemonía ante China, que con proyectos de construcción y financiamiento de infraestructura y con su músculo comercial tiene presencia e influencia cada vez mayores no sólo en Asia, sino en Europa, África y América Latina.

Esta nueva realidad fue un asunto central en el XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), que se realizó del 16 al 22 de octubre en el Gran Salón del Pueblo de Beijing y del cual surgieron decisiones que, según Dussel Peters, tendrán gran peso en el proceso de reconfiguración del orden global.

El documento resolutivo del XX Congreso del PCCh alude de manera reiterada a la “nueva era” que vive el país bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, quien llegó al poder en 2012, y pugna por “un nuevo tipo de relaciones internacionales” en el que queden erradicados los proyectos hegemónicos, las “políticas de fuerza” y las medidas unilaterales.

México, señala Dussel Peters, “no puede simplemente cerrar los ojos ante estos hechos que tienen un impacto global”. Dice que el mismo Estados Unidos reconoce a China “como un peso pesado y como su mayor competidor económico, cultural, militar, político, tecnológico y en innovación”.

Y es por eso, agrega el académico, que México y América Latina deben desarrollar conceptos de política exterior como el de “las nuevas relaciones triangulares”, que significa que “tendremos que acostumbrarnos a que estos dos pesos pesados se peleen, sin que haya que casarse con uno o con otro”.

En algunos casos, dice, puede ser conveniente optar por China, como en el del desarrollo de las redes 5G, donde las empresas chinas llevan mucha ventaja, y en otros por Estados Unidos, socio de México en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), “siempre con pragmatismo, con argumentos, con información y con tacto diplomático”.

“Pero si México asume la actitud de ‘yo con China no quiero nada’, pues eso no nos va a llevar muy lejos”, señala Dussel Peters, quien cumple un año sabático como profesor invitado en la Universidad de Beijing.

En la entrevista con este semanario, a través de una plataforma virtual, el coordinador del Cechimex sostiene que el gobierno, los empresarios y los académicos mexicanos deben comenzar por generar conocimiento acerca de China; esto, además de desterrar prejuicios sobre la nación asiática, permitiría aprovechar las potencialidades que brinda la relación con ese país.

China tiene una propuesta de relación estratégica con México y América Latina. La expuso en el Libro Blanco (en sus ediciones de 2008 y 2016), en el cual Beijing señala que la cooperación con los países en vías de desarrollo constituye “la piedra angular” de su política exterior. El Estado chino tiene una iniciativa. Del lado mexicano prima el desconcierto.

Un gigante que compra de todo

En PIB a precios constantes, China es la segunda economía del mundo. En 2021 llegó a 15.8 billones de dólares, mientras que Estados Unidos a 20.3 billones, según el Banco Mundial. En unos cinco años más tendrá la supremacía económica global y hoy es el mercado mundial más dinámico.

México apenas exportó 9 mil 259 millones de dólares a China en 2021, mientras que las importaciones procedentes de ese país –su segundo socio comercial– llegaron a 101 mil 21 millones.

“El potencial es inmenso –dice Dussel Peters– porque China se ha convertido en el importador más dinámico del mundo, está importando todo, aviones, celulares, carros, tequila, mezcal… es una aspiradora si le sabes vender. Pero si quieres venderle mezcal con la etiqueta de Oaxaca, ningún chino va a saber qué es eso. Tienes que saber presentarlo e invertir en eso.”

Por lo pronto, “no estamos haciendo clic con la segunda economía más grande del mundo, y no sólo eso, sino que tenemos un serio problema con esa economía porque no la conocemos y no sabemos cómo integrarnos”. México –asegura el maestro en ciencias políticas por la Universidad Libre de Berlín y doctor en economía por la de Notre Dame– se quedó con la noción de que China era su competidor porque era un país maquilador, y ésa es una realidad superada.

“Ya no competimos con China –asegura–. En términos futbolísticos, China ya está en la Eurochampions, y México en la segunda división. China está innovando, tiene grandes marcas propias, es líder mundial en inteligencia artificial, en redes 5G y en científicos dedicados al desarrollo tecnológico, al mundo digital, a la exploración del espacio exterior y a la física cuántica”.

El PCCh proyecta que a mediados de este siglo China será “un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado y armonioso” y habrá dado “un salto sustancial en poderío económico-científico-tecnológico” y en innovación, un concepto muy presente en el XX Congreso de ese partido.

Más que de ideología, los comunistas chinos hablaron en su congreso de supercomputación, navegación satelital, información cuántica, biomedicina, nucleoelectricidad, fabricación de grandes aeronaves y energías limpias. En un país en el que se suelen cumplir casi al pie de la letra los planes estratégicos del PCCh, la meta del partido liderado por Xi es que en 2030 la clase media china ascienda a mil millones de personas con ingresos per cápita de 40 mil dólares anuales, lo hará de ese sector el mayor consumidor del mundo.

En el plano exterior, el PCCh, el núcleo del poder en la potencia asiática, propone mejorar la calidad y el nivel de la cooperación en comercio e inversiones a través de diversas iniciativas, como La Franja y la Ruta, que desarrollan la construcción de infraestructura para interconectar a diferentes regiones del mundo con financiamiento chino por alrededor de 1.4 billones de dólares.

Dussel Peters explica que otro concepto ratificado en el congreso del PCCh fue el de “circulación dual”, el cual implica que la economía china puede alternar, de acuerdo con las circunstancias, el énfasis que le da al mercado doméstico (de mil 410 millones de consumidores) o al externo.

“Ante el creciente y abierto conflicto con Estados Unidos –señala el académico–, China potenciará más su mercado doméstico y ya no va a crecer a tasas de dos dígitos cada año, pero lo hará a tasas de 4%, de 5%, y destinará más recursos a mejorar la calidad de vida de su numerosa población.”

Pero para los medios de comunicación occidentales, dice el coordinador del Cechimex de la UNAM, la noticia del XX Congreso del PCCh se redujo a que el expresidente Hu Jintao fue expulsado de la cita y que Xi Jinping se reeligió como secretario general del Comité Central del partido, presidente de la Comisión Militar Central y presidente de China.

“Todos fuera de China, todos en México, se quedaron con la foto de cuando sacaron cargando a Hu Jintao, y después hubo una cantidad de noticias cargadas de adjetivos, de prejuicios. ¿Pero qué dijo Xi Jinping? ¿Qué propuso? Hay un documento de resoluciones de más de 60 páginas que a nadie fuera de China le importó”, señala el economista mexicano.

Dice que la mayor parte del mundo está preocupado de que si China va a invadir Taiwán, cuando la mayor parte de la comunidad internacional, desde Estados Unidos y la Unión Europea hasta Rusia y Naciones Unidas, reconoce la política de una sola China, en la que Taiwán es parte del territorio chino.

Qué hacer con China

Dussel Peters considera que lo primero que debe hacer México para relacionarse con China es invertir en instituciones públicas y privadas especializadas en la nación asiática, lo que debe involucrar al gobierno, empresarios y universidades, así como crear subsecretarías que atiendan la agenda con esa potencia. “Con eso generaríamos conocimiento y una estrategia de corto, mediano y largo plazos, que es lo que más urge”, señala.

Menciona que en septiembre de 2021 China le propuso a México negociar un acuerdo bilateral de libre comercio, y el gobierno mexicano ni siquiera ha dado respuesta, quizá por temor a Estados Unidos, por la restricción que establece el T-MEC a sus integrantes de hacer tratados con economías que no son de mercado, así como “por desconfianza, por falta de información y por saber que China es algo que se cuece aparte”.

Dice que el gobierno mexicano lleva 15 meses “haciéndose guaje”, y los organismos empresariales y el Legislativo no analizan el tema, que puede o no ser favorable, pero “lo lamentable es que no hay argumentación, no hay debate y esto nos lleva a la necesidad de tener una política de relaciones triangulares para equilibrar la relación con dos grandes potencias”. l

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2408 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 25 de diciembre de 2022, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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