Los megaproyectos urbanos, como los de Mitikah –propiedad de Fibra Uno–, City Towers Grand y Urbano Park, entre otros, asfixian al barrio de Xoco, que se está quedando sin agua mientras ese cordón inmobiliario y comercial se adueña de los servicios de esa área, dicen los vecinos. Álvaro Antonio Rosales, habitante de Xoco, afirma que lo sucedido en San Gregorio Atlapulco es un antecedente para comunidades como la suya. “Ya estamos viendo que en otras partes de la ciudad las mismas problemáticas se van generalizando”, señala.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–El pueblo originario de Xoco se encuentra asfixiado entre paraísos inmobiliarios, como Mitikah, que llegó para erigirse en el sur de la Ciudad de México, cambiando el paisaje urbano, debilitando y desgastando a la comunidad al grado de racionar los recursos hidráulicos, sin que las autoridades resuelvan de fondo las demandas ciudadanas.

Mientras la torre residencial de Mitikah cuenta con un atractivo club de playa en las alturas, además de elegantes jacuzzis y spas, los vecinos del pueblo de Xoco tendrán que acostumbrarse a una nueva vida muy lejos de la experiencia que el desarrollo inmobiliario ofrece a sus clientes.

“A nosotros ya nos limitan el agua. Antes, nuestros abuelos tenían a tres metros pozos en sus casas. En los años cincuenta, más o menos, nos entuban Churubusco, ya no utilizamos pozos y empieza a haber, en determinados lugares, llaves para tener agua. Nunca necesitábamos de un tinaco en la azotea porque había agua y con mucha presión. Hoy en día ya tengo tinaco abajo, ya tengo tinaco en medio, ya tengo tinaco arriba, porque ya no hay presión para llenar el agua”.

Es el testimonio de Álvaro Antonio Rosales Gaddar, representante ciudadano del barrio de Xoco, quien agrega en entrevista con Proceso que no sólo se trata de Mitikah (cuya construcción comenzó en 2008 y según Fibra Uno se prevé concluirla en 2024), sino también de otros desarrollos que rodean al pueblo originario, como City Towers Grand, Urbano Park, entre otros residenciales con albercas.

“Todo ese cordón inmobiliario que nos pusieron alrededor de nuestro pueblo para que no fuéramos visibles, y con la entrada de Mitikah, ya estamos padeciendo de agua, ya no hay agua”, explica.

Y agrega, resignado: “Tenemos la fortuna de que nos quitan el agua y cerramos calles. Entonces nos tienen que abrir un poquito más el agua. No hay mucha presión, pero por lo menos te da para que llenes tu cubeta y tengas agua para ir llenando o poner una bomba y poder subirla a los tinacos”.

Paliativos insuficientes 

Como parte de las medidas de mitigación del proyecto Mitikah, propiedad de Fibra Uno, se planteó la construcción de un pozo de agua potable con una profundidad de 400 metros, el cual otorga en teoría un volumen anual de extracción de 946 mil 80 metros cúbicos en el predio ubicado en Avenida Universidad 1200, antes Centro Bancomer.

La obra, que tuvo un costo de 16 millones 334 mil pesos, pretende mejorar la calidad de vida y responder a la demanda de agua potable de los habitantes del Pueblo de Xoco, beneficiando de manera directa a  una población de aproximadamente 4 mil 500 habitantes.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2406 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.