Cultura en la Mira
La penetración comercial y política de los libros
Con esta colaboración, el reconocido editor Ariel Rosales inicia entregas para Proceso. Centrará su vasta experiencia como persona de libros para privilegiar los que a su juicio lo merecen. Inicia con el volumen del sociólogo argentino Ezequiel Saferstein, "¿Cómo se fabrica un best seller político?Con esta colaboración, el reconocido editor, ahora recién jubilado de Penguin Random House pero su asesor, inicia entregas para Proceso. Este primer texto aparece en el semanario, pero los siguientes, verán la luz en el Suplemento Cultura en la Mira de la página Proceso/Digital. En ellas, centrará su vasta experiencia como persona de libros para privilegiar los que a su juicio lo merecen. En este caso, el volumen del sociólogo argentino Ezequiel Saferstein ¿Cómo se fabrica un best seller político? (La trastienda de los éxitos editoriales y su capacidad de intervenir en la agenda política), de Siglo XXI Editores; Argentina, 2021.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Dentro de la llamativa portada del libro ¿Cómo se fabrica un best seller político?, lo que más intriga es el título. Si no estuviera planteado como pregunta podría pensarse que tanto a autores como a editores les va a proporcionar fórmulas infalibles para publicar libros con contenido político que vendan una enorme cantidad de ejemplares. Pero, desengáñense, no se trata del manual que algunos esperarían con ansias, sino de una amplia y profunda investigación que un sociólogo de la cultura –el argentino Ezequiel Saferstein– ha llevado a cabo con el propósito de conocer, como bien aclara el subtítulo, lo que hay en la “trastienda” de este tipo de éxito editorial y al mismo tiempo saber si tiene la “capacidad de intervenir en la agenda pública”.
Generadores de clima sociopolítico
Aclarado su propósito, también son pertinentes otras preguntas relativas al título: ¿Se contesta lo que nos está planteando? ¿A través de su lectura sabremos realmente cómo los autores apoyados por sus editores se las arreglan para obtener un producto óptimo desde el punto de vista de su penetración comercial? ¿Tienen de verdad una influencia directa en los procesos políticos? Desde su perspectiva, la realidad argentina y el análisis sociológico de la cultura, el autor responde con creces a todo esto.
En ¿Cómo se fabrica un best seller político? confluyen varios puntos de interés. Por ejemplo, enfoca los reflectores sobre un tema que hasta hace poco a nadie le importaba o, peor aún, ni siquiera se sabía que existía. Pero la realidad cultural latinoamericana empieza a cambiar y ya se advierte que los libros, como muchos otros elementos, son generadores del clima social y político que vive un país. Así se resalta el papel que juegan los autores y los editores de estos “artefactos culturales”, introduciendo el concepto de “ingeniería editorial” para describir su proceso de creación y manufactura que los hace jugar un papel importante en la “canalización y promoción de visiones sobre la política”.
Otro punto clave es que aborda la intensa experiencia editorial y política de Argentina. Para los lectores mexicanos esto representa la oportunidad de informarse acerca del complejo proceso político que ha vivido ese país durante las dos últimas décadas, para el cual se ha acuñado un término, la grieta, que expresa la polarización ideológica (kirchneristas y antikirchneristas), impregnada de intolerancia y fanatismo. No se puede soslayar que desde hace años México también cuenta con su propia grieta, pero resta averiguar –como sin duda ha sucedido en Argentina– si aquí se han publicado libros influyentes y determinantes para nuestra polarización
Dos realidades editoriales
Al penetrar en la “cocina” donde se “fabrican” los libros políticos exitosos, es posible no sólo entender cómo funciona la industria editorial argentina ante su mercado, sino también establecer similitudes y diferencias con la experiencia en nuestro país. Y en este sentido, sobresale un primer contraste entre los dos países: la sacralización del libro que existe en Argentina, mientras que en México infunde respeto, pero no reverencia. Uno de los editores entrevistado por Saferstein, subraya la percepción argentina: “Hablar de consumidores era un lenguaje prohibido en el mundo editorial. El libro aún hoy sigue teniendo una especie de lugar sagrado en el imaginario de la gente”. Y aunado a ello está el hecho de que la mayor parte de la población argentina tiene el hábito de la lectura, ausente en México en proporción igualmente mayoritaria.
Algo que llama la atención del lector local, es que los verdaderos protagonistas de este libro sean los editores argentinos, incluso tienen más relevancia que los autores a quienes publican. En contraste, los editores mexicanos son prácticamente invisibles. Hay excepciones, obviamente, pero nunca representan lo que han llegado a significar en el país sureño.
Sin embargo, como antecedente histórico Saferstein menciona a un editor argentino que se estableció en México, el legendario Arnaldo Orfila Reynal (1887-1998), quien durante casi dos décadas consolidó el Fondo de Cultura Económica como una de las grandes editoriales de Hispanoamérica, para luego fundar aquí en México, en 1966, Siglo XXI, gran casa editorial que ha sobrevivido contra viento y marea: prueba fehaciente de sus avatares venturosos es el presente libro, publicado bajo su prestigioso sello en Argentina y ampliamente distribuido por la filial en México.
Refundación del negocio editorial
Para comprender cómo han engranado los editores de libro político dentro de la ingeniería editorial de las grandes corporaciones, debe saberse que hacia finales de la década de los noventa se dio en este continente un fenómeno editorial que Saferstein designa como “refundación del negocio”. Explica cómo, en el contexto de la globalización, los grandes capitales trasnacionales se hicieron de gran parte de la industria en lengua española, comprando editoriales independientes de diversas magnitudes. El resultado de esta monumental compraventa fue un mercado editorial concentrado, dentro del cual los nuevos jugadores impusieron sus reglas para producir libros y cumplir así las exigencias de un negocio que no sólo debía recuperar la inversión, sino obtener la mayor rentabilidad posible, como ocurre con cualquier empresa trasnacional.
Por supuesto esto ha generado un debate cultural intenso, en el que la posición prevaleciente reside en condenar lo que se considera “prácticas lucrativas” del “espacio editorial mainstream” (otra elegante expresión para referirse a las corporaciones editoriales). Un editor independiente argentino lo define así: “Me separa de las grandes que lo que quieren es ganar plata y lo que nosotros queremos es generar buenos libros”. En el artículo Una revolución conservadora en la edición, Pierre Bourdieu ya había mostrado la inutilidad de este debate, sosteniendo que un “editor es un personaje doble: debe saber leer, pero también saber contar –en el sentido de saber numerar, computar”.
Importancia de los editores
Así es como los editores se engranan como pieza esencial dentro de esas máquinas de hacer libros que actualmente son las corporaciones. Su doble función consiste en “conciliar la lógica de la venta con el halo aurático asociado al mundo del libro, lo cual no implica sólo una adecuación a los tiempos que corren, sino también conocer el producto que aspira a venderse”.
A diferencia de lo que sucede en Europa o en Estados Unidos, los editores en Argentina son reclutados en las filas de los profesionales de la comunicación en general, la prensa y la mercadotecnia (antes sucedía como en México: procedían principalmente de las licenciaturas de filosofía y de letras). Pero los editores de libro político principalmente se hacen en la práctica, y lo que resulta determinante para tener éxito son su talento, su intuición y su capacidad de captar el “pulso” del momento”.
Detrás de cada libro político que alcanza ventas mayúsculas hay un proceso creativo dependiente en gran medida del autor, pero también de la forma en que el editor trabaja a su lado el contenido. Y a esto se añaden las múltiples estrategias en que se apoya un editor experimentado, muchas de ellas relacionadas con el lenguaje de los medios y las redes sociales. En esos ámbitos se detectan las tendencias que si pueden ser concretadas en un producto es muy probable que venda mucho. Pero todos los editores entrevistados coinciden en que no existen fórmulas infalibles.
Sin duda, lo más notable de este singular libro sobre libros es su trabajo de campo. Lo que leemos es resultado de numerosas entrevistas a directores generales, mercadotécnicos, editores y, por supuesto, autores. Aunque hay que reconocer que en este territorio la figura del autor queda un tanto desdibujada. Sin embargo, la relevancia que puede alcanzar está ejemplificada por una autora que antes que nada es una política, Cristina Kirchner, quien al fin de la etapa analizada, 2019, publicó el libro político de mayor venta en Argentina: Sinceramente.
En ¿Cómo se fabrica un best seller político? queda plasmado el retrato de la realidad argentina en tiempos de la grieta, desde una óptica hasta ahora inédita: a través de los títulos más vendidos que abonaron a la formación de una agenda y un debate. Para el lector nacional importan mucho los paralelismos y disparidades con que se encuentra a lo largo de estas 200 páginas, lo cual también abre la posibilidad de que alguien acometa entre nosotros una tarea como la que se ha echado a cuestas Ezequiel Saferstein en el caso argentino.