Más allá de que sus acuerdos se cuestionen a través de recursos de reclamación, en los últimos días hemos atestiguado el abandono de las formas y un declive del Estado de derecho, acentuado desde la institución que debía velar por lo contrario.

Por cierto, éste es el segundo llamado a una concentración masiva que hace la presidenta. En marzo convocó a una manifestación también en el Zócalo en contra de la imposición de aranceles por parte de Donald Trump.

La vida pública se volvió digital sin que el Estado haya construido una defensa mínima. Afecta derechos, servicios, seguridad y confianza.