Ajedrez

Recomendaciones para estudiar ajedrez

Sabemos que se requieren años para dominar el juego y que incluso, esto no es suficiente para convertirse en un gran jugador. Es el trabajo de toda una vida, esfuerzo y talento, desde luego, que hacen la combinación adecuada para, efectivamente, mejorar en la forma de jugar.
domingo, 6 de noviembre de 2022 · 16:29

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–El ajedrez es un juego difícil y requiere muchos años llegar a jugarlo bien. Los que nos embarcamos en este increíble juego hallamos la riqueza infinita del mismo y además, observamos –quizás con asombro– las centenas de años que el hombre ha dedicado a estudiar este juego de mesa. Desentrañar los secretos de prácticamente todo parece ser la firma del ser humano y el ajedrez no es la excepción.

Sabemos que se requieren años para dominar el juego y que incluso, esto no es suficiente para convertirse en un gran jugador. Es el trabajo de toda una vida, esfuerzo y talento, desde luego, que hacen la combinación adecuada para, efectivamente, mejorar en la forma de jugar. Kasparov ha dicho: “En la actualidad el talento ya no es suficiente, si no trabajas duro en el ajedrez de elite no se obtendrán los resultados esperados. El verdadero secreto es trabajar duro, sin importar qué herramientas se tengan. En mis tiempos teníamos libros y cuadernos, mientras que ahora los jóvenes cuentan con mayores ventajas porque hay computadoras. Las herramientas pueden ser diferentes, pero lo que es importante permanece igual. No pienso que los campeones nacen. Pienso que se hacen y es el resultado de un duro trabajo. Un disciplinado puede vencer a un talentoso, Ser capaz de trabajar duro es un talento único”

¿Pero cómo se estudia el ajedrez? ¿Cómo se mejora? ¿Cómo se “trabaja duro”, como indica Kasparov? Aunque no hay una fórmula probada, hay experiencias muy valiosas sobre el camino a seguir. Primero de todo, se requiere disciplina. Hay mucha gente que cree que si estudiara un poquito jugaría de manera formidable, pero esto –desde luego– es una concepción falsa. Para mejorar se requiere dedicar tiempo y eso se hace apartando las horas que uno piensa estudiar. No se trata pues de decir: “hoy estudiaré tres horas” y regresar a estudiar dos semanas después pensando que se dedicarán otras tres horas. Así no funciona el avance en el entendimiento del juego ciencia. Se trata de trabajar diario, en el mejor de los casos siempre estudiar a la misma hora y entonces, cuando este tema esté resuelto, el siguiente asunto será qué estudiar.

 Para resolver qué estudiar hay que entender que el ajedrez tiene tres fases muy bien definidas: la apertura, el medio juego y el final de la partida. Hay un número enorme de libros de aperturas e incluso, hay libros enteros que estudian variantes populares. Así, el primer paso será hacerse de un repertorio básico de aperturas para lidiar con las respuestas más populares. Por ejemplo, Fischer, desde jovencito, ya tenía un repertorio de aperturas muy sólido y el estadounidense no jugaba líneas dudosas o variantes extrañas. No, desde los 13 años ya utilizaba las aperturas y defensas más conocidas por su solidez. Por eso, ganarle a Fischer era siempre complicado.

Hay que decir que no se trata sólo de estudiar aperturas, porque de pronto llegamos al medio juego, el cual es donde las cosas se ponen más interesantes. El objetivo del estudio de aperturas será salir a un medio juego razonable, jugable nada más. Y entonces, hay que empezar a estudiar los modelos de la táctica y estrategia. ¿Cómo se hace esto? Fácil, véanse las partidas de los mejores exponentes del tablero. Ellos han mostrado su arte y podemos aprender ahora lo que hacían gracias a que existen muchas colecciones de partidas que nos muestran cómo los maestros juegan, explicando sus movimientos.

Igualmente, se trata de aprender de los grandes, los cuales empiezan desde Morphy, Steinitz, Lasker, Capabalnca, Alekhine, etcétera. Vale mucho la pena estudiar a los campeones mundiales porque ellos son los representantes más importantes del ajedrez. No sugerimos, sin embargo, estudiar en primera instancia a Kasparov, Karpov o Carlsen, porque estos ajedrecistas son mucho más sofisticados y han acumulado una experiencia en partidas que no tuvieron ni lejanamente los campeones del pasado, por lo que sus partidas son siempre más complejas de entender.

Ya tenemos dos terceras partes de lo que hay que estudiar, y es aquí donde entran los finales. De acuerdo con Capablanca, el tercer campeón mundial, estos son más importantes que las aperturas y es la primera recomendación a seguir. Los finales podemos definirlos como un ajedrez simplificado, donde ya las maniobras tácticas han desaparecido y quedan los restos de la batalla. Ahí, a pesar de todo esto, no es nada fácil el tema, porque hay finales notablemente complicados. Igualmente, los finales de torres por ejemplo, son tan difíciles que se ha dicho toda la vida que “nadie en el mundo juega bien los finales de torres”.

Ya con esto tenemos horas de trabajo. Hay que estudiar todos los días al menos un par de horas. Hay que quitarle tiempo al sueño en muchas ocasiones, pero claramente después de seis meses, un año, siguiendo este plan, las mejoras se verán en los torneos. Y el ganar es lo más satisfactorio que hay en el ajedrez. De verdad es cuando entendemos el valor del estudio constante.

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