Análisis
Morena, harto ruido y muchas tragedias
La agenda política debiera girar al son de la realidad para enfrentarla a tiempo y no después de "niño ahogado tapado el pozo", como en la terrible tragedia del Metro capitalino.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hora de oscuridad nacional. La agenda política debiera girar al son de la realidad para enfrentarla a tiempo y no después de "niño ahogado tapado el pozo", como en la terrible tragedia del Metro capitalino sin director de mantenimiento desde hace más de un año y ¡con recortes de presupuesto!, y no al son de ruidos que distraen, de mitos que colapsan destinos y truncan alegrías de vidas humanas en flor, como la del niño Brandon Giovanny.
Con humildad y respeto, hago llegar a los familiares de las personas fallecidas en el Metro, mi saludo solidario y fraterno de conciudadano mexicano. "La muerte del Otro es mi primera muerte": Lévinas.
Morena aturde a la población con retórica ruda que silencia el clamor de la realidad que se vive y padece. Ruido, manoseo y chismorreo electorales que ahogan decoro, palabra, inteligencia, memoria y verdad de los hechos; que sofocan lo esencial pero que tarde o temprano hace erupción. Hay otro ruido con el que perturba, altamente dañino para la salud, del que luego hablaré.
Realidad convulsa en todas las áreas. Ineptitud proverbial; "fenomenal fracaso en la gestión de la pandemia", como lo señala el profesor de matemáticas de la Universidad Libre de Berlín, Raúl Rojas, quien ha dado seguimiento al caso mexicano, según información de El País; desabasto de vacunas para sarampión, tuberculosis entre otras, afectando salud y vida de niños y niñas; más de dos años de estancamiento económico que no se compensa con pronóstico para 2021; anonadamiento de jueces, del orden constitucional para evitar que el derecho controle al poder y que el pluralismo garantice justicia y libertades.
Por ello, derecho y justicia van, deben ir siempre de la mano, a la luz de sanas filosofías y prácticas políticas. Contraponerlos fue tarea de la sofística de Calicles que defendía los intereses del más fuerte, adversario de Sócrates que defendía la razón.
Denostar al árbitro electoral y apelar a la masa que no es el pueblo, adularla para satisfacer sus apetitos, despreciando Constitución y ley, encuadran en la definición platónica y aristotélica de demagogia. En contraste, democracia: derecho del pueblo a gobernarse a sí mismo, ejercido a través de Constitución y leyes en su magna función: educadora del pueblo. No hay más claridad desde el Gorgias de Platón; educación o barbarie; historia o prehistoria; palabra o ruido.
Y para colmo, indígenas mayas agraviados por proyectos y desplantes públicos que vulneran su territorio, tradición y autonomía. Y para rematar, violencia criminal organizada campeando a sus anchas en más del 30% del territorio nacional, ante impasibilidad y silencio generalizados que caracterizan la "nueva normalidad" en materia de seguridad, que naturalizan la infamia.
En contraste, Franco Coppola hizo que afloraran hechos y palabra, vencedores del ruido que todo sofoca. El Nuncio apostólico visitó Aguililla hace días para que el silencio se rompiera. Dijo valiente que todo México debía saber y conocer lo que está pasando, lo que está sufriendo dicha población. La maldad alertó el Nuncio, se aprovecha del silencio.
Visita insólita a una población azotada por grupos criminales, desesperanza, miedo, incomunicación, abandono por parte de autoridades. El pueblo vestido de blanco, en su trayecto de Apatzingán a Aguililla, salió a las calles para saludarlo con alegría, globos y pancartas pidiendo paz. Lo llamaron mensajero de la paz. Sentenció: "en Italia sabemos que la mafia florece donde el Estado no está". Su palabra franca, rebosante de sentido y substancia: un ejemplo de valentía, compromiso y solidaridad.
¡Qué contraste ese con el ruido y ausencia de Estado! Como antes decíamos, no les basta con ese ruido que embota conciencias. Ahora, por conducto de la autoridad del ramo, a partir del 25 de marzo, con un rediseño dañino, inoportuno e innecesario del espacio aéreo, ha condenado a millones de ciudadanos y ciudadanas a sufrir un ruido insoportable y continuo de turbinas de aviones que sobrevuelan a evidente menor altura el contaminado cielo de la Ciudad capital.
El Sindicato Nacional de Controladores del Tránsito Aéreo (Sinacta), advirtió que tal rediseño aumenta además el riesgo de accidentes en los vuelos, pues las maniobras se volvieron muy complicadas. De hecho, hace días, el 20 de abril, dos aviones estuvieron a punto de chocar a raíz del cambio, según lo comunicó el Sinacta. Asimismo, el secretario general de dicho sindicato, en entrevista aparecida en El Financiero el 21 de abril, mencionó que Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) oculta reportes de posibles accidentes, atentando contra la seguridad de las operaciones.
La Ciudad de México agobiada mañana, tarde y noche por el alto y pertinaz nivel de ruido de aviones, ya que las llegadas, muchas nuevas, son mucho más largas, provocando que los aviones permanezcan más tiempo en el aire capitalino -consumiendo más combustible y contaminando más el aire-, conforme a lo señalado por la Primera Controladora del Tráfico Aéreo en México, en entrevista con A21. Y eso que se está a menos del 50% de la capacidad del AICM.
La contaminación acústica es una muy grave amenaza a la salud de las personas como lo ha reiterado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es la segunda causa de enfermedades por motivos medioambientales con alteraciones del sueño, cardiacas, endócrinas, circulatorias, respiratorias, psicológicas como estrés y depresión agudos.
México por regla es indiferente a tan grave amenaza; el rediseño del espacio aéreo lo corrobora con creces. Con insolencia, personal del Seneam y SCT han dicho, para escarnio de la verdad, que la afectación sonora a raíz del rediseño, es "casi imperceptible", o que se encuentra en "óptimas condiciones". Expresiones descabelladas esas como aquéllas sobre datos oficiales de la pandemia con desprecio de la inteligencia.
De acuerdo al "Índice Mundial de Audición" con datos duros de la OMS y SINTEF, organización europea de investigación tecnológica, la Ciudad de México es una de las 8 más ruidosas del mundo con 1.32 NP ("noise pollution"), pero ahora empeorará de rango con el rediseño, causando ya mayores e irreversibles daños a la salud de millones de personas. Zurich por ejemplo, prácticamente sin contaminación acústica, tiene 0.02 NP.
Estrés por vulnerabilidad pandémica, inseguridad, pobreza, desempleo, y ahora mayor contaminación acústica y de turbosina; un latente coctel explosivo.
Además, autoridades, sin recato alguno, han faltado a la verdad respecto a la evidente baja altura a la que ahora los aviones están sobrevolando la ciudad. Escamotear la realidad conduce en política al deshonor de quien lo hace y a la ruina de todos como advirtió Polibio, genio del criticismo histórico.
Personas independientes que no se dejan sojuzgar, que no renuncian al uso de su voluntad, han presentado amparos contra dicho rediseño que violenta el Bien Común de la Ciudad, el derecho fundamental a la salud, a la seguridad.
Encomiables jueces de distrito otorgaron, en abril, suspensiones provisionales contra los efectos del rediseño, pero la autoridad se ha resistido a cumplirlas, y el Consejo de la Judicatura Federal, que con motivo de la reforma judicial del ministro Zaldívar, es omnipotente, ha ordenado -2 de mayo- la concentración de todos los amparos presentados contra tal rediseño, ¡en otro juzgado de distrito! ¿Mera coincidencia? Dicen que en política no hay coincidencias, por lo que presumiblemente ya no habrá más suspensiones ni concesiones de amparo. Ojalá que no sea así.
El motivo de fondo de ese rediseño aéreo, han dicho expertos en la materia, es el "dar cabida al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles de Santa Lucía, pese a que le falta más de un año para poder entrar en operación, si es que acaso lo hace". La viabilidad de tal aeropuerto ha sido cuestionada en múltiples ocasiones por los organismos y autoridades internacionales que certifican la operación aeroportuaria y aeronáutica global. Han señalado éstos con datos incontrovertibles que no podrá operar el de Santa Lucía de manera simultánea con el AICM y el de Toluca, con estándares de seguridad.
En suma, aeropuerto y su rediseño aéreo no responden a criterios ambientales y aeronáuticos internacionales, sino a criterios arbitrarios político-electorales que sacrifican racionalidad y bienestar común.
Hacemos votos, un tanto escépticos, porque la cordura prevalezca y rectifiquen las autoridades de los ramos correspondientes; porque el hábito de pensar y actuar conforme a la virtud y al arte, predominen y salven de la ignorancia y del vegetar; porque el espíritu crítico y de fineza de una ciudadanía consciente, alegre y libre, arraiguen en el alma de México; porque se ejerza el voto no con mentalidad limosnera sino lúcida y memoriosa para acallar con dignidad tanto ruido, ineptitud, insolencia y barbarie, blancos de justa crítica por parte de seres pensantes, de prensa libre como Proceso.
Tocqueville pensaba que es sobre todo en las cosas cotidianas, pequeñas -en sus conexiones con el organismo social que como un todo se ve afectado cuando una de sus partes se altera- en lo que es peligroso sujetar a las personas, porque las hace perder su independencia de espíritu, su capacidad de resistencia. Por ello, es indispensable defender la salud, la seguridad, el derecho, la libertad en dichas cosas, para fortalecer voluntad y conciencia crítica. Anima el canto del Magníficat: "derribó del solio a los poderosos, y exaltó a los pequeños".
Dedico este texto con sumo respeto y admiración, al Nuncio apostólico, arzobispo Franco Coppola, doctor en derecho, mensajero de paz, restaurador de la palabra franca -parresía-, por su valiente, ejemplar y alentadora visita a Aguililla. Y a la familia de Proceso, con simpatía grande, en tiempos de embates de tenderos fatuos hechos para la cuadra, según Baudelaire, el gran poeta.