TEPJF
Asume el nuevo presidente del Tribunal Electoral con un guiño al movimiento fundado por AMLO
Ante una audiencia identificada con la 4T, el magistrado Gilberto de Guzmán Bátiz García alude al “fraude electoral” de las elecciones de 2006. Ofrece una gestión sin “polarización, incluso mediática”.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante un público mayoritariamente identificado con la Cuarta Transformación, el magistrado Gilberto de Guzmán Bátiz García asumió este miércoles como nuevo presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y, en un guiño al movimiento fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, se refirió al fraude electoral de las elecciones presidenciales de 2006, un momento clave en la historia de Morena.
El magistrado recordó que, como trabajador de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), observaba a la “movilización de miles de ciudadanas y ciudadanos que luchaban contra lo que consideraron un fraude electoral”, y aseguró que, en ese entonces, le nació la “convicción firme” de que nadie debería abandonar sus casas o sus trabajos para defender sus derechos político-electorales.
Durante la “sesión solemne” de inauguración de su mandato al frente del máximo órgano de justicia electoral del país, Bátiz envió otro mensaje velado, esta vez dirigido a su antecesora en la presidencia del TEPJF, Mónica Aralí Soto Fregoso: como promesa número uno, Bátiz anunció que buscará una “colegialidad funcional” en la Sala Superior, sin “polarización, incluso mediática”, con la intención de ser un “catalizador de soluciones y no de conflicto”.
Con ello, el magistrado se refirió, sin mencionarlo directamente, al caos y la grilla política que han caracterizado a la Sala Superior en los últimos años, marcados por maniobras tras bambalinas que depusieron a presidencias –Janine Otálora Malassis fue obligada a renunciar después de ser víctima de una campaña mediática urdida, entre otros, con la ayuda de Televisa--, las disputas por el poder, y la conformación de un bloque encabezado por Mónica Soto, que impuso sus decisiones en sesiones tensas.
Por cierto, Mónica Soto dejó su asiento vacío, y asistió a la “sesión solemne” de su sucesor por videoconferencia. Preguntado por Proceso sobre la ausencia de la magistrada en el evento, al que acudieron todos los demás, el equipo de comunicación del TEPJF indicó que “previo a la definición de la fecha, (Soto) tenía agendada y confirmada una comisión”.
El equipo de prensa no detalló qué tipo de comisión pudo tener ser más importante para Soto que la ceremonia de sucesión de la presidencia de la Sala Superior, de la que seguirá siendo una integrante hasta 2027.
Cuatro ejes
Además de prometer una cohesión más estrecha entre los magistrados de la Sala Superior, Bátiz anunció cuatro ejes adicionales a lo que, adelantó, marcará su gestión. Prometió un tribunal “cercano”, con integrantes que deberán “recorrer el territorio”; ofreció decisiones que fortalecerán “la estabilidad y la gobernabilidad”, con una “visión de Estado”; advirtió sobre un “reajuste del aparato administrativo” del TEPJF; y planteó una justicia “con rostro humano” y “sensible a la diversidad del país”.
Flanqueado por el ministro Hugo Aguilar Ortiz y la magistrada Celia Maya García, respectivos presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del recién creado Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), Bátiz alabó la reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2024, la cual dio pie a las elecciones judiciales del pasado 1º de junio, que en su opinión “reconcilió a la ciudadanía con la justicia”.
En estos comicios, los mismos tres presidentes de los principales organismos del Poder Judicial de la Federación (PJF) –Gilberto Bátiz, Hugo Aguilar y Celia Maya–, ganaron el mayor número de votos en las categorías en las que compitieron; los tres tuvieron la ayuda de los “acordeones” atribuidos al oficialismo, que fueron distribuidos antes y durante la jornada electoral para indicar a los ciudadanos para qué candidatos votar y en qué orden.
Bátiz presumió que la elección hizo entrar al TEPJF en una “nueva etapa”, donde la integración de sus miembros “ya no depende únicamente de designaciones institucionales”, sino por un “mandato directo del pueblo”.
El magistrado Felipe Fuentes Barrera, quien abrió el evento con un discurso como decano de la Sala Superior, también resaltó que la elección judicial estuvo caracterizada por un procedimiento que “fue claro y plenamente democrático, guiado por los principios constitucionales”, una manera de dar por concluidas las intensas controversias que fracturaron a los dos bloques de magistrados de la Sala Superior a lo largo del proceso electoral.
Momentos antes de que tomara la palabra, Hugo Aguilar Ortiz había ofrecido un discurso, en el que se refirió también a las elecciones de 1998 y las de 2006, como una “muestra fehaciente” de que las instituciones de esa época estuvieron “al servicio de élites económicas y políticas que deseaban y lograron en aquel momento conservar el poder algunos años más”.
Entre los numerosos invitados destacaron figuras del nuevo PJF cercanas al oficialismo, pero también diputados de Morena –como Sergio Gutiérrez Luna, Víctor Hugo Lugo Román y Gabriela Jiménez– o Pablo Gómez Álvarez, el presidente de la comisión creada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para elaborar una iniciativa de reforma electoral, programada para el año entrante.
Durante su discurso, Bátiz agradeció la presencia de los representantes de las demás fuerzas políticas ante el INE, pero no los mencionó por sus nombres.