Transición

A diferencia de PRI y PAN, Morena parece enfilarse a una transición tersa

Acaba de cumplir 10 años y no sólo celebra un abrumador triunfo electoral: en contraste con la oposición y la propia historia de la izquierda, la renovación en la dirigencia nacional del partido gobernante avanza –hasta ahora– exenta de sobresaltos.
jueves, 11 de julio de 2024 · 06:51

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A diferencia de los agitados procesos sucerorios que aquejan al PAN y el PRI, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) está celebrando 10 años de haber obtenido su registro en medio de un proceso de renovación de dirigencia que parece transcurrir sin sobresaltos.

De acuerdo con el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, lo ideal sería llevar a cabo el proceso de renovación durante la segunda quincena de septiembre, aún cuando él mismo aclaró que está pendiente de confirmar la fecha.

A partir del 1 de octubre, cuando tome posesión la futura presidenta Claudia Sheinbaum, Delgado deberá asumir la Secretaría de Educación Pública (SEP). Y hasta ayer miércoles el nombre que más suena con posibilidades para sucederlo es el de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, quien ya expresó su voluntad de aspirar al cargo.

Citlalli Hernández, quien también había sido mencionada para contender desde la Secretaría General que hoy ocupa, anunció en una entrevista el pasado martes que no participaría en el proceso interno.

Hasta ahora no se ve en el horizonte otro nombre que pudiera entrar a la contienda por el liderazgo partidista, que históricamente en la izquierda ha sido motivo de fuertes controversias y desgastantes luchas internas.

Dos vías

De acuerdo con un comunicado difundido este miércoles por Morena, Mario Delgado aseguró que, según los estatutos partidistas, el proceso para renovar a la dirigencia puede definirse por encuesta o por elección de los miembros del Congreso Nacional.

“Tenemos las dos posibilidades porque tenemos congresistas nacionales vigentes, por lo tanto, son congresistas que tienen plenos derechos y que podrían ser convocados a hacer una elección”, dijo el futuro titular de la SEP.

Y aunque aclaró que desde su puesto en el partido debe mantener una postura imparcial, Delgado no dejó de expresar elogios hacia la secretaria de Gobernación, que un día antes había expresado su interés por sucederlo.

Luisa María “es una compañera extraordinaria, ojalá se anime a participar”, dice Delgado en el comunicado, en el que aún se consideraban las aspiraciones de la senadora Citlalli Hernández.

“Yo creo que sería ella (Alcalde) muy buena dirigente. También he escuchado a Citlalli que tiene aspiraciones. Qué bueno que haya mujeres levantando la mano para dirigir en Morena. Y bueno, vamos a ver quién más se anota. Yo como dirigente tengo que ser absolutamente imparcial”, afirma Delgado.

Sin embargo, el martes, en entrevista con Sin Embargo, Citlalli Hernández dejó en claro: “no participaré, porque me parece que en este momento necesitamos que el cambio de dirigencia sea terso, sea en unidad, por consenso”.

El miércoles se reunieron Luisa María Alcalde y Citlalli Hernández y ambas publicaron en sus redes la foto del encuentro. La senadora acompañó la imagen con un texto que incluyó la frase: “para mí el proyecto colectivo es antes que las legitimas aspiraciones personales”.

 

 

En la entrevista en el programa Los Periodistas, Citlalli Hernández se refirió a ese punto: “no participaré sencillamente porque Luisa como yo me parece que pertenecemos a una generación que se formó en el obradorismo y hemos entendido siempre que antes que los intereses personales o que cualquier cargo en lo individual, pues está un proyecto”.

En ese contexto dijo sentirse muy tranquila de que Alcalde pueda sere la próxima presidenta del partido.

Aunque formalmente no es de Morena sino diputado del PT, el exprecandidato presidencial Gerardo Fernández Noroña ya había expresado el pasado 3 de julio su simpatía hacia la posibilidad de que Alcalde encabece al partido guinda.

La propia presidenta electa destacó este miércoles la unidad que muestra el partido en el relevo comparándola con la que está pasando en el PRI, donde el líder nacional Alejandro “Alito” Moreno busca reelegirse con la abierta oposición de militantes históricos, y en el PAN, donde la dirigencia de Marko Cortés ha enfrentado severas críticas de exgobernadores, del exsecretario de Trabajo Javier Lozano y del expresidente Felipe Calderón.

Sucesiones conflictivas

El hasta ahora pacífico relevo contrasta con la agitación con la que se vivió la elección del propio Mario Delgado en 2020, tras la polémica gestión de Yeidckol Polevnsky.

A la contienda contra Mario Delgado se inscribieron Porfirio Muñoz Ledo y otros cuadros como Gibrán Ramírez (que al final emigró a Movimiento Ciudadano).

“Tras dos intentos fallidos de encuesta, finalmente tuvo que interceder el INE, que resolvió el asunto con una encuesta final en la que Mario Delgado llegó a la Presidencia de Morena, provocando la indignación de Muñoz Ledo, quien murió en 2023, sin dejar de acusar la fraudulencia con la que aseguraba llegó Delgado al partido fundado por López Obrador”, recordó Proceso el pasado 4 de julio, a propósito del nombramiento del nuevo secretario de Educación.

Aquella conflictivad no era extraña en la izquierda: fue propia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), antecedente de Morena, hoy a punto de la extinción, y que en sus años de mayor auge fue presa de la continua disputa de tribus y corrientes.

Este 9 de julio Morena cumplió 10 años de haber obtenido el registro, en el que ha triunfado dos veces en la elección presidencial, está a punto de la consolidar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y está cerca de consolidarla en el Senado, tiene en sus filas a la primera presidenta electa y puede coronar este hilera de logros con un proceso de relevo terso como prácticamente nunca en la historia ha presumido la izquierda.

 

 

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