CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Tenemos con el pueblo de España una relación de mucho respeto, fraternal. Las diferencias son con el gobierno de España y con la cúpula empresarial española, y no generalizo, con algunos miembros de la cúpula de poder en España”, sentenció el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Dijo que una de las discrepancias es directamente con el rey Felipe IV, quien “no tuvo la delicadeza” de responder la carta que le envió hace dos años donde le solicitó pedir públicamente una disculpa por “los excesos” y “autoritarismo” ejercidos durante la etapa de la invasión española a México Tenochtitlán.

Recordó que en la misiva le planteó el monarca español que son tiempos de reconciliación para "ver hacia el futuro”, no condenando sólo “el autoritarismo, el robo, el saqueo a México", sino también reconociendo lo que se aportó de España y de Europa a nuestro país, en ese tiempo y en otras épocas.

“No tienen ni siquiera la delicadeza de responderla, la filtran y empiezan los ataques a mi persona y al gobierno, de autoridades, de intelectuales promonárquicos, (Mario) Vargas Llosa, otros escritores, la prensa, El País, programas de radio, de televisión en España, burlándose de nuestra propuesta, que por qué tenían ellos que pedir perdón, con mucha arrogancia. Les faltó humildad, se olvidan de que el poder es humildad”, expresó López Obrador en respuesta a una pregunta formulada por el periodista español y excorresponsal de Televisa, Alberto Peláez.

El presidente López Obrador pidió proyectar la extensa carta en pantalla y remató:

“Entonces, ese es un tema de discrepancia. No ha pasado a mayores porque nosotros estamos llevando a cabo todos los actos de conmemoración sin ningún problema”, indicó.

La segunda diferencia, dijo, es por el abuso en el periodo neoliberal, donde afirmó que empresas españolas como Iberdrola cometieron actos de corrupción.

“Nos vieron como tierra de conquista y se dedicaron a saquear, a robar, claro, con el apoyo de las autoridades mexicanas”, indicó.

Como ejemplos, mencionó el caso de Repsol de España, dijo que fueron “contratos jugosísimos, muy buenos para ellos, muy malos para la hacienda pública de México”, así como el caso de OHL, una empresa constructora, "también preferida por el gobierno”.

“Y el caso más ofensivo es el de Iberdrola, que se convirtió en un monopolio y controla el mercado eléctrico del país. Y la ofensa mayor, y eso se lo dije al presidente del Consejo de Administración de Iberdrola, es que se llevaron a trabajar a la secretaria de Energía del gobierno de México y contrataron como consejero de Iberdrola al expresidente (Felipe) Calderón. Eso no sucede en ningún país del mundo. Entonces, ya no se permiten esas conductas”, advirtió.