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López Obrador cancela las mañaneras del 1 y 2 de noviembre por Día de Muertos y recita a Pellicer

El presidente anuncia que aprovechará los días sin actividad pública para escribir sus discursos ante la Organización de Naciones Unidas y para el aniversario de la Revolución.
lunes, 25 de octubre de 2021 · 15:37

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 1 y 2 de noviembre, días en los que los mexicanos honran a la muerte desde la época prehispánica y colonial en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador cancelará las conferencias de prensa mañaneras.

“Voy a tomar un descanso. Son días muy especiales, el día 1 y 2, son parte de nuestras tradiciones, tenemos que pensar en nuestros difuntos”, señaló en la rueda de prensa de este lunes.

“Entonces, sí, vamos a estar sin actividad, les adelanto, bueno, sin conferencia, porque yo voy a estar pendiente del gobierno, no puedo… Nada más que no voy a estar aquí en la Ciudad de México, voy a mi tierra y mi agua”, en referencia a Macuspana, Tabasco, donde nació y creció.

Para el jueves, indicó, su agenda contempla una reunión de seguridad en Mérida, Yucatán y el viernes en Campeche.

El fin de semana, sábado y domingo, “tampoco hay actividad, o sea, pública. Entonces, nos vemos hasta el miércoles 5 de noviembre en la mañana”, previno.

“Voy a aprovechar para escribir mi discurso de la ONU y también a empezar a escribir mi discurso para el 20 de noviembre, el aniversario de la Revolución Mexicana, porque necesito tiempo también para eso”, explicó.

Recuerda un poema de Carlos Pellicer

Al hablar del Día de Muertos, López Obrador citó a su mentor y paisano, el poeta, museógrafo y político, Carlos Pellicer (1897-1977), con quien tuvo una relación muy estrecha y definitoria cuando era joven.

Recordó un poema de Pellicer que menciona las dos obsesiones del pueblo de México: el gusto por la muerte y el amor a las flores.

“Decía: ‘Antes de que se hablara castilla -castellano- había un día dedicado a los muertos’. Vamos a estar en nuestra tierra”.

Entonces, le pidió al coordinador general de Comunicación Social y vocero de Presidencia, Jesús Ramírez, que buscara el poema “Discurso por las flores” y lo recitó:

De todas las flores/ señoras y señores/es el lirio morado el que más me alucina/

El pueblo mexicano tiene dos obsesiones: el gusto por la muerte y el amor a las flores/ Antes de que nosotros ‘habláramos castilla’/ hubo un día del mes/ consagrado a la muerte/ había extraña guerra/ le llamaron florida y en sangre los altares chorreaban buena suerte

¿Cómo fue la relación entre Pellicer y AMLO?

En 1975 Andrés Manuel López Obrador, quien, en ese entonces, cursó la licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), conoció al poeta y político Carlos Pellicer.

“Mi relación con él fue muy estrecha y definitoria, porque conocí al maestro Pellicer en una etapa formativa muy importante. Estaba yo estudiando en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM cuando tuve la dicha enorme de conocerlo”, dijo en entrevista con el periodista Roberto Ponce, para la sección de Cultura de Proceso, el 21 de febrero de 2018.

López Obrador terminó la carrera y como pasante, en la universidad y lo acompañó en su campaña como candidato a senador de Tabasco, la cual, dijo, aceptó para enarbolar la bandera de los indígenas chontales del estado. En 1976, Carlos Pellicer fue elegido senador por Tabasco con el PRI.

“Toda nuestra vinculación nació de un propósito: crear un fideicomiso para atender a las comunidades indígenas chontales que iba a empezar con recursos de la venta de unas pinturas de José María Velasco que él tenía en Sierra Nevada, estaba por venderlas. Me llamó para que lo dirigiera”. Los ocho Velasco fueron valuados en 7 millones de pesos de la época.

El 21 de octubre de 1976 recordó que entraron a casa de Pellicer, amordazaron a Chabelita su ama de llaves y robaron los Velasco. “Esto, sin duda, fue algo que afectó mucho el estado de ánimo del maestro y en febrero de 1977 murió”.

Recordó que vio a Pellicer un día antes de que falleciera (16 de febrero de 1977), todavía en su casa de la calle Sierra Nevada, Lomas de Chapultepec. Estaba bien, pero se enfermó una semana antes de morir y debió encamarse. “Fui al día siguiente, habíamos quedado en vernos para un proyecto para el que me llamó. Fui y me dijeron que ya había fallecido. Resultó tremendo”.

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