PJF
El Poder Judicial no tiene nombre ni apellido, somos una misma voz: Norma Piña
“Desgraciadamente para muchos el Poder Judicial de la Federación somos sólo los ministros. En ocasiones incluye a los Consejeros y algunos magistrados y jueces, cuyos rostros se exhiben en el intento por ponerle un nombre a la función jurisdiccional”, dijo la presidenta de la SCJN.CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), Norma Lucía Piña Hernández, resaltó la necesidad de resolver conflictos basados en la razón y los derechos humanos, “nunca por la fuerza o por la discordia dirigida".
La ministra, durante su encuentro con jueces en Mérida, Yucatán, insistió en que México y otras partes del mundo se enfrentan al desafío de mantener Estados constitucionales y democráticos.
Acompañada del ministro Alberto Pérez Dayán, Piña Hernández enfatizó que el Poder Judicial de la Federación (PJF) no debería estar influenciado por nombres o apellidos, ya que las instituciones deben trascender las personas.
“Desgraciadamente para muchos el Poder Judicial de la Federación somos sólo los ministros. En ocasiones incluye a los consejeros y algunos magistrados y jueces, cuyos rostros se exhiben en el intento por ponerle un nombre a la función jurisdiccional”.
Un poder del Estado, sostuvo, no tiene nombre ni apellido. “El Poder Judicial Federal somos todos y ninguno en particular. Nuestra institución trascenderá a nuestros cargos actuales, a las personas que actualmente lo conformamos. Sin embargo, hoy ustedes y yo con cada actuación, con cada determinación, con cada contacto ciudadano somos la voz del Poder Judicial Federal”, afirmó Norma Piña.
En su discurso pidó a los jueces ser muy conscientes de que, en el ejercicio de sus funciones, no sólo las jurisdiccionales, sino cualquier función relacionada con esta, usan todos siempre la misma voz, la voz judicial con la que construyen su prestigio.
“Con nuestra voz judicial bordamos, día a día, la confianza de la ciudadanía para que nos permita resolver sus conflictos, con apego a derecho y respeto a la dignidad de las personas involucradas. No tenemos nombre y un apellido, pero sí una misma voz.
“En ocasiones, en muchas ocasiones, no la comparte quien no obtuvo una resolución favorable. Es parte de la naturaleza humana, pero la solidez de esa voz, plasmada en cada una de nuestras resoluciones, sólo depende de las razones y los argumentos expresados en ella, los que deben ser siempre acordes con nuestra Constitución”, remarcó la presidenta del Consejo de la Judicatura Federal.
Piña Hernández enfatizó el papel del CJF en garantizar la autonomía e independencia de los órganos judiciales.
"En México y en muchas partes del mundo, los integrantes de los poderes judiciales enfrentamos desafíos definitorios, no solo para la permanencia de los Estados constitucionales y democráticos de derechos, sino fundamentalmente para garantizar que los conflictos sociales se resuelvan por los principios que guían la razón y los derechos humanos. Nunca por la fuerza o por la discordia dirigida".