Chiapas

“Es todo lo que tenemos”: Campesino pide a desplazados defender su comunidad (Videos)

Hombre narra cómo se ha quedado solo en Chejel en el municipio de Socoltenango tras la narcoviolencia que sufren en la zona de Chiapas.
jueves, 18 de enero de 2024 · 11:26

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Desplazados todos por la narcoviolencia, desde la comunidad de Chejel en el municipio de Socoltenango, con lágrimas en los ojos, un hombre que se quedó solo en el pueblo con su pequeño hijo y dos hijas pide a todos los varones que regresen a la comunidad para cuidarla y defenderla, “es todo lo que tenemos”.

Anoche, un poblador del ejido Chejel, del otro lado de la presa de La Angostura, junto a la región Sierra y Frontera que es azotada por la narcoviolencia, grabó un video en el que pide a todos sus compañeros de la comunidad que retornen para ayudarle, pues anda viendo que no haya saqueos en las viviendas abandonadas, que el ganado se libere para que vaya a tomar agua y pastar.

El hombre, quien no se identifica en el video, dice que ya casi son las 10 de la noche cuando hace ese video, donde narra que está haciéndole frente a la situación que ha dado ya dos vueltas a toda la comunidad, que todas las casas están vacías.

“Están bien sus cosas, he tratado de que no haya saqueo y nada porque nos han dejado solos”, dice el hombre en un video enviado a las familias de la comunidad que huyeron de la narcoviolencia.

“Hemos dado una vuelta a los potreros, hemos tratado de liberar el ganado que no ha tenido agua para tomar y mandarlos por los callejones para la presa”, dice el campesino que habla de su modesta vivienda en una comunidad que era habitada por unos 500 pobladores y ahora es un pueblo fantasma.

“Tengo un hijo de 11 años, una hija de 20 y una de 22 años acá en Chejel y están conmigo. Aunque les he pedido que se vayan de este lugar por la violencia, que ha pasado sin embargo, no han querido irse”, dice el padre de familia con los ojos llorosos.

“Quiero lo suplicarle a mi gente que me escuche, donde quiera que estén esparcidos, por lo menos los varones, que vengan conmigo y que me apoyen y cuidemos de este pueblo, que siempre ha sido nuestro pueblo. Nosotros no estamos involucrados con ningún crimen organizado. Nosotros solo somos ciudadanos que cada día luchamos por nuestro pan de cada día para sostener a nuestra familia. Somos gente buena. Recuerdo mi madre cuando yo era niño y no tenía que comer ella iba a tirar un anzuelo a la presa y me sacaba que comer este pueblo, siempre nos ha dado de comer”, dice.

“Le suplico que no me dejen, solo vengan conmigo. No conocemos el futuro, sin embargo, conocemos el presente y ahora estamos bien. Por lo menos hemos tenido que comer y nuestro pueblo está bien. Pueblo de Chejel vengan, apóyenme nosotros no somos malos. Nosotros somos buenos, luchamos por nuestro pan de cada día. No violentamos a la gente. Somos gente de paz. Por favor, apóyenme. Nuestro pueblo está triste sin ustedes. No voy a moverme, por favor. Aquí estaré. No tenemos apoyo de nadie, pero el corazón nos manda”, señala.

“Tenemos que seguir adelante por nuestros hijos, por nuestra tierra que nos da de comer. Los espero. Los perros siguen aullando porque extrañan a sus dueños”, indica.

Dice que durante el día salió de su comunidad y fue a visitar a otra comunidad vecina donde también sus moradores se fueron. La de Puerto Rico. “También está en silencio las gentes se están yendo. Los de la comunidad de El Resplandor también se han ido muchos. Todos. Es triste lo que estamos pasando”.

“Pero no olvidemos que no podemos dejar así de fácil todo aquello que nos ha costado tanto. Soy la primera persona que tendría que irse fácilmente porque no tengo tanto como para dejar aquí, soy una persona de escasos recursos, pero ustedes, los que tienen tierras y ganado, regresen…”, implora el hombre.

Dice que los varones de Puerto Rico y de El Resplandor, también deberían regresar y estar todos unidos pues “estos lugares no son los mismos sin ustedes. ¿Por qué tenemos que irnos? ¿Cuál es nuestro pecado para irnos? ¿En qué hemos fallado? Lo que hemos hecho es lo correcto desde nuestro punto de vista.  Y si alguien nos tiene que juzgar, solamente es Dios, pero nosotros hemos querido hacer el bien. ¿Por qué hoy tiene que estar tan en silencio esta noche. Esos lugares han sido tan lindos. Los compas de nuestro amado Puerto Rico y El Resplandor ¿Dónde están ahora?

“No son las casas, no son los terrenos, son ustedes gente que los extrañamos. ¿Dónde están?”, llora el hombre.

Desde los primeros días de enero arreció la narcoviolencia y cientos de familias de comunidades de la región Sierra y Frontera de Chiapas, huyen de la narcoviolencia por las montañas, llegaron a la presa de La Angostura y los pobladores les ofrecieron lanchas para pasar a la zona más segura de los valles centrales, en las cabeceras municipales Socoltenango, Tzimol o Comitán, donde iglesias evangélicas y católicas, han sido habilitadas como albergues ante la pasividad de las autoridades estatales y municipales.

 

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