Colima
Nuevo obispo de Colima enfocará su trabajo en víctimas de la violencia y madres de desaparecidos
El obispo Gerardo Díaz invitó a los colimenses a mantenerse unidos, “todos los sectores de la sociedad vamos cerrando filas, manteniéndonos unidos y en colaboración responsable".COLIMA, Col. (apro).- En su primer mensaje a la población católica de la entidad, el nuevo obispo de Colima, Gerardo Díaz Vázquez, dejó claro que enfocará su trabajo a favor de los sectores vulnerables de la sociedad, entre ellos las víctimas de la violencia y los familiares de las personas desaparecidas.
“Somos —dijo— una iglesia sinodal que va al encuentro del hermano, del que está triste, del que sufre, del que se siente abandonado, de las madres que tienen hijos desaparecidos, de las víctimas de la violencia, de quien ha perdido el camino, de quien vive sin fe y sin esperanza”.
En esta entidad, que en los últimos años ha ocupado los más altos niveles de homicidios y otras manifestaciones de la violencia, el ahora XII obispo de Colima convocó a los miembros de la iglesia local a “abrir caminos nuevos que nos conecten con todas las periferias existenciales y sociales de nuestra diócesis, que nos permitan llegar a todos y les mostremos el camino que conduce a la vida, donde puedan recuperar la esperanza y la paz”.
Lo anterior fue expresado por el prelado durante la ceremonia religiosa realizada en el Casino de la Feria de esta ciudad para su toma de posesión del gobierno de esta diócesis, que había permanecido sin obispo durante alrededor de 18 meses tras la renuncia por edad de su predecesor, Marcelino Hernández Rodríguez.
En el evento participaron el nuncio apostólico, Joseph Spiteri; los arzobispos de Guadalajara, Francisco Robles Ortega; de Monterrey, Rogelio Cabrera López; de Morelia, Carlos Garfias Merlos, y una decena de obispos de diversas regiones del país.
A las autoridades civiles que estuvieron presentes, entre ellas la gobernadora, Indira Vizcaíno Silva; así como presidentes municipales y diputados, el obispo les agradeció por su asistencia y les expresó:
“Con ustedes como primeros responsables de velar por el bienestar y la seguridad de toda la población, les saludo y les ofrezco mi apoyo y mi colaboración para que haciendo sinergia, buscando unir fuerzas en toda la sociedad, podamos ofrecer a estos pueblos mejores condiciones de vida, las mejores que podamos, toda mi colaboración”.
Y dirigiéndose a los integrantes de la comunidad católica, dijo que inician un camino juntos: “Iremos lejos, claro y profundamente, para que Cristo reine entre nosotros y nuestros pueblos y comunidades vivan en paz y armonía; sepan que siempre estaré con ustedes como humilde servidor, dispuesto a la escucha y al diálogo, buscando siempre inspirados por el Espíritu Santo las mejores opciones que nos ayuden a solucionar nuestras diferencias y a resolver los problemas personales eclesiales y sociales”.
Díaz Vázquez, quien durante casi nueve años fue obispo de Tacámbaro, Michoacán, refirió en su primer día al frente de la Diócesis de Colima que “en una sociedad donde se ha desestructurado el tejido social estamos llamados a sanar, curar y fortalecer la célula básica de la sociedad: la familia; es ahí en la familia como unidad de vida y amor donde las personas se forman humana y cristianamente”.
Les invitó a ser una iglesia sinodal, como tienda de campaña “que ensanche el espacio, alargue las cuerdas y refuerce las estacas, para que todos encuentren un lugar, no sólo físico, sino sobre todo en la mente y en el corazón de todos y cada uno de nosotros, de cada rincón de las parroquias y de toda la diócesis; una iglesia que incluya a todos y donde todos encuentren refugio y protección y nadie se sienta fuera”.
Explicó que ensanchar la tienda significa abrir espacios de participación para todos, “ser iglesia que va más allá de las fronteras para conquistar nuevos territorios, escenarios que muchas veces son difíciles, complicados y en ocasiones hasta adversos”.
Indicó que hoy la renovación de la iglesia pasa por la estructura de la parroquia misma, por los agentes de pastoral, por los sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos, dispuestos a salir con actitudes nuevas, de puertas abiertas, que permita entrar a todos y les ofrezcan propuestas nuevas.
“Hay que ser atrevidos —instó—, rompiendo las fronteras que tenemos y derribando los muros para aventurarnos a experimentar nuevos rumbos y nuevos horizontes, una iglesia que ensancha el espacio de su tienda exige multiplicar y alargar las cuerdas que sirven para tensar la tienda, mantenerla en pie y darle seguridad”.
Prosiguió: “Hay que tejer una red de relaciones humanas amplia, fraterna, solidaria, que permita una sana tensión, que no rompa las cuerdas ni rompa la tienda, pero que nos mantenga unidos y seamos capaces de dar cobijo a todos; alargar las cuerdas es ir al encuentro del Otro con mayúsculas, favoreciendo relaciones de colaboración y amistad en la construcción del reino de Dios”.
Asimismo, el obispo Gerardo Díaz invitó a los colimenses a mantenerse unidos, “todos los sectores de la sociedad vamos cerrando filas, manteniéndonos unidos y en colaboración responsable, aportando nuestras diferencias para enriquecer nuestra propuesta pastoral, eclesial y social”.