COLIMA, Col. (apro).– La presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, denunció que, con el pretexto del fin de cursos, “una industria criminal” organiza fiestas clandestinas con menores de edad, a quienes se les suministran diversos tipos de estupefacientes.

De acuerdo con la alcaldesa morenista, lo anterior puede tener distintas finalidades, entre ellas acrecentar la clientela de los vendedores de droga, aumentar el número de personas adictas o secuestrar o abusar de adolescentes.

Dijo que se han detectado los casos de tres menores de edad drogados que, en momentos distintos, fueron auxiliados por las dependencias del Ayuntamiento de Manzanillo para que fueran atendidos por una institución de salud.

“Hubo el caso de una menor de 16 años que le mintió a su madre, dijo que iba a una fiesta de la escuela, la dejaron ir y era falso; afortunadamente la niña se salvó, pero entró hasta en terapia intensiva y estuvo a punto de morir”, manifestó Griselda Martínez.

Agregó que a esta lista se suman los casos de dos menores más, uno de 13 y otro de 14 años: “Es el último reporte que tenemos, donde los han dejado inconscientes tirados en las banquetas, porque estaban totalmente alcoholizados y drogados; estos menores manifestaron no haberse percatado de lo que les daban de beber; es un problema grave, pues puede haber muchos motivos del por qué los quieren drogar”.

La edil manzanillense advirtió que algunas de esas fiestas clandestinas son en ocasiones organizadas por las propias sociedades de alumnos, contactadas y apoyadas por personas adultas, y suelen reunir hasta 300 menores que, al no poder ingresar a algún bar, asisten a estas reuniones en locales para fiestas o casas con alberca, “les mienten a los papás y se van; les venden una pulsera todo pagado, que cuestan 100, 120 o 150 pesos, y les ponen droga en las bebidas”.

Por lo anterior, Martínez hizo también un llamado a las autoridades escolares, ya que estas fiestas se hacen supuestamente con motivo del próximo fin de cursos de quienes pasarán de secundaria a bachillerato.

“Ya giramos oficios a los planteles educativos para que estén al pendiente del alumnado; la industria criminal aprovecha que se terminan las clases para hacer esas fiestas, pero si se les pone mal alguien lo sacan a la banqueta”, comentó.

Acompañada por el director general de Seguridad Pública y Policía Vial, Fernando Winfield; la directora del Instituto de la Mujer Manzanillense, Verónica Solís, y la procuradora para la Defensa de las Niñas, Niños y Adolescentes, Gabriela Sevilla, la presidenta municipal pidió denunciar a tiempo estas fiestas clandestinas al teléfono 314 113 19 00 y por vía WhatsApp al 314 101 98 72, a donde se pueden mandar fotografías o ubicaciones con el objetivo de que intervenga la corporación de seguridad.

Mencionó que hasta el momento no ha sido posible ubicar los lugares donde se llevan a cabo, ni a las personas que las organizan, “pero sí se han recibido reportes por parte de las niñas y los niños que han sido afectados”.

Pidió a las madres y padres de familia estar al pendiente de sus hijos, pues “deben saber dónde están, con quién salen, a qué hora llegan, porque es su responsabilidad; sí, los menores tienen derechos, pero también tienen obligaciones: poner orden no es maltrato”.

Griselda Martínez refirió que esa “industria criminal” es un grupo organizado, por lo que propuso: “También organicémonos como madres y padres de familia y, si nos enteramos de este tipo de fiestas, acudir a la policía a informar”.

Puntualizó que se harán las investigaciones correspondientes y si los locales que se rentan para estas fiestas clandestinas tienen permiso del Ayuntamiento, les será cancelado, y si no lo tienen se harán las denuncias correspondientes ante el ministerio público.