TOLUCA, Edomex. (apro).- Mariela Gutiérrez, alcaldesa de Tecámac, negó que el beso en la mano al presidente, Andrés Manuel López Obrador, durante su visita a esa demarcación el pasado viernes haya implicado un acto de sumisión, fascista o de culto a la personalidad. 

“Nada que ver con eso”, afirmó; y acusó de clasismo a quienes pretenden verlo de esa manera. Besar la mano de una persona en el país, aseguró, es parte de una costumbre que se le demuestra a quien se quiere mucho, a quien se respeta, o a quien se considera una autoridad. 

"Es una costumbre natural en nuestro país", aseguró.

“He luchado a su lado más de 20 años, los mismos que me lleva de edad, le estoy profundamente agradecida por todo lo que ha ayudado a Tecámac. Abrazamos con orgullo el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que será el nuevo polo de desarrollo del Estado de México”, expuso. 

Gutiérrez Escalante besó la mano del presidente luego de ser presentada como integrante del templete durante su gira del fin de semana por tierras mexiquenses; a ella se le asignó un lugar en la segunda fila y en uno de los extremos, lejos de López Obrador y de la gobernadora Delfina Gómez, quienes ocupaban los asientos del centro y al frente. 

Durante la presentación de la mesa, se le observó inquieta y girando con frecuencia la cabeza hacia donde estaba el mandatario. Cuando la anunciaron, la edil recibió muchos aplausos y aprovechó para dirigirse al lugar en que López Obrador se encontraba, le levantó la mano, después el tabasqueño hizo lo propio con Gómez Álvarez y, al retirarse, Gutiérrez Escalante le besó la mano, frente a todos los asistentes. 

Por cierto, al siguiente día, en Texcoco, también al inicio del evento, López Obrador besó la mano de Delfina Gómez en dos ocasiones, después de que la mandataria mexiquense fue presentada y los asistentes comenzaron a corear sistemáticamente: “maestros, con Delfina”.