PUEBLA, Pue., (apro).- A cinco años, el feminicidio de Minerva Calderón Hernández, una joven abogada de 28 años de edad, sigue impune pese a que el asesino está plenamente identificado.

Minerva Hernández y Marcos Calderón, padres de Minerva y originarios de Durango, reclamaron a las autoridades poblanas reactivar el caso y detener al responsable de haber ultimado a su hija con 70 puñaladas y golpes cuando ésta se encontraba en el interior de su propia casa.

Este reclamo de justicia se hizo en el marco de la instalación de la Clínica Jurídica por parte de la Universidad Iberoamericana Puebla que justo se llamará Minerva Calderón Hernández, en memoria de la joven abogada que fue egresada de esa institución.

La madre de Minerva recordó que su hija fue asesinada el 21 de marzo de 2017, cuando un hombre que no era su novio y con quien solo estaba trabajando en juicios laborales, acudió a su casa la tarde de ese día sólo para “arrebatarle la vida”.

“Al arrebatarle su vida no sólo es a ella, es a todo su contexto familiar, de amistades, nos llena de mucha tristeza que no hemos superado”, expresó al asegurar que a partir de ahí su familia se adentró a un “mundo de injusticia”.

“Tocamos y tocamos puertas y no hay respuesta. Y nosotros aprovechamos este espacio, hacemos del conocimiento de todos que lo que pudo ser resuelto en cinco horas, porque a las 11 de la noche –está en la carpeta de investigación- ya se tenía pleno conocimiento de su asesino, de todos los datos de él y de toda su familia, sin embargo, a cinco años continuamos sin que haya pasado nada”, señaló.

Igual, el padre de la joven recordó que él tenía confianza en que, al estar plenamente identificado, en cualquier momento iban a atrapar al responsable para que recibiera su castigo, sin embargo, a cinco años, eso no ha ocurrido.

Dijo que después de ocurrido el feminicidio fueron informados que el responsable era hijo de personas con “mucha solvencia económica”, que tenían relación con autoridades de Puebla y tenían poder. Además, les dijeron que también el asesino tenía vínculos con la delincuencia en Puebla.

“Queremos que el culpable reciba lo que merece, que no evada la justicia, que no crea que, porque pertenece a un círculo social, tiene poder económico y relaciones, puede evadir la ley”, reclamó.

El autor de este feminicidio, José Rodrigo Vázquez Barrientos, fue captado por cámaras de vigilancia de la colona San José Vista Hermosa, cuando salía de la casa de la abogada con un cuchillo en la mano y con sangre en su ropa.

Sin embargo, esta persona es hijo de dos médicos pediatras llamados Margarita Barrientos Pérez y Juan José Vázquez de la Garza, quienes tienen sus consultorios en el Hospital Ángeles, uno de los más lujosos de Puebla, y supuestamente tenían relaciones con el gobierno del panista Rafael Moreno Valle.

Barrientos Pérez fue presidenta de la Asociación Nacional de Pediatras durante la gestión 2007–2008 y encargada del Área de Pediatría del Hospital para el Niño Poblano.

Los familiares han advertido que el feminicida no habría podido evadir la acción de la justicia si no fuera por ayuda y protección que le han brindado sus padres. 

Incluso en la carpeta de investigación, hay evidencia de que José Rodrigo tenía heridas de arma blanca que hizo durante el ataque a la joven, y fue llevado el día de los hechos por su padre para que recibiera atención médica en el Hospital Ángeles. 

Los padres de Minerva reclamaron a la Fiscalía que haga su trabajo y que no permita que casos “tan abominables”, como este feminicidio, se repitan.

Othoniel Calderón Hernández, hermano de Minerva, dijo que resulta increíble que a cinco años la Fiscalía General de Puebla no haya podido atrapar al asesino y que eso sólo habla del nivel de corrupción de las autoridades “desde abajo hasta arriba”.

Simón Hernández León, coordinador de la Clínica Jurídica Minerva Calderón, explicó que el objetivo de esa área, en la que participarán los estudiantes de Derecho y de otras carreras de la Ibero Puebla, será apoyar y acompañar a víctimas de delitos para promover un ejercicio diferenciado de la justicia.