COLIMA, Col. (proceso.com.mx).- Un agente de la Policía Municipal de Armería fue asesinado cuando participaba en un operativo derivado de un asalto a mano armada, en el que fue privado de la libertad de un trabajador de un establecimiento.

Con este caso, suman ya 15 los elementos de corporaciones de seguridad estatales y municipales asesinados en lo que va de este año, que ya se convirtió en el más letal para el sector policiaco, tras rebasar a 2020, cuando ocurrieron once homicidios.

La Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad de Colima informó a través de un comunicado que poco después de los hechos se logró la detención de uno de los presuntos asesinos del policía armeritense, con la participación de integrantes de diversas corporaciones de seguridad de la entidad.

Los hechos en que murió el agente J. Guadalupe banderas Hernández, de 53 años de edad, se suscitaron la tarde del viernes, cuando dos individuos armados cometieron un asalto en un local comercial, privaron de la libertad a un trabajador del lugar y huyeron en un vehículo.

Tras recibir el reporte, elementos de las corporaciones de seguridad iniciaron una persecución, y los presuntos ladrones atacaron con disparos de arma de fuego a los policías, hiriendo a un integrante de la Dirección de Seguridad Pública de Armería, quien murió posteriormente.

Enseguida se implementó un operativo que permitió la detención de uno de los presuntos agresores y la Fiscalía General del Estado (FGE) abrió una carpeta de investigación y trabaja ya para esclarecer estos lamentables acontecimientos, dar con el paradero de las demás personas responsables y hacer valer la ley.

Durante el mes de septiembre se habían cometido tres asesinatos de policías, dos de ellos en un lapso de menos de 48 horas, entre los días 25 y 27.

Cinco de las víctimas de este año eran agentes de la Policía Estatal, dos a la FGE, entre ellos un agente del Ministerio Público, y el resto de las corporaciones municipales de Villa de Álvarez, Manzanillo, Tecomán y Armería.

En la mayoría de los casos, los asesinatos han sido perpetrados en los días de descanso de los policías, cuando regularmente no portan su arma de cargo, que se queda en la institución a la que están asignados.