TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (proceso.com.mx).– Después de cinco días de encierro en condiciones deplorables en una cárcel ejidal de madera, este sábado fueron liberados siete elementos de la Guardia Nacional y cuatro del Instituto Nacional de Migración (INM).

Luego de desarmarlos, humillarlos públicamente y de videograbarlos, los 11 funcionarios del gobierno federal fueron privados de su libertad el martes 31 de agosto pasado y llevados a una cárcel ejidal de madera donde estuvieron cuatro días encerrados.

Los hechos ocurrieron en la comunidad El Chikle, cerca de Frontera Corozal, un paso fronterizo de alto tránsito de migrantes en la región.

Aunque ni las autoridades federales ni los pobladores dijeron públicamente el motivo de la retención de los funcionarios, trascendió que fueron privados de su libertad para exigir a cambio la libertad de unos pobladores detenidos y acusados de traficar con migrantes.

Ya en libertad, los 11 servidores públicos fueron llevados a Palenque, donde personal médico revisó su estado físico, se les proporcionó alimentos, para luego ser trasladados a sus lugares de adscripción laboral.

El INM agregó que una agente federal de migración retenida en dicho poblado –ubicado en el límite de México con Guatemala– se encontraba con sus dos hijos menores, los cuales la visitaban en su sitio laboral cuando fue privada de su libertad.

Los menores de edad fueron atendidos y resguardados por Oficiales de Protección Infantil (OPI) del INM, mientras regresaba su mamá.