Pueblos Indígenas
Comunidades en resistencia denuncian militarización y despojo de sus territorios y del agua
En su pronunciamiento final refrendaron que seguirán en "resistencia y rebeldía" ante la "simulación de los malos gobiernos".CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Después de más de un año de alejarse por la pandemia de covid-19, comunidades en resistencia se reunieron hoy en la sede del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) --tomada por integrantes de la comunidad otomí de la Ciudad de México-- para denunciar los megaproyectos, la militarización y el despojo de sus territorios y del agua.
"Seguimos sufriendo los barrios y pueblos de este país el despojo, la represión, el incremento de la militarización, el asedio del crimen organizado en nuestro país y de la Guardia Nacional, el constante asedio y el sometimiento a nuestros pueblos que resisten y luchan por defender la vida", plantearon en un pronunciamiento que cerró el evento convocado por el Congreso Nacional Indígena-Consejo Indígena de Gobierno (CNI-CIG), una organización cercana al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
"A estos tres años de este mal gobierno no ha cambiado absolutamente nada, al contrario, se ha acentuado y agudizado el desprecio, la destrucción a nuestros territorios con consultas simuladas, asesinando a quienes luchan y defienden el territorio y a los que luchan en contra de todos los megaproyectos en el país", subrayaron.
A lo largo del día, representantes de comunidades del Istmo de Tehuantepec inconformes con el Corredor Interoceánico, indígenas opositores al Tren Maya, vecinos de las alcaldías capitalinas de Xochimilco o de Milpa Alta, activistas en lucha contra el Proyecto Integral Morelos o contra la extracción de agua de la empresa Bonafont en Puebla, así como padres de normalistas de Ayotzinapa y personas en lucha por una vivienda digna, expusieron a los demás el estado de su movilización, pues desde el arranque de la pandemia se mantuvieron aislados unos y otros.
Coincidieron en que el gobierno de la llamada Cuarta Transformación continuó con los megaproyectos e impulsó nuevos, con los que –apuntaron-- alimentó "la gentrificación, la precariedad laboral, criminalización de luchas, desapariciones, desplazamientos forzados, desaparecidos, presos políticos, asesinatos, encarcelamiento y despojo del territorio".
En su pronunciamiento final refrendaron que seguirán en "resistencia y rebeldía" ante la "simulación de los malos gobiernos".