TULA, Hgo. (apro).– Un agente de la Fiscalía General de la República (FGR) fue asesinado por un comando afuera de una tienda de conveniencia en Tula, Hidalgo, donde lo esperaba una menor de 4 años de edad.

La camioneta que utilizaron los sicarios fue calcinada en la localidad de Santa Ana Ahuehuepan, una zona de alto riesgo por la disputa entre grupos dedicados a la extracción ilegal de combustible y cárteles. 

El elemento de la FGR fue identificado como J.A.O.M., de 35 años. De acuerdo con el informe de la policía municipal, fue atacado a tiros por varios sujetos que lo interceptaron afuera del establecimiento, donde había estacionado su vehículo, en el que viajaba también la menor, que está bajo resguardo de las autoridades.   

El asesinato ocurrió cerca de la medianoche del lunes, en la colonia Iturbe. Aunque paramédicos arribaron al lugar, el agente ya había perdido la vida.

Debido a que la unidad en la que viajaba el comando fue hallada en llamas, las autoridades presumen que pudo ser incendiada como distractor, para que los agresores huyeran. 

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH) inició una carpeta de investigación, en tanto que las policías estatal y municipal, así como la Guardia Nacional, implementaron un operativo de búsqueda de los posibles responsables. 

La disputa por el huachicol

En el reportaje Arrecia la disputa por el “paraíso” del huachicol (Proceso 2349), este semanario reveló que Tula es un territorio en pugna por cárteles y grupos regionales. 

Con base en informes de inteligencia federal a los que este medio tuvo acceso, en esta ciudad, sede de la refinería Miguel Hidalgo, pelean la plaza Los Hades o Cártel de Palmillas –a cargo de Orlando Medina “El Fénix”–, Los Rex –que derivó de una división en Los Hades–  Los Americanos y Pueblos Unidos o Los Michoacanos, cuyo líder, José Artemio Maldonado Mejía “El Michoacano”, “El R” o “El Rabioso” se fugó de la cárcel de Tula la madrugada del primero de diciembre, mediante una operativo del crimen que incluyó autos bomba y enfrentamientos. 

Además, a través de alianzas locales, drena los ductos el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que también realiza operaciones de lavado de dinero detectadas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), además de que están afincados Los Zetas Vieja Escuela y La Familia Michoacana.

Estos últimos ingresaron al extender el control territorial del que se hizo en el Estado de México, en tanto que los primeros se reagruparon en una de las entidades que fue su feudo, cuando la denominada "Última letra" estaba bajo el mando de Heriberto Lazcano Lazcano “El Lazca”, con la presunta protección local.