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19-S en el Rébsamen: Entre la exigencia de un memorial y el reclamo a Sheinbaum
Madres, padres y familiares de quienes murieron ese 19-S llegaron al sitio al mediodía, determinados en comunicar su intención de construir un parque memorial en el predio que ocupó la escuela, en lugar de un edificio con más de 200 departamentos que, aseguraron, pretende construir el Invi.CIUDAD DE MÉXICO (apro)- Con la mano en alto sosteniendo una rosa blanca, los padres de los menores fallecidos en el Colegio Rébsamen, durante el sismo del 19 de septiembre del 2017, exigieron a las autoridades capitalinas la construcción de un parque memorial donde estaba la escuela de sus hijos y arremetieron contra la virtual candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo.
Desde las 10:00 horas, un grupo de personas se congregó en la calle Rancho Tamborero #19, colonia Coapa, alcaldía Tlalpan, en espera del segundo simulacro de sismo en este año. Estaban frente a una barda de madera desgastada, hinchada por la humedad, astillada y hostil, desde donde los ojos se encontraban con 19 figuras de ángeles de unicel colgados en ella.
Del otro lado, en las ruinas, las plantas que ya echaron raíces entre piezas de concreto desencajadas, la maleza conquista desde el patio de juegos hasta el tercer piso del Colegio. Es el proscenio de un escenario que vivió un pasado diferente, evidenciado por la absurda presencia de un pizarrón que se sostiene aún con las palabras escritas por algún profesor o profesora.
En ese pasado, Mireya Rodríguez conserva el recuerdo de Paola, su hija, quien acababa de cumplir siete años cuando perdió la vida en el derrumbe de una parte del Colegio:
“Trataba de grabar todo, su sonrisa, cómo destapaba sus regalos, cómo decía ‘mamá, te quiero mil’, cómo bailaba. Nos ponemos a ver eso para recordarla y, sobre todo, imaginar que está a nuestro lado. Es muy difícil. Es algo que no le deseo a nadie”.
Para Mireya, el dolor es motivación: “Intentar crear una tensión para personas de protección de los niños, de la infancia, esperemos que esto no se quede aquí, que nuestra niñez no solamente de la ciudad, sino del país, tener una lupa para que las escuelas no sean como las autoridades lo han permitido, que sea una casa, que de repente se les ocurrió abrir como colegio”.
Este martes se cumplieron seis años desde la tragedia. La barda de madera que rodea lo que entonces era el colegio es decorada por coronas de crisantemos blancos. Una lleva el nombre de Paola. Otra, la consigna “Nunca más Colegio Rébsamen”, pero las primeras en llegar fueron las que mandó la alcaldía Tlalpan, encabezada por la perredista Alfa González.
Aquel 19 de septiembre del 2017, Clemente Martínez circulaba su carro frente al Colegio, cuando lo sorprendió el terremoto. En entrevista con Proceso, visiblemente afectado, cuenta que auxilió dos días en las labores de rescate de víctimas. Cada año procura asistir a la misa que usualmente celebraban padres y familiares de los niños, maestros y del personal que falleció.
Y aunque este 2023 no hubo misa, él esperó en la calle; quería ver a los afectados: “Las pérdidas que se presentaron no son fáciles de olvidar, emocionalmente a mí sí me afectó porque lo viví, estuve presente, me tocó por azares del destino”.
Para Clemente, los crisantemos que mandó la alcaldía son un intento de politizar la catástrofe: “Esto fue producto de una negligencia en cuanto a la construcción, o remodelación. Estamos aquí para apoyar a los padres (...) es un gran dolor que lo vamos a llevar siempre”.
“Sheinbaum dejó que sucediera”
Madres, padres y familiares de quienes murieron ese 19 de septiembre llegaron al sitio al mediodía, determinados en comunicar su intención de construir un parque memorial en el predio que ocupó la escuela, en lugar de un edificio con más de 200 departamentos que, aseguraron, pretende construir el Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (Invi).
La presidenta de la asociación de vecinos de Vergel de Coyoacán, Vergel del sur y de la zona dos de Coapa, Patricia Páez de Morán, se presentó enérgica y, refiriéndose a la entonces jefa delegacional de Tlalpan, Sheinbaum Pardo, sentenció:
“No vamos a seguir permitiendo que nos cubran las cosas con esta Claudia, como que ella no hizo nada, realmente no hizo nada, todo dejó que sucediera, estos niños, sus papás, los maestros no debieron haber muerto (...) ¿Y nos la quieren poner de presidenta? ¡Por favor!”.
A coro con los padres, exigió: “¡Que no se cuelguen lo de Rébsamen para cuestiones políticas!”.
Y añadió: “La señora era alcaldesa en ese momento que esto se cayó y ellos fueron los que dieron permiso. Dígame, ¿cuántos directores de obra están en la cárcel? Metieron a la loca que era directora de esta escuela, pero no metieron a todos los demás. Todos están en diferentes puestos. El mentado que era licenciado de los padres de familia, ¿no lo volvió director de la Contraloría?”.
Aunque no lo mencionó, se refirió a Juan José Serrano, actual secretario de la Contraloría General del gobierno de la CDMX.
Esta mañana, Sheinbaum Pardo realizó una publicación conmemorativa al sismo en su cuenta de la red X, a la que varios usuarios contestaron con críticas y, en señal de protesta, respondieron con la palabra “Rébsamen” escrita 26 veces, mismo número de personas que murieron en el derrumbe.
“Todas las víctimas valen lo mismo”
Los vecinos de la edificación en ruinas también hicieron acto de presencia. Elsa García Hernández, vive en Rancho Tamborero #18 y aunque no estuvo presente durante el movimiento telúrico, cuando llegó tomó la decisión de prestar su hogar para guardar los cuerpos de cinco niños y un adulto, hasta que pudo llegar el Servicio Médico Forense (Semefo) para llevárselos:
“Cuando llegaron los papás fue lo más horrible que te puedas imaginar. El dolor de los padres para mí fue muy traumático porque en realidad ellos maldecían. Ya no sabían. Se culpaban”.
Es el caso de Laura Ballesteros y su hijo, Fernando, quien lleva marcada la experiencia de retirar piedras, tabiques, tablas y lo que sea, para salvar la vida de un niño, de una persona: “Todos estos años, yo se lo decía a mi mamá, a mis familiares, amigos que, pasen los años, cuando pasas por aquí, recuerdas”.
Manuel Ramírez llegó antes que los padres de familia; se paró serio y de brazos cruzados en la acera contraria a las coronas de flores, y contempló la palabra “Silencio”, escrita con aerosol en el último piso de la descuidada edificación.
Según cuenta a Proceso, en ese terreno abandonado hace seis años perdió la vida su hermana, Miss Claudia, muy querida por todos sus alumnos: “Ella estuvo aquí enterrada en los escombros. Entiendo que abrazó a dos chiquitos al bajar las escaleras del segundo piso. Venían todos sus niños con ella, uno de los chiquitos que abrazó lo lograron sacar. Ella no salió completa por tratar de sacar a los menores. Y bueno, aquí quedó”.
A seis años, Manuel manifiesta su indignación: “El hecho natural está bañado por un edificio lleno de corrupción, mal hecho, que fue tapado, porque fue más que notorio cómo taparon a la directora, cómo taparon todo el movimiento para sacar los cuerpos, todo el tema de la niña Sofía, que en realidad era el tiempo para sacar los cuerpos por esta parte, lamentablemente con reporteras involucradas”.
Una mujer, quien pidió el anonimato, irrumpió la entrevista para enunciar: “Yo soy, bueno, era suegra de una trabajadora de intendencia, pero yo creo que valen lo mismo, tanto ellas como maestras, como los niños (…) agradeceríamos mucho que se levantara un memorial en nombre de todos ellos”.
Se nuera tenía 35 años y una hija que en ese entonces tenía 11 años: “Al final del día todos eran o son seres humanos. Valen lo mismo todos”.