CIUDAD DE MÉXICO (apro).– A tres meses de ser trasplantado en la llamada Glorieta de la Palma, el ahuehuete de Paseo de la Reforma no ha logrado tener un “desarrollo adecuado”, por lo cual fue aislado con un “tapial” metálico de protección y se le aplican diversos estudios para conocer las razones de su atraso.

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, desde su plantación el pasado 5 de junio el ejemplar ha permanecido sujeto “a condiciones adversas, lo que ha limitado su desarrollo adecuado”.

Por ello, expertos arboristas recomendaron que, para su mejor adaptación, se requiere mantenerlo en condiciones de aislamiento. Ello facilitará el manejo que se le realiza y dará condiciones que disminuyan las diferentes presiones a la que el árbol ha estado sujeto.

La dependencia, encabezada por Marina Robles, recordó que, aunque 

expertos y autoridades pidieron a la ciudadanía no entrar al perímetro del ahuehuete, “éste ha sufrido de eventos que lo afectan negativamente”.

Como ejemplos, mencionó el vehículo que chocó contra uno de los tensores que lo sujeta dos días después de trasplantado; la compactación del suelo ocasionada por personas que se acercan demasiado al árbol; la presencia de diversos materiales orgánicos e inorgánicos que pueden transmitir hongos y bacterias y el impacto de personas que han trepado por sus ramas, dañando así la corteza y brotes. 

“Sigue vivo, pero con retrasos”

Según la Sedema, como parte de su cuidado, el sábado 3, Edgar Ojeda Sotelo, ingeniero en restauración forestal y arborista certificado, así como el biólogo Saúl Segura, especialista en arbolado urbano, revisaron el ejemplar de 20 años de edad y aseguraron que “sigue vivo”.  

Los especialistas obtuvieron muestras de raíces para realizar pruebas de patología vegetal en laboratorio. Ello permitirá tener, en 15 días, datos sobre la presencia de hongos y bacterias que pudieran retrasar el proceso de adaptación y crecimiento del árbol de 12 metros de altura.

Y para saber la causa del retraso en la brotación de nuevas hojas verdes, se hizo una excavación del lado en que se sospecha el árbol resultó más afectado en su cepellón el pasado 7 de junio, cuando un automovilista se subió a la glorieta y se impactó con uno de los tensores que da soporte al ahuehuete. 

Según la hipótesis de los expertos, es que el impacto del vehículo derivó en una posible fractura del banco o cepellón, lo que generó “aireación y daño en las raíces del ahuehuete”.

El 8 de agosto, personal de la Sedema aplicó tratamiento para fortalecer las raíces del árbol y el sábado 3 de septiembre hizo una segunda aplicación de productos orgánicos que, al entrar en contacto con las células de la raíz, promueve su fortalecimiento.

La Sedema concluyó al decir que “una vez que se tengan los resultados de las muestras obtenidas, se podrá dar un tratamiento más específico al ahuehuete de la Glorieta de Paseo de la Reforma”.