Día Internacional de la Mujer
“Juntas somos revolución”: niñas levantan la voz en el 8M
Abi, de 6 años también, viene con su madre, Caro, a protestar por la violencia machista y patriarcal. Levanta lo más alto que puede un letrero con la frase “soy la voz de cada niña desaparecida”, como si quisiera alcanzar el cielo con él.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Isabella tiene 8 años de edad y es la primera vez que asiste a una marcha por el #8M. Vestida de color morado, carga con la mano derecha un cartel que dice “juntas somos revolución”. Tiene el puño izquierdo levantado.
Su mamá, Isabel, también viene por primera vez a una protesta por el Día Internacional de las Mujeres. El año pasado querían venir, pero pensó que Isabella estaba todavía muy pequeña y prefirieron esperar a que bajara la pandemia de covid-19.
Mujeres feministas de todas las edades pasan cerca de la lateral de Paseo de la Reforma, donde se encuentra Isabella y se toman fotos con ella. La imagen es poderosa.
Abi, de 6 años también, viene con su madre, Caro, a protestar por la violencia machista y patriarcal. Levanta lo más alto que puede un letrero con la frase “soy la voz de cada niña desaparecida”, como si quisiera alcanzar el cielo con él.
La protesta congregó a 75 mil mujeres, niñas, mujeres trans, y no binarias. Muchas madres marcharon con sus hijas. “Mi mamá me enseñó a luchar”, se leía en una pancarta.
La víspera de este martes soleado de marzo, el secretario de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, alertó que tenían identificados a 15 grupos que se estarían organizando para generar violencia.
Sin embargo, los contingentes invadieron las calles con ambientes festivos y combativos, con escasos episodios de violencia.
Ríos y ríos de playeras violetas, sonido de batucadas y consignas en contra de la violencia feminicida y a favor de los derechos sexuales y reproductivos, fueron el sonido de Paseo de la Reforma.
“¡Hay que abortar, hay que abortar!, ¡hay que abortar este sistema patriarcal!”…
“¡El estado no me cuida, me cuidan mis amigas!”… “¡Los policías no me cuidan, me cuidan mis amigas!”…
La típica: “¡alerta!, ¡alerta!, ¡alerta la lucha feminista por América Latina!”… “¡Que tiemblen!, ¡que tiemblen los machistas!, ¡América Latina será toda feminista!”…
Las feministas convirtieron los parabuses de Reforma, las vallas metálicas de Bellas Artes y las paredes del Centro Histórico en murales de denuncias contra agresiones sexuales.
“Sergio A. violador de niñas”, acusaba un cartel con la foto de un señor.
“Se busca feminicidas”, se leía en la valla azul que protegía Bellas Artes y decenas de fotos de hombres acompañaron la denuncia.
Decenas de mujeres se sentaron en la calle frente a la escultura del Caballito a escuchar sus denuncias. Un megáfono amplificaba el dolor de las mujeres.
“¡Yo sí te creo!”, “¡yo sí te creo!”, gritaban las oyentes y aplaudían después de cada aterrador o doloroso relato. “¡No estás sola!, ¡no estás sola!”, también exclamaban en solidaridad.
Las ateneas -mujeres policías de la CDMX-- que cercaron las calles aledañas al Monumento a la Revolución recibieron flores de colores. En la calle 5 de mayo, decenas de mujeres policías se unieron a la protesta con sus uniformes y cascos con la consigna de “¡Policía, presente, se une al contingente!”.
Al llegar al Zócalo, decenas de voces se unieron para advertir: “si tocan a una, respondemos todas”, pues sonaba la canción Vivir Sin miedo, un himno feminista de Vivir Quintana.
La plancha del Zócalo parecía un festival de música. Mujeres encapuchadas bailaban con pasamontañas rosas. Por el asta bandera, colectivas feministas brincaron alrededor de una fogata con el puño en alto y celebraron su unión al grito de "¡Mi cuerpo es mío, yo decido, tengo autonomía, yo soy mía, no, que te dije que no, pendejo no!".
Frente a las vallas metálicas que resguardaban la Catedral y Palacio Nacional, mujeres encapuchadas lucharon con muros de acero a patadas. Rompían el cemento del piso y lo lanzaban como proyectiles contra los policías.
Encapuchadas lanzaron petardos al otro lado de las vallas que protegían la casa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los policías les respondían con gas lacrimógeno, pero embolsado de forma diferente a otras veces, ahora venía con un logo morado con un símbolo feminista, dijo Miguel Barrera, director de la Brigada Marabunta.
Contó que los policías lanzaron polvo químico seco de extintor mezclado con pimienta. Porque el extintor no es invasivo, “es como bicarbonato, y si estamos sintiendo esto, es porque agregaron algo”.
“Así deberían de ser para cuidarnos culeros”, gritó una manifestante ante el lanzamiento de gases.
Marabunta recolectó la evidencia del lanzamiento de gas lacrimógeno y sofocó los proyectiles con garrafones de agua vacíos a los que le cortaron la punta.
A las 8 de la noche, trabajadores de limpia ya estaban tapando con pintura blanca las paredes con las consignas de la marcha, como “Vivas nos queremos”, en la calle de Madero.