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EU extiende permiso humanitario a niña mexicana para que continue su tratamiento médico

“Con la ayuda que ha recibido en Estados Unidos, mi hija tiene la oportunidad de salir del hospital, conocer el mundo y vivir como una niña de su edad”, dijo la madre de la menor, cuya vida peligraría en caso de ser deportada.
miércoles, 4 de junio de 2025 · 11:10

CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- El gobierno de Estados Unidos extendió, por un año más, el permiso humanitario a una niña mexicana, de 4 años, para que permanezca en ese país y reciba tratamiento médico, informó su abogada Gina Amato a BBC Mundo. 

En abril del presente, el gobierno norteamericano le revocó a la menor el permiso humanitario, con el que ingresó en 2023, así como los permisos de trabajo de sus padres. 

La abogada Gina Amato, del proyecto Derechos de los Inmigrantes de la organización Public Counsel explicó que volvieron a solicitar el permiso humanitario y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) confirmó que la petición está bajo evaluación.  

La menor de edad, cuya historia se difundió bajo el seudónimo de Sofía, nació prematuramente en Playa del Carmen, Quintana Roo. Su madre, Deysi Vargas dijo a “Los Ángeles Times”, que la niña nació con complicaciones y tuvo que ser sometida a seis cirugías por un bloqueo intestinal.  

Posteriormente, la pequeña desarrolló síndrome del intestino corto, una enfermedad por la que el cuerpo no absorbe los nutrientes, por lo que debe de recibir atención médica especializada. 

Cuando Sofía tenía siete meses, la familia se mudó a la Ciudad de México, en búsqueda de mejor atención médica. Sin embargo, dos años después, no mostraba mejoría alguna, narró Vargas. Entonces, su madre se enteró de que en Estados Unidos había pacientes como su hija que llevaban una vida normal y solicitó un permiso humanitario.   

El permiso humanitario se otorga a extranjeros que piden entrar a Estados Unidos de forma transitoria por “razones humanitarias urgentes o por un beneficio público significativo”. Permite vivir y trabajar durante dos años en el país.   

Al llegar a Estados Unidos, Sofía fue internada en un centro de salud de San Diego. Recibió un tratamiento en el que estaba conectada todo el tiempo a un sistema de alimentación. Después, la transfirieron al Hospital Infantil de Los Ángeles, y le asignaron un tratamiento que sigue desde su casa.  

“Con la ayuda que ha recibido en Estados Unidos, mi hija tiene la oportunidad de salir del hospital, conocer el mundo y vivir como una niña de su edad”, dijo Vargas en una rueda de prensa. 

Actualmente, la menor duerme conectada a un sistema intravenoso, y varias veces al día, su madre le administra una solución con nutrientes a través de una sonda conectada a su estómago. Sofía carga el líquido en una mochila y en la escuela se lo proporciona una enfermera. 

En las últimas semanas, miles de personas con un permiso humanitario han recibido avisos del gobierno informándoles que ya no cuentan con estatus legal. Además, se les exhorta a abandonar el país o arriesgarse a ser perseguidos y deportados. 

La abogada dijo que busca evitar que Sofía “sea deportada y muera”. Además, enfatizó el gran riesgo que enfrenta la familia en el caso de ser detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).  

“Manejar las necesidades médicas de Sofía es un proceso muy complejo, por lo que, si ella y su madre fueran siquiera detenidas por ICE, se pondría en riesgo la salud de Sofía”, dijo la abogada a BBC Mundo.  

Ante la enorme difusión del caso, 38 congresistas demócratas firmaron una carta dirigida a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en la que pidieron a la administración reconsiderar el estatus de la familia. 

“Creemos que la situación de esta familia responde claramente a la necesidad de ayuda humanitaria. Es nuestro deber proteger a los enfermos, vulnerables e indefensos”, escribieron. 

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México informó que los abogados están en contacto con el consulado general de México en Los Ángeles, y con el consulado de Fresno, para evitar la deportación. 

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